Oficiales de Guardacostas interceptaron el pasado viernes una embarcación que transportaba 7.960 kilos de producto pesquero, en su mayoría tiburón gris, al suroeste de Flamingo, en Guanacaste.
Tras una inspección conjunta del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa) y el Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), se confirmó que la carga equivalía a 801 piezas almacenadas en hieleras con hielo contaminado. Además de tiburón gris, se encontró marlín blanco y rosado, y pez vela y dorado.
Según informó el Ministerio de Seguridad Pública, el buque contaba con licencia para pesca artesanal, la cual únicamente permite la captura de especies de escama y moluscos. Por eso, al encontrarse tiburones a bordo, el caso fue catalogado como un presunto delito de pesca ilegal, pues la embarcación no tenía autorización para realizar dicha actividad.
La nave, identificada como El Audaz II, fue localizada 36 millas náuticas al suroeste de Flamingo, en el cantón de Santa Cruz, durante un patrullaje de rutina. En el momento de la detención, el capitán, de apellido Umaña, no portaba documentación de la embarcación. De los cuatro tripulantes, él fue el único arrestado y quedó a disposición de la Fiscalía de Santa Cruz, donde podría afrontar cargos por pesca ilegal.
Las autoridades ordenaron el decomiso de la embarcación y concluyeron que los productos no eran aptos para consumo humano, por lo que fueron desechados con apoyo de la Municipalidad de Santa Cruz.
En Costa Rica, la captura de ciertas especies de tiburón está permitida según la Lista de Especies de Interés Pesquero y Acuícola. No obstante, la Ley de Pesca y Acuicultura impone penas de entre dos meses y diez años de prisión a quienes incumplan las disposiciones establecidas, como la captura de especies en peligro de extinción o la práctica del aleteo.