Un hombre identificado con los apellidos Rodríguez Pastrán, conocido como Cali, figura entre los siete sospechosos de asesinar brutalmente a los primos Carlos Alberto Barboza Chacón y Jorge Humberto Barboza Abarca, cuyos cuerpos fueron hallados en una semana después del crimen en una fosa ubicada en el sótano del bar Dude’s, en Heredia, a pocos metros de la Universidad Nacional.
Según el expediente judicial al que tuvo acceso La Nación, un testigo reconoció a Rodríguez Pastrán como uno de los agresores durante el ataque a los primos, quienes recibieron múltiples puñaladas durante la madrugada del 7 de febrero de 2025.
Un testigo clave declaró que Rodríguez Pastrán atacó primero a Carlos Alberto y luego se dirigió hacia Jorge Humberto, a quien también apuñaló. Durante ese segundo ataque, según el testimonio, Cali “se cortó los dedos con el mismo cuchillo”.
De acuerdo con la información que emiten los agentes judiciales, esa lesión resultó fundamental para vincularlo con el crimen. El documento judicial detalla que, tras el ataque, Rodríguez Pastrán acudió al Hospital San Vicente de Paúl, en Heredia, para recibir atención médica por una herida en el dedo de su mano derecha ese 7 de febrero, unas horas después del crimen.
Herida que lo delata
Ante los médicos, Cali afirmó haber estado “cortando un pollo” cuando se lesionó, alrededor de las 3 a. m., hora en la que habrían muerto los primos. No obstante, el informe resalta que su explicación resulta poco creíble, ya que se trata de su mano dominante. Lo que sí coincidía eran el tiempo y el lugar con la escena del crimen.
“La versión de los testigos refieren que se cortó al momento de clavar el puñal al ofendido Jorge Humberto Barboza Abarca, lo cual sí coincidiría con la herida”, señala el documento judicial.
Cronología del hospital
Las cámaras de seguridad del hospital, cuyo video fue secuestrado como prueba, permitieron establecer con precisión los movimientos del sospechoso la madrugada del crimen. Este fue el registro:
- 4:19 a. m.: Rodríguez Pastrán llegó a la puerta principal del Hospital San Vicente de Paúl. Vestía ropa oscura, tenis claras, tenía el cabello tipo afro y portaba una cinta reflectiva sobre la clavícula izquierda.
- 4:21 a. m.: Ingresó por la puerta de emergencias, con camisa negra, tenis blanco con verde, casco negro en mano y la cinta reflectiva naranja. Se le observó hablando por teléfono.
- 4:22 a. m.: Entró a la sala de enfermería, donde lo atendieron por primera vez.
- 4:24 a. m.: Salió con el dedo de la mano derecha vendado. Llevaba documentos, el casco y la cinta reflectiva.
- 5:14 a. m.: Abandonó el hospital. Las cámaras del área de parqueo lo captaron al salir.




Las heridas
Carlos Alberto Barboza murió de forma violenta y brutal. Recibió 66 heridas con arma blanca, principalmente en el cuello, espalda, abdomen y pelvis. La más grave laceró la arteria carótida derecha, lo que provocó una hemorragia masiva que causó su muerte. Las puñaladas también dañaron órganos vitales como los pulmones, el estómago y el bazo, según el dictamen forense DA-2025-00431-PF.
Una de las heridas más profundas alcanzó los 17 centímetros de penetración. Esto provocó hemorragias pulmonares, exposición de intestinos y lesiones severas en el sistema respiratorio. El cuerpo de Carlos también presentaba golpes en la cabeza, rostro y cuero cabelludo, además de sangrado cerebral, lo que indica que lo golpearon antes o durante el ataque.

El expediente judicial revela que Carlos dormía en la barra del bar cuando lo atacaron. Un guarda declaró que en ese momento se desató una pelea entre Jorge Barboza (Bam Bam) y Jean Franco Segura Gómez, dueño del bar y principal sospechoso del doble homicidio. Mientras golpeaban a Bam Bam, apuñalaron a Carlos en el cuello, sin que pudiera defenderse.
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En el caso de Jorge Humberto Barboza, el dictamen DA-2025-00432-PF concluyó que también murió por una herida en el cuello, la cual cortó completamente la arteria carótida izquierda y provocó una exanguinación fulminante. Su cuerpo presentaba cuatro heridas en el cuello, una de ellas de unos 14 centímetros de profundidad.
Jorge también mostraba signos de violencia en la cabeza: hematomas en los párpados, el labio inferior y la frente, además de una fractura nasal. Todo indica que ambos primos fueron reducidos, golpeados y asesinados en condiciones de completa vulnerabilidad. El caso, marcado por su crueldad, evidencia un ataque planificado y con extremo ensañamiento.