La exmodelo Cristina García Chacón, quien sufrió una infección y deformaciones en sus glúteos durante un tratamiento estético en el 2011, lleva una década en instancias judiciales, a la espera de justicia. Aunque hubo una primera condena en el 2017 contra el médico que la atendió, ahora la mujer deberá afrontar un nuevo juicio para que los jueces vuelvan a analizar la gravedad de las lesiones que ella sufrió.
Este volver a empezar ocurre luego de que la defensa del médico, identificado con los apellidos Vargas Scott, intentó que se rebajara la calificación del delito de lesiones graves, a lesiones culposas (sin dolo). Con ese argumento acudió a dos instancias, al Tribunal Penal de Apelación y la Sala de Casación Penal.
Esta última, el 10 de setiembre del año pasado, declaró inadmisible el recurso interpuesto; sin embargo, los magistrados consideraron necesario volver a revisar el aspecto específico de las lesiones. Por esta razón, anularon la condena a tres años de cárcel por lesiones graves y al pago de una millonaria suma a la víctima y ordenaron un juicio de reenvío que se realizará en el Tribunal de Juicio de Pavas del 24 al 28 de octubre de este año a partir de las 8 a. m.
Tras lo dispuesto por los magistrados en la resolución número 2021-00972, lo único que quedó en firme del primer debate fue la condena de un año de cárcel por falsificación de documento privado contra el doctor Vargas Scott, quien indicó por escrito que le había introducido a la paciente ácido hialurónico, cuando en realidad fue polimetilmetacrilato (PMMA), el cual le causó deformaciones a la exmodelo. Lo anterior ocurrió en el 2011 en la clínica Lindora Cosmetic Center, propiedad de Vargas, situada en Santa Ana.
Lucha sostenida de una década
Tras las lesiones sufridas, Cristina García presentó una denuncia el 27 de noviembre del 2012. Desde entonces, pasaron casi cinco años hasta el 3 de marzo del 2017 para que Tribunal Penal de Pavas condenara a Vargas Scott. Ahora, para cuando ocurra el juicio de reenvío, se completará casi una década esperando por un cierre definitivo de este asunto.
De acuerdo con Raquel Castellón, representante de la exmodelo, la defensa del médico aduce que las lesiones fueron culposas (sin intención), mientras que ellos van a insistir en que las lesiones graves ocurrieron independientemente de si fue intencional o no.
“Al caerse la condena por las lesiones, se cayó también la condena civil”, dijo Castellón, quien confirmó que García no ha recibido un solo centavo de los $200.000 por daño moral y más de $78.334 por los gastos médicos que el Tribunal había ordenado pagar como parte de la acción civil resarcitoria. Al tipo de cambio actual esa cifra ronda los ¢181 millones.
“Ahora vamos a juicio en octubre y ahí se va a tener que resolver todo lo relativo a las lesiones. Se van a discutir nuevamente todos los hechos. Para Cristina ha sido muy desgastante, porque no ha logrado obtener justicia y han pasado muchos años sin que el caso se resuelva”, sostuvo.
De momento, salvo un tímido acercamiento entre las partes ocurrido meses atrás, no se ha concretado ninguna posibilidad de arreglo conciliado y por ahora todo parece indicar que van a dirimir la parte de las lesiones y la acción civil en el debate.
Castellón estima que hay suficiente prueba para que se condene a Vargas. “Doña Cristina (hoy de 52 años y radicada en Canadá) todavía sigue con las consecuencias de las inyecciones que le aplicó el médico, de los polímeros, y tenemos pruebas para demostrar que efectivamente fue así”, concluyó.
Unos camanances
Este caso se remonta al 19 de setiembre del 2011, cuando García se acercó a Lindora Cosmetic Center, propiedad de Vargas, pues desde que era niña, le hacían bullying en la escuela porque tenía unos camanances en sus glúteos.
Con el fin de corregirlos, ella acudió a la clínica del doctor Vargas, quien la sometió a un procedimiento de infiltración para rellenar los camanances. En el juicio la modelo dijo que el médico le comentó haberle inyectado 350 centímetros cúbicos de una sustancia llamada polimetilmetacrilato (PMMA) en cada nalga. Por ese tratamiento, la ofendida pagó $2.260.
Durante el juicio el médico Vargas Scott sostuvo que la exmodelo aceptó inyectarse una sustancia en sus glúteos, pese a que conocía del riesgo que esto implicaba.
Por su parte la paciente insistió esa vez en que ella desconocía cuál era esa sustancia (PPMA) y le preguntó si podía tener alguna consecuencia negativa para su salud, a lo que, al parecer, el médico le respondió que no. “Me dijo que me sintiera segura, que estaba en buenas manos, que lo venía usando desde hace mucho tiempo, que no había complicación, que yo iba a estar muy feliz después de la cirugía del relleno”, dijo.
“Él le indicó que no tenía efectos secundarios dañinos. Es decir, nunca hubo un consentimiento informado que explicara la posibilidad de riesgo o complicaciones con la sustancia aplicada”, dijo en el debate la abogada Raquel Castellón.
Según la querella, García se enteró posteriormente de que el PMMA produce efectos secundarios como inflamaciones, deformidades y mutilaciones. En este caso, a la exmodelo se le inflamó el área inyectada, le salieron moretones, se le deformaron los glúteos y también el área genital.
Piden sanción administrativa
Las denuncias por falta de cuidado e impericias van en aumento en los últimos años. Muchas veces los casos quedan en impunidad porque en el ámbito de Medicina Legal a veces es difícil determinar la responsabilidad del médico. Otros casos se resuelven con medidas alternas como conciliación o reparación del daño y en otras ocasiones las personas afectadas prefieren no denunciar por lo engorroso del proceso.
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Los abogados que representan a la exmodelo García acudieron al Tribunal de Ética del Colegio de Médicos de Costa Rica para solicitar sanciones como la suspensión del ejercicio de funciones al doctor Vargas Scott.
Al quedar en firme la condena por falsificación de documento privado contra el doctor, presentaron la solicitud respectiva.
El médico Alejandro Madrigal Lobo, fiscal adjunto del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, informó que el caso del doctor Vargas ya había pasado por el proceso de investigación preliminar en la Fiscalía de ese Colegio y se había elevado al Tribunal de Ética, pero como estaba todavía en nivel judicial, se mantuvo suspendido el trámite hasta esperar los resultados finales.
“Actualmente el caso está en la etapa de audiencia. Lo que falta es que el Tribunal de Ética le ponga fecha y la hora para hacer la audiencia, que es como el juicio interno del Colegio de Médicos”, dijo Madrigal.