Este miércoles comenzó el juicio contra un ciudadano belga de apellido Gilles, de 63 años, por el femicidio de Flora María Céspedes, de 56 años, con quien mantenía una relación extramarital. El proceso judicial se lleva a cabo en los tribunales de Pococí, en la provincia de Limón.
Céspedes falleció en la madrugada del sábado 30 de diciembre del 2023, tras recibir un disparo en la cabeza. Según la investigación, la mujer vivía en el hotel Don Quichotte, propiedad del acusado, ubicado en el centro de Tortuguero. El imputado fue detenido durante un allanamiento realizado por las autoridades en esa misma propiedad 10 días después.
Según la versión del Ministerio Público, el acusado intentó hacer pasar el homicidio como un suicidio. Los investigadores sostienen que Gilles alteró la escena del crimen y colocó ciertos elementos en la orilla del cuerpo de la víctima para simular que ella se había quitado la vida. Sin embargo, los peritajes policiales contradicen esta versión.
Durante la tarde del martes y la jornada del miércoles, tres agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) brindaron testimonio sobre el levantamiento del cuerpo y el desarrollo de la investigación.
De acuerdo con uno de los investigadores, la víctima llevaba meses viviendo en una habitación del hotel con el consentimiento del acusado y su esposa, con el objetivo de que ella superara su presunto problema con el alcoholismo. Además, testigos señalaron que Céspedes se involucraba en asuntos comerciales del negocio, lo que habría generado discusiones públicas con el imputado, especialmente porque este tenía intenciones de vender el hotel.
Defensa alega ‘falta de pruebas’
Por su parte, la defensa de Gilles asegura que la acusación se basa en una mala investigación policial y que no existen pruebas suficientes que lo vinculen con el crimen.
“Desde la defensa consideramos que ha sido acusado de manera injusta. La investigación es deficiente y no hay elementos de prueba que señalen a mi representado”, expresó Luis García, abogado del acusado.
El defensor también afirmó que la víctima no tenía ningún tipo de relación sentimental con su cliente y que en realidad vivía en el centro de Tortuguero. Además, destacó que Gilles es una persona activa en la comunidad.