El empresario Harry Bodaan y el ingeniero en sistemas, de apellidos Miranda Izquierdo, estaban vinculados al asesinato de la anestesióloga María Luisa Cedeño por tres mordeduras que ella tenía en su mejilla, antebrazo y uno de sus pechos.
No obstante, la pericia de saliva realizada a esas lesiones excluyó del crimen a esos dos imputados por este homicidio, ocurrido el 20 de julio en la habitación número tres del hotel La Mansion Inn, en Quepos y cuyo dueño es Bodaan.
Por el contrario, tanto las pericias de ADN como de saliva practicadas a Cedeño inculpan únicamente al bailarín de club nocturno, de apellido Herrera, quien fue la primera persona en ser detenida por este caso.
Esa información se desprende de los informes DCF-2020-5975-BQM y DCF- 2020-5686-BQM, firmados por las peritos Fabiola Herrera Rodríguez y Magally Segura Castillo. Estos documentos, de los cuales La Nación tiene copia, fueron puestos en conocimiento de la Fiscalía de Quepos el 9 de setiembre anterior.
En el primer dictamen se analizan las uñas de la víctima, así como los fragmentos de uñas que encontraron en el colchón de la habitación. También se conoce el resultado del hisopado de sus partes íntimas, así como de la boca.
Por último, da a conocer a quién le pertenece la saliva encontrada en las mordeduras que ella tenía en mejilla, antebrazo derecho y pechos.
Según los resultados de ese primer informe, los rastros que se encontraron debajo de las uñas no excluyen al bailarín nocturno, lo mismo ocurre con las uñas encontradas debajo del cadáver de María Luisa Cedeño.
Sobre el examen practicado para conocer si tenía semen, el dictamen señala que en área vaginal sí hay, pero es una “escasa cantidad”. Esto, aseguran, no permite determinar con certeza a quién pertenece; no obstante, permite que no se excluya a Herrera.
En cuanto al área oral, se encontraron restos de ADN que “coinciden” con el bailarín.
Sobre las mordeduras que presenta y la pericia para determinar a quién pertenecen, se indica que tanto en los pechos, como en la mejilla, solo hay rastros de María Luisa Cedeño. En cuanto a la mordedura del antebrazo, vuelven a no excluir a Herrera.
En cuanto al segundo dictamen, el DCF- 2020-5686-BQM, se tiene que analizaron los zapatos encontrados en la escena, así como el reloj, celular, las latas, las botellas y las copas que estaban dentro de la habitación.
En los únicos que encontraron evidencia importante fue en el celular, en su estuche y en una lata. En los dos primeros hallaron sangre de Herrera, mientras que en el tercer elemento había saliva del bailarín.
Es decir, puntualmente estos dos dictámenes, de 18 que se han elaborado en torno al caso, excluyen a los otros dos sospechosos del crimen: tanto el ingeniero de sistemas, de apellidos Miranda Izquierdo, como al dueño del hotel, Harry Bodaan.
Pedirá revocar medidas
En ese sentido, José Miguel Villalobos, abogado del empresario Bodaan, aseguró que pedirá un cambio de las medidas cautelares impuestas a su representado, ya que, aseguró, lo único que lo mantenía vinculado eran las mordeduras que tenía la víctima.
Pero, aseguró, el dictamen odontológico forense “se equivocó por las razones que sean” y ahora, estas nuevas pericias de ADN y saliva, "desaparecen la posibilidad de que Bodaan la haya mordido.
Bajo esa premisa, acudirá a la Fiscalía para pedir que le eliminen el arresto domiciliario con monitoreo electrónico que le habían impuesto por seis meses.
Causa de muerte
Precisamente, el resultado de este pericia de saliva se da a conocer pocos días después de que este medio publicara los hallazgos de la autopsia practicada a la doctora por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y la cual se puso en conocimiento de la Fiscalía de Quepos el 25 de julio, por medio del oficio DA-2020-01535-PF.
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Dicho examen médico legal reveló que fue víctima de violación, lo cual le provocó graves lesiones en sus partes íntimas, y que su causa de muerte fue una grave lesión en la nuca.
Además, se acreditó que la ofendida presentaba signos de asfixia, golpes en mejillas, labios, brazos y tórax. También le encontraron tres mordeduras: una en la mejilla derecha, otro en el brazo derecho y la última en el pecho.
En la autopsia, se señala que la hora de muerte de la anestesióloga fue entre las 4:48 a. m. y la 12:48 p. m. del lunes 20 de julio.
Indicaron que, antes de asesinarla, el o los responsables intentaron asfixiarla, ya que el cuerpo presentaba “múltiples hematomas” en distintos músculos del cuello.
Además, tenía “datos de síndrome asfíctico como congestión ocular, cianosis distal, congestión pulmonar, congestión renal, congestión cerebral y sangre oscura fluida al corte”, se lee en el reporte médico legal.