El guarda del Hotel La Mansion Inn vio al imputado Teodoro Herrera caminar, la noche del crimen, por el pasillo que llevaba a la habitación 3, donde se hospedó María Luisa Cedeño. Así lo precisó este miércoles la agente del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Quepos, Raquel Salazar.
En esa habitación ocurrió la violación y asesinato de la anestesióloga María Luisa Cedeño, cuyo cuerpo fue hallado el 20 de julio por empleadas del hotel. Por este hecho se encuentran imputados el bailarín Herrera, quien trabajaba en el hotel; el exdueño del lugar, Harry Bodaan; y el administrador Luis Carlos Miranda, quien era huésped al momento de los hechos.
Salazar afirmó, ante los jueces del Tribunal Penal del Segundo Circuito Judicial de San José, que luego del asesinato ella entrevistó al guarda Christofer Castro, quien relató que él hacía rondas de vigilancia por el hotel cada 20 minutos. En una de sus caminatas observó a Bodaan, su esposo Danilo Obando, Herrera y Martínez en una fiesta en la terraza de la casa de Bodaan, quien vivía a un lado del hotel.
Castro le indicó a la Policía Judicial que más tarde, esa madrugada, él grabó con su celular a Herrera caminando por los pasillos con dos cervezas en sus manos, presuntamente robadas del hotel, con el fin de mostrarle a Bodaan pruebas de mala conducta de su empleado.
La agente judicial indicó que en el video, el cual fue entregado al OIJ por parte de Castro, se observa a Teodoro bajando unas gradas, con un short color gris, descalzo, sin camisa y con las dos latas de cerveza.
“Se escuchaba la voz de Christofer donde le decía a Teodoro: ‘mae Teo, Harry lo está esperando, Harry ya viene para arriba, huevón, ¿usted por qué hace eso? ¿De adonde agarró esas cervezas?’”, relató Salazar.
Consultado por el fiscal Edgar Ramírez sobre qué respondió Herrera, la agente afirmó que se le escucha hablar al bailarín, pero “su lenguaje no se entiende bien, en ese momento lo que se le siente en el acento es como si estuviera alcoholizado”.
Luego de que Castro mandara el video, Bodaan y Obando fueron al hotel, donde el empresario estadounidense se molestó con el bailarín y se lo llevó a la habitación donde Herrera vivía.
“Ahí Christofer pierde contacto; sin embargo, dice que como él sabía que el comportamiento de Teodoro iba a continuar, sigue rondando y lo ve pasar hacia uno de los pasillos del hotel, que queda por la habitación número 3, y que ahí lo pierde de vista”, apuntó Salazar.
Castro contó que a las 3:30 a. m. pasó por el pasillo para limpiar, y en la habitación de Cedeño escuchó un televisor prendido y a Mafalda, la mascota de la doctora, ladrando. Aproximadamente media hora después, volvió a pasar por el lugar y ya no escuchó nada.
Tal y como mencionó el exjefe del OIJ de Quepos este martes, Bodaan le enfatizó a Salazar y a los otros agentes judiciales que él sospechaba de Teodoro Herrera.
El bailarín quedó detenido el mismo día del hallazgo, luego de que los policías le observaran rasguños en el cuerpo. Salazar indicó que una de las primeras diligencias en la investigación fue analizar si las marcas en el cuerpo del bailarín fueron provocadas por rasguños, un elemento trascendental para el caso porque en la escena del crimen se recolectaron uñas de la ofendida.
Asimismo, se detectaron rastros de sangre en varios lugares de la habitación de Herrera.
Cinco días después del primer arresto, fue aprehendido Miranda y luego Bodaan. A ellos dos se les vinculó por unos mordiscos que tenía la víctima en la mejilla derecha, el antebrazo derecho y el seno izquierdo.
El juicio continuará este jueves con más declaraciones de la agente Salazar.