Agentes caninos interceptaron, en menos de 24 horas, tres intentos de ingreso de droga al Centro de Atención Institucional (CAI) Gerardo Rodríguez, en el complejo La Reforma. Se trata de particulares que realizaban visitas a ese centro penitenciario, ubicado en San Rafael de Alajuela. Las personas ocultaron la droga en sus partes íntimas.
El último intento lo descubrió este domingo el agente canino Guante, quien halló un envoltorio, presuntamente, con marihuana que un hombre ocultó en su ano. El sujeto pretendía ingresar con la droga al módulo de Máxima Seguridad de La Reforma pero, en cambio, fue traslado a la Fiscalía de Alajuela, después de la aparición de la droga.
Previamente, la agente canina Chana halló un paquete de aparente cocaína, tal y como había reportado también este domingo el Ministerio de Justicia y Paz. En esa ocasión, Chana dio con 126,9 gramos en un envoltorio oculto en las partes íntimas de una mujer que iba de visita.
Adicionalmente, la mañana de este sábado, esa misma perra detectora de droga ayudó a los policías a localizar 131,5 gramos de presunta cocaína, también entre las partes íntimas de otra visitante.
Esta semana, la Policía Penitenciaria, en coordinación con la Unidad Canina, realizó otro decomiso de un cargamento de droga y varios accesorios para teléfono. El paquete estaba oculto en uno de los aposentos del taller de metales del CAI Jorge Arturo Montero Castro, también en La Reforma, donde los privados de libertad fabrican pupitres.
Asimismo, Justicia comunicó este domingo que tras un operativo en el CAI 26 de Julio, en Puntarenas, los oficiales decomisaron nueve teléfonos celulares, 12 artículos electrónicos no permitidos, diez armas blancas y cuatro litros de fermento de chicha.
Desde el 25 de mayo anterior, la Policía Penitenciaria y el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ejecutan acciones en las cárceles para incautar dispositivos electrónicos y droga.
Estas acciones lograron que el pasado 14 de julio quedara detenido un policía penitenciario que introdujo marihuana empacada al vacío, la cual adhirió a su cuerpo para evitar ser detectado por los filtros de seguridad del CAI San José, conocido como cárcel de San Sebastián.