Un promedio de 165 pacientes acuden cada año a la Sala Constitucional para reclamar a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) la entrega de medicamentos para tratar sus enfermedades.
El dato se desprende del Primer Informe del Estado de la Justicia , presentado ayer por el Programa Estado de la Nación.
En el estudio, se analizaron 4.386 recursos de amparo por derecho a la salud, tramitados del 2006 al 2013. Se concluyó que en 1.316 expedientes (30%), los amparos pidieron fármacos y, de estos, el 58% de los casos (764) fueron declarados con lugar.
Para los investigadores, las políticas de la CCSS en materia de medicamentos se judicializó “de abajo hacia arriba” por la acción de los asegurados en defensa de sus derechos. El fenómeno comenzó a representar más de un tercio de las acciones presentadas contra la CCSS desde el 2005.
Gilbert Armijo, presidente de la Sala Constitucional, explicó que, en los últimos dos años, los amparos por salud han tenido un repunte. Solo en el primer trimestre del 2015, hubo 691 recursos.
Precisamente, el informe explica que en Costa Rica existe un proceso fácil y gratuito que le permite al ciudadano acudir a la Sala IV cuando siente que un derecho le ha sido vulnerado.
Tipos. En el caso de la prescripción de medicamentos, muchas veces los asegurados poseen información de innovaciones farmacéuticas o su médico tratante les receta determinado fármaco, pero un comité asesor técnico-científico rechaza la solicitud.
Los pacientes plantean recursos, entre otras causas, porque se cansan de esperar un tratamiento que no reciben, ya sea por problemas en el suministro de fármacos, desabastecimiento o ambas.
Los 1.316 recursos solicitaron 326 tipos de medicamentos para diferentes tratamientos, entre los cuales sobresalen fármacos antineoplásicos (para tratar el cáncer). Estos últimos representaron el 37,5% de las solicitudes y el 79,4% se declaró con lugar.
Entre otros fármacos reclamados, están los agentes gastrointestinales, anticonvulsivos, agentes cardíacos, antidepresivos y psicoestimulantes y antiinflamatorios.
Curiosamente, en el lapso estudiado, 14 amparos solicitaban Viagra (sildenafil) y hasta crema de rosas y acetaminofén.
El informe añade que los amparos por medicamentos no ponen en riesgo la sostenibilidad financiera del sistema de seguridad social.
De hecho, señala que los fármacos solicitados representan no más del 1,5% del presupuesto de medicamentos de la CCSS, lo cual es muy bajo.