“Queremos comunicar que este caso ya está resuelto, faltando únicamente encontrar a Allison (Pamela Bonilla Vásquez, de 18 años, desaparecida en marzo en Ujarrás) (...) Ya tenemos identificada a la persona responsable de la desaparición.
“Las personas responsables forman parte de un círculo de conocidos o de amigos de la víctima. La persona responsable y sus eventuales cómplices son sujetos de la zona, se aprovecharon de la circunstancia de que ella transitaba sola para interceptarla y llevársela.
“No tenemos duda de quién es el responsable (de interceptarla) y de que actuó con al menos dos sujetos más”.
De esa manera, Rodrigo Araya, abogado de la familia de la muchacha desaparecida, comunicó durante la mañana de este miércoles que la investigación sobre este hecho está “muy avanzada” y que lo único que falta es encontrarla.
Él indicó que, pese a que puede asegurar que ya se sabe quiénes son los responsables, no puede facilitar más detalles a la prensa para evitar entorpecer la pesquisa. Se reservó la relación propiamente que hay entre el sospechoso y la víctima, así como el supuesto móvil.
“En todo caso nos encontramos satisfechos porque hemos podido resolver el quién, el cómo y el cuándo; solo nos falta encontrar a Allison. Así que si usted (sospechoso) está viendo esto, ya sabemos que usted la interceptó, que se la llevó y esperamos pronto interceder con su detención”, recalcó el abogado.
Por su parte, Yendry Vásquez, madre de la desaparecida y quien estaba presente en la conferencia de prensa, apuntó que, desde que ocurrieron los hechos, no ha vuelto a ver al sospechoso de llevarse a su hija.
“Nos duele. En la comunidad, todos somos una familia. Jamás creeríamos que alguien le va a hacer daño a alguien de ahí. Pero, hasta el momento, nos hemos tenido que mantener y seguir adelante y esperar.
“Lo que le puedo decir a esa persona es que se ponga la mano en el corazón. Él tiene hijos, tiene mamá, tiene hermanas y no le gustaría que eso le pasara a alguno de ellos”, insistió la mujer.
‘Han sido víctimas de extorsión'
Además de indicar que la pesquisa va por muy buen camino, Araya reprochó a los “inescrupulosos” que aprovechan la situación que pasa la familia de Allison para pedirles dinero a cambio de información, que en ocasiones es hasta falsa.
“En estos meses, la familia ha sido objeto de extorsiones, de bromas pesadas, de burlas de gente inescrupulosa que se aprovecha para dar datos falsos y así entorpecer hasta la investigación”.
Araya hizo un llamado para que esto cese “de inmediato”.
Al mismo tiempo, instó a las personas que sí podrían tener información real sobre el paradero de Allison, a hablar con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Cartago.
Añadió que, gracias a un esfuerzo familiar y de allegados, lograron recolectar una suma de dinero “importante” que darían como recompensa a quien brinde datos reales que conduzcan a donde se encuentre la muchacha.
Por temas de seguridad, el abogado prefirió reservarse el monto.
Eso sí, solicitó que toda información sea canalizada por medio de la Policía Judicial y no así por medio de la familia.
“Necesitamos urgente que aparezca Allison para culminar con esta investigación, para poder proceder con las detenciones de las personas responsables y para que la familia pueda encontrar un poco de paz”, apuntó Araya.
El abogado aprovechó la conferencia para enviar un agradecimiento al OIJ de Cartago, así como al director general, Wálter Espinoza, ya que considera que se le ha brindado gran apoyo a la familia de la muchacha.
“Se ha asignado un grupo importante de investigadores y el OIJ no ha escatimado en esfuerzos ni humanos ni materiales para dar con el paradero de Allison. Es un hecho lamentable, pero hemos tenido la paciencia y sabiduría necesaria para entender que no es fácil resolver un caso de este tipo”, concluyó el abogado.
Cronología de la desaparición
El miércoles 4 de marzo, a las 5: 15 p. m., Allison salió de su vivienda, ubicada en la Urbanización Florencio del Castillo, en Ujarrás, para dirigirse al Colegio Nocturno de Cachí.
Según las estimaciones, ella llegó a su destino a las 6 p. m. Sin embargo, una vez en el colegio, se percató de que no tenía clases, por lo que decidió ir a la casa de su suegra, que está cerca de la plaza de Cachí.
La distancia entre el centro educativo y la vivienda de la señora es mínima, tanto así que los familiares calculan que no demoraría más de tres minutos en llegar.
A eso de las 8 p. m., empezó el último recorrido conocido de la muchacha, pues a esa hora estaba en una parada en Cachí, esperando el bus que la llevaría de regreso a su vivienda, a 5,5 kilómetros de distancia.
A las 8:10 p. m. abordó la unidad de transporte público y media hora después se bajó en la parada que está frente a Agro Ujarrás.
Para llegar a su casa, debía caminar 1,6 kilómetros en un trayecto oscuro y solitario. Por eso, ella llamó a su madre para pedirle que la topara: quedaron de verse a 500 metros de la vivienda.
Después le grabó un audio a su novio para decirle que unos “pintas” la venían persiguiendo. Ambas comunicaciones ocurrieron entre las 8:40 p. m. y las 8:50 p. m. En paralelo, una cámara de seguridad de otra casa, ubicada cerca del puente Amarillo, grabó a la joven caminando apresurada a las 8:47 p. m. de ese miércoles.
La mamá, Yendry Vásquez, llegó al sitio de encuentro pactado: a 150 metros del puente Amarillo. Como no la vio, siguió caminando; después alertó sobre su desaparición.
Desde ese momento, la Policía ha logrado encontrar los anteojos de la muchacha, los cuales estaban a 1,5 kilómetros del puente, así como su cédula.
A finales de marzo, después de recibir información confidencial, el OIJ allanó la casa de un vecino de la muchacha, de apellidos Sánchez Ureña, de 28 años.
Él figura como investigado en la causa 20-000825-058-PE. Se pidió una actualización a la Fiscalía sobre este asunto en particular e indicó lo siguiente:
“La Fiscalía Adjunta de Cartago informó de que la investigación en contra de Sánchez Ureña avanza en la etapa de recolección y análisis de prueba. De momento, esta persona es la única investigada dentro de la causa.
“Debido a que esta etapa es privada, no es posible brindar más detalles, en apego a lo que establece el artículo 295 del Código Procesal Penal”.