Allison Pamela Bonilla Vásquez, de 19 años, murió debido a los golpes que sufrió cuando fue lanzada, inconsciente, a un botadero clandestino ubicado en San Jerónimo de Cachí, en Paraíso, Cartago.
Dicho detalle fue revelado, este lunes, por la fiscala Paula Aragón Gómez a exponer los detalles de la acusación en el primer día del juicio por el crimen de la joven.
Según la pieza acusatoria, el 4 de marzo del 2020, a las 8:47 p. m., la víctima se bajó de un bus y comenzó a caminar con rumbo a su casa, en la urbanización Florencio del Castillo, en Ujarrás de Paraíso.
Casi de inmediato, detalló la representante del Ministerio Público, Nelson Enrique Sánchez Ureña, el único sospechoso del asesinato, habría sacado su vehículo marca BMW, color vino, para alcanzar a Bonilla, a quien le ofreció llevarla a su casa.
Sin embargo, en el camino, al parecer, el hombre se desvió y la llevó hasta una finca de café ubicada 200 metros al norte del parque recreativo Charrarra, donde presuntamente la obligó a bajarse del vehículo para llevarla a unos 140 metros de la entrada de la propiedad.
“Una vez en el sitio, la golpeó con tal fuerza que sus anteojos medicados cayeron al suelo, desprendiéndose del marco uno de los lentes. Asimismo, producto del golpe, uno de los aretes que portaba la víctima cayó al suelo y quedó en el lugar.
“El fuerte golpe propinado por Sánchez Ureña le ocasionó a Allison Bonilla una herida sangrante que dejó rastro en el terreno y la dejó inconsciente, momento en el que el imputado la introdujo nuevamente en su vehículo, colocándola en el asiento delantero, y, finalmente, la amarró de sus manos con un trozo de tela y cinta adhesiva para colocarla en la cajuela del automotor.
“Acto seguido, Sánchez Ureña condujo con rumbo a un botadero clandestino ubicado en San Jerónimo de Cachí y ese mismo día, el 4 de marzo del 2020, el imputado al llegar, con total desprecio por la vida humana, sacó de la cajuela el cuerpo inconsciente de la ofendida y lo lanzó a un precipicio de aproximadamente 450 metros de profundidad, con la finalidad de asegurar la muerte de la ofendida, tomando en cuenta las condiciones del lugar donde cayó, para procurar así la impunidad”, detalló Aragón en la acusación.
La fiscala recriminó el accionar de Sánchez, pues de esa forma logró que el paradero de Bonilla fuera incierto por más seis meses, hasta que un grupo de rescate voluntario encontró, el 27 de setiembre del año pasado, unas prendas de la víctima y alertó a las autoridades.
Al día siguiente, el 28 de setiembre, la Policía Judicial ingresó al sitio y encontró restos óseos que, una vez analizados, sirvieron como base para confirmar que eran de Allison Bonilla.
Aragón detalló que la joven tenía fracturas de tórax y costillas, las cuales coinciden con los traumas generados por el lanzamiento del cuerpo, por lo que a su criterio, lo ocurrido constituye un delito de homicidio calificado.
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Ataque sexual
Después de la intervención fiscal, el abogado de la familia de la muchacha, Rodrigo Araya Solano, precisó en la querella que ese día, antes de dejarla inconsciente, el sospechoso habría atacado sexualmente a Bonilla.
En su pieza acusatoria detalló que la víctima le tenía confianza al imputado porque las familias de ambos se conocían y porque, además, días antes del 4 marzo del 2020, Sánchez ya había llevado a Allison hasta su casa junto a unas primas.
“Aprovechándose de confianza que la víctima le tenía, con el fin de actuar sobre seguro y sobre todo para materializar sus verdaderas intenciones que era privarla de su libertad para violentarla sexualmente y luego quitarle la vida, el imputado logra que la señorita suba a su vehículo creyendo que su destino final sería su casa”, destacó el abogado, quien replicó varios detalles revelados por el Ministerio Público.
Agregó que Sánchez habría lanzado el cuerpo de Allison Bonilla el 4 de marzo del 2020 pasadas las 9 p. m. y que producto de esa acción, el cadáver de la víctima tenía fracturas vertebrales, torácicas y en varias costillas.
Araya recalcó que la muerte de la joven fue “trágica, inhumana y triste”, por lo que al igual que la fiscala considera los hechos como un homicidio calificado.
El abogado también pidió como parte de la acción civil un resarcimiento de ¢150 millones.
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Sin declarar
Poco después de escuchar las piezas acusatorias, las juezas Magaly Orue y Jenny Almendaris, así como el juez Franklin Ramírez, tomaron los datos de identificación a Nelson Sánchez, de 29 años, y le consultaron si quería declarar.
“Rechazo todos los cargos y me abstengo de declarar”, aseguró el hombre.
Posteriormente, Yendry Vásquez Cordero, madre de Allison, así como su hermana, Xiomara Vásquez Cordero, declararon, pero tanto a ellas como un tío político de la joven están bajo el programa de protección a testigos, por lo que su declaración fue totalmente privada.
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Incluso, con el visto bueno de su defensor, Adrián Rojas Rodríguez, el sospechoso fue llevado a otra sala para escuchar el testimonio de la familia de Allison Bonilla sin tener contacto con ellas.
Durante este juicio se espera recibir a 12 testigos en total. Para este martes se tiene previsto que declare el novio de la joven, Harold Segura Solano, y otras tres personas.
El debate está programado hasta el próximo 30 de julio, según la agenda del Tribunal Penal de Cartago.
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