San Gerardo, Rivas. “Desde que estuve sola en ese lugar el lunes, martes, miércoles y parte del jueves, día y noche pensaba que iba a morir.
”Sin embargo, al final observaba la belleza del Chirripó, eso hacía que, a cada segundo, sintiera que Dios estaba conmigo, sobre todo en las noches y en la madrugada cuando estaba con un frío terrible”.
Así relató María del Rocío Venegas Chavarría, de 41 años de edad, algunos de los momentos que pasó durante los tres días en que estuvo perdida en el valle de las Morrenas, a más de 3.000 metros de altura.
Esta enfermera se extravió la tarde del lunes cuando salió a dar un paseo por un sendero. En ese momento, ella se encontraba en el albergue Base Los Crestones.
Venegas fue localizada este jueves a las 11 a. m.
Ayer, personal de la Cruz Roja, de la Fuerza Pública y del Minae la trasladaron desde Los Crestones hasta San Gerardo de Rivas, en Pérez Zeledón. Luego de dar unas breves declaraciones, la trasladaron en avioneta hasta San José y, después, al Hospital México.
Douglas Montero, director del centro médico, dijo que la someterán a exámenes y que, en caso de no encontrar nada anómalo, de inmediato le darán la salida. Posteriormente, Venegas se trasladará a la casa de su familia en Puntarenas.
Alivio. La enfermera expresó su gratitud a las personas que participaron en el rescate.
Agregó que el alivio para ella llegó el jueves, cuando escuchó que unos socorristas respondían a su llamado de auxilio. “Pensaba que estaba alucinando debido a mis tres noches a la intemperie y al cansancio en el cuerpo”
“Cuando escuché las primeras palabras, gritaba sin cesar: '¡Auxilio, necesito ayuda!'. Fue un alivio; yo pude escuchar sus voces al principio y creí que estaba en un error, pero, cuando volví a escucharlas, estas se convirtieron en las bendiciones más grandes que haya tenido”, comentó la enfermera.
Agregó que la muerte siempre estuvo presente en sus pensamientos, pues permaneció tres noches a la intemperie en uno de los lugares más fríos del país, y eso la hizo dudar de que la rescataran con vida.
Venegas se mostró agradecida con las personas que colaboraron en su rescate, y aseguró . “Se convirtieron en mi otra familia”.
“Quiero agradecer a todos, a Mauricio, a Pocha, mi caballo, que desde allá me trajo de una manera increíble. Cada una de estas personas es mi familia; son increíbles en la manera en que pudieron organizar todo”, expresó.
A pesar de su experiencia, Venegas no se arrepiente de haber visitado el cerro Chirripó e invitó a la gente a hacerlo. “El Chirripó es algo maravilloso; yo lo recomiendo y ojalá que la gente venga con sus guías. Es algo de lo que no se van a arrepentir; es una experiencia maravillosa”, concluyó.