La autopsia practicada a la anestesióloga asesinada María Luisa Cedeño reveló que fue víctima de violación y que su causa de muerte fue una grave lesión en la nuca.
Además, la víctima presentaba signos de asfixia, golpes en mejillas, labios, brazos y tórax. También le encontraron tres mordeduras: una en la mejilla derecha, otro en el brazo derecho y la última en el pecho.
La información fue extraída de un dictamen médico legal, realizado por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y que puso en conocimiento de la Fiscalía de Quepos el 25 de julio, por medio del oficio DA-2020-01535-PF.
En ese documento, los doctores Silvia Fernández y Jorge Aguilar, ambos de la sección de Patología Forense del OIJ, comunicaron los principales hallazgos de la autopsia realizada a la ofendida el 21 de julio a las 8:30 a. m.
Para empezar, señalan que la hora de muerte de la anestesióloga está entre las 4:48 a. m. y la 12:48 p. m. del lunes 20 de julio en la habitación número tres del hotel La Mansion Inn, en Manuel Antonio de Quepos.
Indicaron que, antes de asesinarla, el o los responsables intentaron asfixiarla, ya que el cuerpo presentaba ”múltiples hematomas” en distintos músculos del cuello.
Además, tenía “datos de síndrome asfíctico como congestión ocular, cianosis distal, congestión pulmonar, congestión renal, congestión cerebral y sangre oscura fluida al corte”, se lee en el reporte médico legal.
Pero, pese a eso, la causa de muerte es un grave trauma en la nuca, confirma la autopsia.
En paralelo, confirmaron que Cedeño fue víctima de violación, lo cual le provocó graves lesiones en sus partes íntimas.
En esas mismas pericias practicadas como parte de la autopsia, resalta una que hicieron para conocer si existía saliva en donde ella fue mordida; sin embargo, en julio, su resultado todavía no se conocía y no trascendió nada al respecto.
El resultado de esta autopsia trasciende un mes y dos semanas después de que se diera el asesinato, que actualmente tiene como sospechosos a tres hombres, dos de ellos son de apellidos Herrera y Miranda Izquierdo. El otro es Harry Bodaan, quien es el dueño del hotel donde se dio el crimen.
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Defensa pide aclaraciones de pericias
Según comentó José Miguel Villalobos, abogado de Bodaan, la semana anterior tuvieron acceso a los resultados de dictámenes periciales que le hicieron a la víctima.
Como parte del proceso, la defensa de los imputados tiene espacio para pedir aclaraciones de esos exámenes. En el caso puntual de Villalobos, detalló que solicitó unas 25 ampliaciones.
Entre eso se encuentra el cuestionamiento de si se hizo o no un examen toxicológico a la ofendida. “Es de nuestro interés saber si pudo ser drogada, si alguien le introdujo un elemento que le hiciera perder la capacidad de resistencia o defensa”, recalcó el abogado.
Asimismo, piden que los médicos forenses den una ampliación de la autopsia, en el sentido de generar una especie de perfil que permita establecer si cualquier persona puede generar ese trauma craneal o no.
“Queremos saber, también, si se requiere de un conocimiento anatómico para saber doblar el cuello y quebrar la cervical, queremos saber qué aptitud tiene que tener el o los asesinos”, señaló Villalobos.
Otro de las aclaraciones que solicitan es sobre el dictamen odontológico forense, para entender si tomar las fotos de las mordeduras 28 horas después de que fueron hechas, “afecta la pericia”.
Además, según dijo el defensor, el odontólogo forense dijo en una entrevista con personal del OIJ, ocurrida el 23 o 24 de julio (no precisó) y que quedó dentro del expediente, que fue una sola persona la que ocasionó los tres mordiscos en María Luisa.
No obstante, agregó el abogado, ese mismo funcionario cambió de opinión y “ahora dice que podrían ser mordiscos de dos o tres personas diferentes”.
Por último, piden conocer también si la violación ocurrió antes del asesinato o después.
Villalobos dijo que, hasta el momento, no han recibido ninguna respuesta y que espera que, por el bien de la investigación, dichas dudas sean aclaradas cuanto antes.
Paseo trágico
María Luisa Cedeño Quesada, quien era jefa del Servicio de Anestesiología y Recuperación del Hospital Cima, en Escazú, San José, decidió vacacionar en este hotel por tres días.
Según la información dada por las autoridades, llegó al sitio el sábado 18 de julio y se hospedó en la habitación número 3.
Todo transcurría con aparente normalidad, tanto así que la doctora, el domingo, a las 9 p. m., bajó a recepción a pedir una botella de vino. Sin embargo, después de ese momento, no se le vio más.
Debido a que su salida del hotel estaba prevista para el lunes 20 de julio al mediodía, el personal de limpieza del hotel tocó a la puerta de la habitación. Al no obtener respuesta, ingresó y fue cuando divisó el cuerpo envuelto en una cobija, ensangrentado y con varios golpes.
Se brindó la alerta respectiva para que los agentes del OIJ hicieran el levantamiento del cuerpo.
El hecho trascendió el martes 21 de julio, mismo día en que se informó sobre la detención de Herrera Martínez, quien era un conocido bailarín de clubes nocturnos josefinos.
Cuando lo llegaron a detener, los policías le observaron rasguños en su cuerpo y eso, entre otros elementos, fue clave para su captura.
Él fue presentado ante la Fiscalía para tomarle la indagatoria. Después del proceso correspondiente, fue llevado ante el juez penal, quien le impuso seis meses de prisión preventiva.
Días después circuló la versión de que Herrera y la doctora se conocían de previo al asesinato; no obstante, el OIJ y la Fiscalía descartaron que tuvieran contacto alguno antes de lo ocurrido.
Cinco días después de la primera captura, el 25 de julio, las autoridades detuvieron a Miranda Izquierdo por haber participado supuestamente en el homicidio. A él también le impusieron seis meses de prisión preventiva.
La última persona que ha sido detenida por este caso es el dueño del hotel. Él, quien fue capturado a mediados de agosto, fue vinculado al crimen por unas mordeduras que tenía la víctima en su mejilla y antebrazo.
El juez le impuso arresto domiciliario con tobillera electrónica por los próximos seis meses.