La erupción de ceniza en el volcán Turrialba, ocurrida ayer, ensanchó entre cuatro y cinco metros el diámetro de los dos boquetes que se habían formado en enero del 2010 y enero del 2012.
La emisión de material freático, junto con ceniza, comenzó a notarse a las 8:52 a. m. en ambos orificios y se extendió hacia el mediodía, según registró la cámara del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) que está ubicada en el cráter.
Marino Protti, científico del Ovsicori, explicó que el fenómeno se produjo porque hubo una acumulación de gases magmáticos y, por estar sellados los conductos, se generó mucha presión. Esto ocasionó un rompimiento a la superficie.
La salida repentina de los gases fue tan violenta, que se comenzaron a erosionar las paredes rocosas del conducto y esto produjo la erupción de ceniza, un material muy fino y abrasivo.
El vulcanólogo del Ovsicori Javier Pacheco señaló que desde las 4:52 a. m. de este martes hubo un rompimiento de los conductos, así como registros de sismos híbridos; es decir, eventos profundos y superficiales a la misma vez.
Según dijo Pacheco, hacia las 5 a. m., al salir el Sol, empezó a observarse desgasificación en el cráter, principalmente vapor de agua. Dos horas después, había una columna de gas de dióxido de carbono bastante larga que llegaba hasta el Valle Central.
El registro sísmico dentro del coloso se mantenía constante a las 8:30 a. m., hasta que, minutos después, la cámara capturó la salida de gases con ceniza.
Vecinos de Guápiles observaron la columna que, según fotos de Ovsicori, pudo superar los dos kilómetros arriba de la cima del volcán.
Muestreo. Cinco expertos de la Red Sismológica Nacional (RSN) ascendieron hasta los dos boquetes del volcán Turrialba, pasado el mediodía, para recoger muestras de cenizas y tomar la temperatura en los orificios con cámaras térmicas.
Con esos análisis preliminares, se sabrá si el material expulsado es magmático juvenil (fresco) o ceniza acumulada por procesos eruptivos anteriores. En caso de que fuese material juvenil, significaría que la erupción se produjo por una actividad magmática reciente.
Raúl Mora, vulcanólogo de la RSN, manifestó que ese material debe analizarse con microscopio para determinar si se trata de material juvenil o acumulado.
Hasta ayer, los expertos señalaban que no había indicios de inyección de magma a la superficie, pero todavía debe estudiarse si ese material está en ascenso.
En la visita de campo, los científicos hallaron que cerca de los orificios había una capa de ceniza que tenía un grosor de entre dos y siete centímetros.
Por las dificultades del clima, no se pudo medir el área de esa capa de material fino, por lo que se desconoce aún la cantidad de ceniza expulsada durante las tres horas.
Los primeros reportes de presencia de ceniza en otros sitios los dieron vecinos de La Picada de Turrialba, que alertaron de la situación a personeros del Parque Nacional Volcán Turrialba.
Luego, varios vecinos de Vázquez de Coronado, Ipís de Goicoechea y Moravia avisaron a la central telefónica del Ovsicori, y en redes sociales, de que la ceniza se notaba en la superficie de vehículos.
Paralelamente, las mediciones de temperatura en los boquetes arrojaron un aumento de 200 °C respecto a la última medición que se hizo en el mes de abril.
Por ejemplo, en el orificio formado en enero del 2010, la temperatura fue de 400 °C, pero ayer llegó a 650 °C. En el caso del boquete de enero del 2012, pasó de 600 °C a 800 °C.
Raúl Mora explicó que las temperaturas más altas que se alcanzaron este martes ya se habían registrado en ocasiones anteriores.
“El hecho de que se presenten temperaturas elevadas es una clara señal de que el volcán está muy activo”, aseveró el experto.