A mediados de marzo, dos sujetos fueron detenidos como sospechosos de aprovechar que adultos mayores se quedaban solos en sus casas, entre las 9 a. m. y la 1 p. m., para llegar al sitio, ganarse su confianza y despojarlos de dinero.
El Carmen, San Nicolás, Dulce Nombre y La Unión, en Cartago, así como San José eran los principales puntos de operación de los sujetos, de apellidos Vargas Villachica, de 27 años y Happer Mena, de 56.
A ambos se les atribuyen al menos 16 delitos, pero no se descarta que sean más, por lo que el caso se mantiene en investigación dentro del expediente 21-000289-0058-PE.
La Nación conversó con otras dos afectadas, quienes pidieron mantener su identidad en reserva por motivos de seguridad. Ninguna de las dos denunció, pero indicaron que fue Happer el que llegó a sus casas.
Además, el modo en el que fueron engañadas es similar al descrito por las autoridades.
La primera de ellas reside cerca de la plaza de la Lima, en San Nicolás, y afirma que, a mediados de febrero, un sujeto llegó a pie hasta el portón de su vivienda. Una vez ahí, tocó y cuando ella salió le consultó por su hijo.
“Le pregunté a cuál de todos mis hijos buscaba y me dijo que se le había olvidado el nombre, me dio algunas indicaciones y le pregunté que si era Martín, me dijo que sí.
“Me dijo que me traía unos frijoles blancos, unas yucas y unos plátanos de la finca y como mi hijo a veces va a una finca, le creí.
“Luego me indicó que se había quedado varado, pero que si le podía abrir para ir a traer mis cosas, dijo que iba a llamar a Martín y hasta hizo como si estuviera hablando por teléfono con él.
“Yo no me acordé de la advertencia de que andaban asaltando, él como que lo atonta a uno y donde abrí el portón para ver dónde estaba el carro, entró, me dijo que primero le iba a dejar una plata a Martín”, relató esta mujer.
Recordó que mientras estaban dentro de la casa el sujeto recorrió casi todo el inmueble, le pidió un vaso de agua, pero ella estaba confiada de que al otro lado del teléfono su hijo escuchaba todo.
Afirma que ella no sintió desconfianza y por ello, cuando el hombre le dijo que necesitaba ¢30.000 de vuelto ella buscó, sacó el dinero que tenía para el pago de los recibos de luz y agua.
Ese efectivo fue tomado por el sujeto, quien siguió fingiendo que hablaba con su hijo telefónicamente.
“Luego de que cogió la plata, me dijo que ya venía, que iba a ir a traer las cosas y el dinero. Salí a ver dónde estaba el carro y en lo que volví a ver ya él no estaba, por lo que acaté a llamar a Martín en ese momento para ver si era cierto, pero no me contestó.
“Entonces, me fui para donde mis nietas y llegué llorando de la cólera que tenía porque me acababan de robar.
“El primero que vino fue Martín, de hecho, y me dijo que como era, yo le dije que lo debía conocer porque él me lo había mandado y él me dijo que no había mandado a nadie”, explicó esta adulta mayor.
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‘Me dijo que si le podía cambiar ¢20.000 y yo le dije que sí’
Muy cerca de su casa, en la Lima, habita otra señora que también fue víctima de los hampones, pero en diciembre.
El modo de operar fue similar. Llegó un hombre buscando a su hijo, indicó que le debía una plata y se la venía a dejar. Minutos después, le pidió que le abriera el portón para entregarle unas cebollas y hortalizas, fue así como logró ingresar a la vivienda y entablar una conversación que le permitió saber dónde se encontraba el dinero.
En cuestión de segundos, el sujeto estaba en el comedor de su casa, donde solo se encontraban ella y su esposo.
“Gracias a Dios no nos hizo nada. En algún momento, él (el delincuente) me dijo que si le podía cambiar ¢20.000, yo le dije que sí, ya que a mi esposo le habían dado la pensión y el aguinaldo.
“Me metí en el cuarto, abrí el ropero y él se quedó parado en la puerta, saqué los dos billetes de ¢10.000 y me quedé esperando los ¢20.000. Cuando lo vi fue que salió en carrera, entonces yo salí afuera y ya iba lejos, me había quitado más plata y no me había dado cuenta de eso porque mi esposo tenía la billetera con el aguinaldo y la pensión que le habían dado, yo tenía ¢100.000 en una carterita y no me di cuenta muchacha, se la llevó, hasta el rato fue que me di cuenta que me hacía falta la plata, no sé en qué momento se arrimó y me abrió el ropero”, aseguró la afectada.
Esta adulta mayor reconoce que el hecho de saber que detuvieron a dos sujetos la hace sentirse tranquila y aunque sabe que difícilmente va a recuperar su dinero, espera que nadie más pase por esto.
Actualmente, Happer y Vargas descuentan seis meses en prisión preventiva como sospechosos de robarles dinero a adultos mayores luego de ganarse su confianza.
Según la investigación, estos aparentes ladrones realizaban un estudio de sus posibles víctimas y, al conocer que se solían quedar solas, planeaban el robo.
Se estima que el perjuicio económico solo de las siete causas atendidas en Cartago es de ¢5 millones, aproximadamente.
Fiscalía: Delitos en perjuicio de adultos mayores en ascenso
De acuerdo con la Fiscalía General, los delitos en perjuicio de adultos mayores vienen en ascenso, situación que ya está en análisis, debido a la “violencia” y la magnitud de los daños generados.
Solo en el 2020, las autoridades registraron en todas las sedes del Ministerio Público 6.082 causas en donde la víctima tenía más de 65 años.
La institución detalló que son muchos los ilícitos, entre ellos: fraude de simulación de bienes susceptibles gananciales, robo agravado, robo simple, hurto, falsedad ideológica, estafa, amenazas personales, agresión psicológica, daños, explotación de personas adultas mayores, usurpación e infracción a la Ley Integral de Personas Adultas Mayores.
También homicidio culposo (Ley de Tránsito), apropiación y retención indebida, falso testimonio, agresión con arma, incumplimiento de medidas de protección, abandono de incapaces, agresión física, así como ofensas a la dignidad.
FUENTE: OIJ y Conapam DISEÑO/LA NACIÓN.
Por ello, desde ya trabajan en un proyecto que ha permitido recopilar la información necesaria para “construir y establecer una Política de Persecución Penal (PPP) de los delitos cometidos en perjuicio de personas adultas mayores y de personas con discapacidad”.
“Según indicó la fiscala general, Emilia Navas Aparicio, este tipo de casos no solo van en ascenso, sino que además se presentan con niveles altos de violencia y altos en cuanto a magnitud de daños.
“Aunque el objetivo final sí es crear una estructura como la de la Fiscalía Adjunta de Atención de Hechos de Violencia en Perjuicio de Niñas, Niños y Adolescentes, por el avance del proyecto, todavía es prematuro hablar de su conformación y redistribución de plazas”, afirmó el Ministerio Público, por medio de su oficina de prensa.