Luego de siete meses de debate, el bailarín Teodoro Herrera fue condenado este viernes a 50 años de prisión por el homicidio de la doctora María Luisa Cedeño, ocurrido el 20 de julio del 2020 en el Hotel La Mansion Inn en Quepos, Puntarenas.
Herrera purgará 18 años de cárcel por un delito de violación calificada y 32 años más por el homicidio calificado de la anestesióloga de 43 años, quien había decidido vacacionar en ese centro de alojamiento junto a su perrita Mafalda.
Por su parte, los otros dos acusados fueron absueltos de ambos delitos por el principio indubio pro reo (por duda). Se trata del dueño del hotel, Harry Bodaan y del administrador de empresas Luis Carlos Miranda Izquierdo, quien hacía un trabajo de marketing en el local.
En cuanto a la acción civil resarcitoria, Herrera y el Hotel La Mansion Inn, ahora llamado Oceans Two, fueron condenados a pagar ¢795 millones por daño material, ¢80 millones por daño moral y otros ¢53 millones por daño moral a la víctima, en favor de los padres y hermanos de la víctima.
La condena fue impuesta por el Tribunal Penal del Segundo Circuito Judicial de San José, en Goicoechea, luego de siete meses de juicio, por un crimen que conmocionó al país, debido a la violencia y crueldad contra la víctima. Los jueces a cargo fueron Sandra Arrieta, Rodrigo Salas y César Palma.
“Lo primero que debe establecerse es que se contó con mucha prueba técnico-científica donde se vincula a Teodoro, no solamente con el lugar específico donde se dieron los hechos, sino también con la señora victima dentro de esta causa”, explicó Palma.
Los análisis de laboratorio encontraron gran cantidad de ADN de Herrera en las uñas de la doctora, así como en muestras de hisopado en la vagina y en el antebrazo derecho. Estos fueron algunos de los factores determinantes para el Tribunal.
De igual forma, los jueces valoraron un video en poder del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), el cual muestra a Herrera caminando por los pasillos del hotel en la madrugada en que ocurrió el crimen.
Herrera también tenía rasguños cuyas características coinciden con los hechos acusados, situación que no fue así con los imputados Miranda y Bodaan.
En el caso de estos dos imputados, la principal prueba presentada por la Fiscalía fueron tres marcas de mordiscos en el cuerpo de la doctora. Según el análisis forense, no se descartó que Bodaan provocara las marcas halladas en la mejilla derecha y el brazo derecho, mismo caso que con Miranda en la marca del seno izquierdo.
“El Tribunal debe indicar que al contrario que con Teodoro Herrera, no hay elementos de carácter técnico-científico que vinculen a Luis Carlos Miranda con la escena del crimen o el cuerpo de la victima”, explicó el juez, quien brindó un mismo criterio sobre Bodaan.
Palma indicó que la prueba presentada no cumple con los elementos básicos para inculpar a Miranda. La principal razón para que la prueba odontológica no fuera determinante, es que según estándares internacionales, un dictamen odontológico no puede vincular con certeza total a una persona con lesiones de mordiscos.
Otras pruebas, como que Miranda tenía pornografía en su celular o que pudo haber asesinado a la doctora por sus conocimientos de artes marciales, fueron descartas por los jueces, así como el hecho de que Bodaan tenía un alto conocimiento del hotel, pues él era el dueño y estaba constantemente en el lugar.
El juez Palma indicó que la sentencia integral se leerá el 28 de abril a las 3 p. m.
Acusación
En su acusación, el Ministerio Público había sostenido que los tres acusados entraron a la habitación donde se hospedó Cedeño, y que se pusieron de acuerdo para que Herrera la violara. La jefa del Servicio de Anestesiología y Recuperación del Hospital Cima, en Escazú, fue asesinada luego de recibir violentas agresiones que dejaron marcas en su cuerpo.
El 13 de marzo, el fiscal Edgar Ramírez, quien llevó el caso junto a Grettel Rosales, había solicitado a los jueces imponer un acumulado de 255 años de cárcel contra los tres acusados.
Desde el día del crimen, Herrera quedó bajo arresto luego de que se le encontraran rasguños en su cuerpo. Posteriormente, los investigadores encontraron semen del exempleado del hotel en los restos de la víctima, así como sangre de ella en los zapatos del imputado.
Su abogada, Margot Arguedas, defendió que los rastros de ADN que vinculan a su representado fueron manipulados para inculparlo, y que el hecho en realidad ocurrió en el apartamento de Bodaan, ubicado a un lado del hotel.
Erick Gatgens y Hugo Navas, defensores de estos dos imputados, sostuvieron a lo largo del debate el hecho de que la prueba odontológica no podía ser 100% concluyente.
Gatgens, incluso, presentó a testificar a la perita española María Aurora Valenzuela, quien cuestionó el análisis de pruebas dentales del OIJ. Valenzuela fue luego procesada por la Fiscalía por el presunto delito de ejercicio ilegal de la profesión, al declarar en el juicio sin estar colegiada en Costa Rica.
Una sala a reventar
El juicio, que se desarrolló desde setiembre del 2022 en la sala 4 de los Tribunales del II Circuito Judicial, en Goicoechea, fue trasladado a un recinto más amplio este viernes, para poder albergar a decenas de periodistas, camarógrafos, fotógrafos y los familiares de la doctora Cedeño y de los acusados.
Minutos antes de la lectura, Lupita Cedeño, hermana de la víctima, cerró los ojos y luego, durante la sentencia, se limpió el rostro varias veces con un pañuelo. Otra mujer que le acompañaba movía la cabeza en desaprobación al escuchar el por tanto.