Un total de 12 personas testificarán en el juicio por la desaparición y posterior asesinato de Allison Bonilla Vásquez, ocurrido el año pasado en Cartago.
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El juicio por el homicidio de la muchacha, de 18 años, está programado para comenzar este lunes 19 de julio en la sala número uno del Tribunal Penal de Cartago y se prevé que se extienda hasta el 30 de este mes, según confirmó la oficina de prensa del Poder Judicial.
El imputado en este caso es un sujeto identificado con los apellidos Sánchez Ureña, conocido como Sukia y quien era vecino de la víctima. A él se le achaca un delito de homicidio calificado.
Los jueces que estarán a cargo de este debate son Magaly Orue, Jenny Almendaris y Franklin Ramírez.
Cruel crimen
Ellos analizarán todo lo sucedido en torno a este caso, primeramente, la desaparición de la muchacha, ocurrida el 4 de marzo del 2020 en Ujarrás de Cartago.
Ese día, en horas de la noche, fue la última vez que se vio con vida a la joven, quien venía de la casa de su suegra y se dirigía a su vivienda, en la urbanización Florencio del Castillo.
En un audio que le envió a su novio, de apellido Segura, Bonilla le indicó que recién se bajaba del bus y que iba a caminar rápido porque “dos pintititicas” la seguían.
En paralelo, la muchacha le pidió a su mamá que la topara en el camino para evitar estar sola.
La madre, Yendry Vásquez, acudió al llamado de su hija y la estuvo esperando en un punto medio, sin embargo, los minutos pasaron y Allison nunca llegó. Intentó comunicarse con ella pero no tuvo respuesta por lo que comenzó con la búsqueda.
El operativo que se formó alrededor de esta desaparición fue inmenso: Policía y hasta voluntarios se sumaron, pero los esfuerzos eran infructuosos. No lograban dar con la víctima.
Mientras la búsqueda se mantenía, los investigadores continuaban con su trabajo, lo cual permitió vincular directamente a Sánchez Ureña con la desaparición. Fue detenido el 2 de setiembre del 2020 y, desde ese momento, permanece en prisión preventiva.
Un día después, el 3 de setiembre, el OIJ precisó que un rastro de sangre que se encontró en la cajuela del carro del hombre fue prueba fundamental para vincularlo con el caso.
Ese mismo día, el hombre manifestó que había violado y matado a la joven, de 18 años, pero 25 días después cambió de criterio y se declaró inocente.
El cambio de versión de Sukia ocurrió un día después de que se encontraran los restos óseos de la muchacha tendidos en un botadero clandestino de la zona.