Paso Canoas, Corredores. Un hombre, cuya identidad se desconoce, murió antenoche tras recibir nueve balazos mientras estaba en el cuarto de un hotel en Paso Canoas, frontera con Panamá.
La víctima, que se identificó en la recepción del hotel Victoria solo con el nombre de Roberto, llegó acompañado de un comerciante costarricense de apellido Calvo, quien permanecía ayer en poder del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Fue el vigilante del hotel quien, alrededor de las 11 p. m. del jueves, alertó a la Policía pues escuchó disparos en una de las habitaciones.
Carlos Vargas Arroyo, jefe policial de Paso Canoas, expresó que inicialmente se presumía que las personas que dispararon estaban dentro del hotel, por lo cual se procedió a rodear el inmueble.
Agregó que luego de varios minutos y con la presencia de oficiales del OIJ de Ciudad Neily y la fiscal Karen Alvarado, ingresaron al hotel y encontraron el cuerpo.
Investigadores ligados a las pesquisas dijeron que en la habitación había manchas de sangre en diversas partes, lo cual hace presumir que hubo un forcejeo.
Asimismo, se encontró una bala de un arma nueve milímetros.
La víctima no portaba ningún documento ni tampoco se halló la billetera, tarjetas, ni dinero.
Esto hace creer que el móvil del homicidio es el robo.
Pese al hermetismo policial ayer trascendió que agentes judiciales entrevistaron a una mujer que, al parecer, estuvo el jueves en la habitación del fallecido.
La testigo relató a los policías que solamente conversó con el hombre y luego se retiró.
En tanto, Calvo (el comerciante que acompañaba al occiso) dijo a las autoridades que conoció al fallecido en San José, quien le pagó $100 (¢50.000) para que lo llevara a Paso Canoas, porque tenía que ir a hacer unas compras.
Tanto Calvo como los otros clientes del hotel afirmaron que no escucharon los disparos.
Este nuevo suceso provocó gran temor entre los pobladores de la zona fronteriza.