El abogado Juan José Nassar Güell, acusado por una estafa por $5 millones (cerca de ¢3.402 millones) contra la comunidad libanesa de Costa Rica, fue sentenciado a 24 años de prisión por el Tribunal Penal de San José.
Nassar, de 45 años y expresidente de la Casa Libanesa, fue declarado culpable por 12 delitos de estafa mayor y dos de estafa mayor en concurso ideal con dos de falsedad ideológica, es decir, que cometió diferentes delitos en una misma acción.
Aunque la pena en total sumó 87 años de cárcel, fue readecuada a 24 años por las reglas del concurso material.
Por otra parte, este martes los jueces lo absolvieron por el ilícito de administración fraudulenta, pero determinaron que Nassar debía pagar $2,2 millones (¢1.540 millones al tipo de cambio de este 24 de mayo del 2022) y ¢111 millones como parte de la acción civil resarcitoria que reclamaron los afectados.
Asimismo, el jurista deberá sufragar cerca de ¢209 millones a las víctimas por las costas del proceso penal en la parte civil y la querella.
Los hechos acusados ocurrieron entre el 2012 y 2018, periodo en que Nassar contactó a amigos y familiares para ofrecerles inversiones en bancos y la bolsa con rendimientos exagerados.
En aquel momento, el hombre trabajaba para el bufete JC Esquivel y Asociados, junto a un individuo que representaba a la empresa Costa Rica Escrow And Title Services S.A. (Cretsa), dedicada a la administración de bienes fideicomitidos.
En dicha compañía, el imputado era oficial de cumplimiento; sin embargo, no ostentaba ninguna representación en la sociedad.
Según la Fiscalía, Nassar dijo a sus víctimas que él tenía fondos de inversión, una empresa de vinos donde podían invertir y aseguraba que realizaba préstamos mercantiles a diferentes compañías.
También llegó a ofrecer la constitución de fideicomisos sobre bienes inmuebles donde la sociedad Cretsa figuraba como fiduciaria, y además les manifestó que las utilidades de dichos préstamos iban desde el 1% al 17% de interés anual.
Después de ocho años, Nassar entregó supuestas ganancias a los inversionistas que en realidad provenían del dinero entregado por las otras víctimas.
Uno de los afectados habría perdido $500.000 (¢340,2 millones), mientras que un tío de Nassar habría entregado $400.000 (¢272,2 millones) bajo la promesa de que iba a gozar de una tasa preferencial para él.
La fiscala Rocío Alfaro Blanco explicó durante el juicio que cuando el esquema fraudulento se volvió insostenible, Nassar empezó a llamar y enviar correos a sus víctimas para explicar lo que supuestamente había sucedido, llegando a indicar que había caído en insolvencia.
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Este debate, iniciado el 17 de marzo de este año, fue el segundo realizado por esta causa y estuvo a cargo de los jueces Krycia Zamora Pérez, Nancy Marín Monge y Pedro Ramírez Sánchez.
Un primer debate fue suspendido porque uno de los jueces asignados, Luis Carlos Castro, había estado a cargo en una fase previa de recibir prueba de este expediente, por lo que optaron por anular el debate y empezar uno nuevo.
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El juez Ramírez explicó que Nassar era considerado “como un abogado prestigioso, con una intachable vida personal, religiosa, tanto ante la comunidad libanesa como ante los ofendidos”, lo cual permitió que las víctimas vieran como legítimos los ofrecimientos que les hacía de invertir en negocios de diferente tipo.
Ramírez detalló las particularidades de cada víctima y lo que tuvieron que atravesar luego de perder el dinero en las inversiones falsas.
Por ejemplo, una de las empresas afectadas sufrió graves problemas financieros el año anterior, los cuales, afirmaron al Tribunal, hubiesen sido solventados si no hubieran sido estafadas.
Asimismo, una de las perjudicadas debió pasarse a vivir con su hija, pues perdió el dinero que guardaba para su vida cotidiana.