La exmodelo costarricense Cristina García (42 años) acusó a un médico cirujano, de apellido Vargas, por, supuestamente, deformarle los glúteos, tras inyectarle una sustancia en esa parte del cuerpo.
La denuncia contra el profesional se presentó en la Fiscalía de Pavas el 4 de diciembre por el delito de lesiones, confirmó la oficina de prensa del Ministerio Público.
García explicó a La Nación que ella acudió el 19 de setiembre del 2011 al Lindora Cosmetic Center , propiedad de Vargas, para rellenarse dos “camanances” que tenía desde nacimiento en sus nalgas. Por este tratamiento pagó $2.260.
El abogado Jorge Rodríguez, del bufete Jurisis, dijo que ese día a su cliente le inyectaron 700 centímetros cúbicos de PMMA (polimetilmetacrilato ), un “mortal tóxico”.
García aseguró que cuando llegó adonde el médico, este se presentó como cirujano plástico y le explicó que el producto era legal y que no había contraindicaciones.
Sin embargo, luego de la intervención, según señaló la mujer, empezó a sentir fuertes dolores y molestias. Agregó que tiempo después regresó a la misma clínica y el médico le extrajo parte del tóxico.
No obstante, García dijo que el área donde la inyectaron se inflamó, le salieron moretones, se le deformaron los glúteos y también el área genital.
Consulta afuera. Como no hubo cura, García regresó a Canadá, país donde reside con su esposo e hijos, y consultó con otros especialistas. Afirmó que todos le dijeron que la sustancia PMMA se infiltró en todo su organismo y esto “le causaría la muerte”, pero no le dieron tratamiento allí debido a los riesgos.
La exmodelo acudió entonces al Hospital Los Ángeles, en Huixquilucan, México, donde también había sido internada la cantante Alejandra Guzmán, tras sufrir una complicación por inyectarse la misma sustancia, PMMA.
García aseguró que conoce a Guzmán y por medio de ella pudo contactar a los médicos de la cantante mexicana. Así fue como se sometió a un proceso regenerativo desde julio a la fecha, por el que pagó más de $100.000.
“Yo me tuve que ir para allá porque no había ningún lugar dónde operarme, nadie me podía ayudar. Me sacaron parte del producto, pero desgraciadamente el resto sigue en mis músculos y huesos. Tengo problemas para sentarme, acostarme, caminar, no puedo tener una vida normal.
”El doctor Vargas arruinó mi vida, mi familia. Pido justicia, porque esto no se puede permitir. No hay dinero que pueda comprar ni pagar la vida de un ser humano y él me la quitó, él me arruinó. Esto es como estar muerto en vida. Lo triste es que quién sabe a cuántas otras personas se lo habrá hecho”, manifestó García.
La Nación intentó hablar con el doctor Vargas sobre este caso, pero en su clínica dijeron que estaba fuera del país; no respondió la llamada a su celular y tampoco contestó un correo electrónico.
Pesquisa. El 21 de diciembre, las autoridades judiciales realizaron un allanamiento en el Lindora Cosmetic Center, donde decomisaron sustancias, una computadora y demás evidencia. Aún se está a la espera de los resultados de estas pericias forenses.
De acuerdo con el Ministerio Público, contra el mismo médico existen dos causas penales más en la Fiscalía de Pavas por el delito de lesiones.
Alejandro Villalobos, fiscal del Colegio de Médicos, aseguró que Vargas es médico pero no tiene ninguna especialidad en cirugía plástica. Añadió que ayer comenzaron una investigación para determinar si el cirujano estaría transgrediendo el Código de Ética.