Los días en fuga de la costarricense Keisy Johana González Corrales terminaron el pasado martes en el ayuntamiento de Mérida, estado de Yucatán, México.
Agentes de la Secretaría de Seguridad Pública de ese país detuvieron a la mujer, de 40 años, quien es sospechosa de pertenecer a una red internacional de prostitución que opera en Centroamérica y México.
El diario
Según el diario, al ver una patrulla, la mujer intentó darse a la fuga y se ocultó en un predio particular, “cuyos propietarios permitieron el ingreso de los uniformados para que la arrestaran”.
El nombre de González se dio a conocer en junio del 2009 cuando trascendió en México la historia de dos jóvenes costarricenses que supuestamente fueron privadas de su libertad y obligadas a ejercer la prostitución.
Una de ellas, de apellido Canales, escapó el 9 de junio del 2009 del sitio donde estaban retenidas. La hallaron en la vía pública descalza y llorando.
Luego, la Policía mexicana liberó a la otra muchacha, de apellido Chaves. Ese día detuvieron a una mujer que supuestamente vigilaba a las costarricenses.
Canales viajó a México el 15 de mayo del 2009 y Chaves, el 28 del mismo mes, informó la Fiscalía de Costa Rica. En ese entonces, las jóvenes tenían 25 y 22 años.
Chaves, manifestó que lo sucedido en México hace dos años “ya está olvidado”.
“No quiero hablar sobre ese tema, ni quiero escarbar más en cosas del pasado”, expresó.
La otra mujer, Canales, negó tener relación con el caso.
“No sé de qué me está hablando, creo que me está confundiendo”, afirmó brevemente antes de colgar el teléfono.
Familiares de González prefirieron no hacer comentarios sobre el arresto de la costarricense.
La hija de González, de 18 años, aseguró que desconoce que su madre haya sido detenida.
“La familia no tiene idea de lo que ha pasado, tengo mucho tiempo de no saber de ella”, expresó.
Ayer no fue posible conversar con el padre de González. Su esposa dijo que no iba a referirse al tema, pues no tiene contacto con la hija.
Tampoco se pudo localizar a la madre de la detenida.
En junio del 2009, González dijo al periódico
Tatiana Vargas, vocera de la Fiscalía, explicó el proceso se desestimó porque Canales y Chaves dieron poca información al ser indagadas, y además se contradijeron.
“Una manifestó que fue a México a trabajar como modelo, la otra dijo que sabían que iban a prostituirse”, señló Vargas.
Añadió que las muchachas nunca mencionaron a González. Hablaron de otra mujer llamada Alina, quien les dio una dirección de correo para que escibieran si les interesaba ser modelos en México.
Vargas comentó que, aunque González es costarricense, la causa judicial se realiza en México, “por lo que no se puede seguir un doble proceso en nuestro país”.