La compra de bases de datos con información personal de clientes bancarios permite a los estafadores tener todas las herramientas necesarias para crear confianza con sus potenciales víctimas, todo esto con el fin de saquearles las cuentas.
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ha detectado, por medio de diversas investigaciones, que los documentos que llegan a manos de los delincuentes son tanto lícitos como ilícitos. Sin embargo, hasta ahora desconocen cuánto pueden pagar los hampones para obtenerlos.
Osvaldo Ramírez Miranda, jefe interino de la Sección de Fraudes, detalló que “se han logrado detectar bases de datos que provienen de las entidades bancarias y estatales, pero hasta el momento no se ha podido determinar cómo fueron obtenidas”. Esa dificultad obedece al camino que sigue la información hasta llegar a su destino final.
No obstante, el jerarca advierte que en caso de que un funcionario sea identificado por comercializar datos se expone “a un proceso judicial por el delito de violación de datos personales”. Esta conducta es sancionada en el artículo 196 bis del Código Penal, el cual estipula penas de uno a tres años de prisión.
De acuerdo con ese apartado, esta falta ocurre cuando alguien “en beneficio propio o de un tercero, con peligro o daño para la intimidad o privacidad y sin la autorización del titular de los datos, se apodere, modifique, interfiera, acceda, copie, transmita, publique, difunda, recopile, inutilice, intercepte, retenga, venda, compre, desvíe para un fin distinto para el que fueron recolectados o dé un tratamiento no autorizado a las imágenes o datos de una persona física o jurídica almacenados en sistemas o redes informáticas o telemáticas, o en contenedores electrónicos, ópticos o magnéticos”.
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¿Qué datos obtienen los hampones?
La información que suelen obtener los delincuentes es personal, específicamente nombre, número de cédula, correos electrónicos, teléfonos celulares y fijos, direcciones y lugar de trabajo, entre otros. En algunas ocasiones también conocen de qué banco es cliente una persona.
Yorkssan Carvajal Aguilar, de la Sección de Fraudes de la Policía Judicial, dijo al medio digital CRHoy que esos datos básicos facilitan el timo de la de ingeniería social, ya que con sus guiones, casi siempre preelaborados, los criminales crean confianza y es como buscan que la población ingrese a un link que es muy similar al real e ingresen datos que son robados para transferir el dinero a una cuenta destino.
Para el funcionario, el uso de un buen léxico hace creer a las personas que se encuentran ante una situación real y hasta las horas es que el afectado se da cuenta que fue víctima de una estafa.
Semanas atrás, Carvajal dijo a La Nación que, desde su punto de vista, hay dos factores por los cuales persisten las estafas. “La causa principal podría ser la falta de malicia de los ciudadanos, ya que los estafadores no han cambiado la metodología del link falso en el último año, o de la página falsa en buscadores, y las víctimas caen por no desconfiar de las llamadas, mensajes, WhatsApps o correos, a pesar de todas las campañas preventivas.
“También, podemos hablar de que estos estafadores utilizan herramientas que no dejan huella digital para dar trazabilidad a las investigaciones”, explicó el jefe judicial.
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Debido a que el dinero de las estafas no se puede recuperar, afirmó que lo primordial es estar alerta y recordar que para ningún trámite se solicitarán datos sensibles, como usuarios y contraseñas.
“Estar alerta y atento es la mejor herramienta para combatir las estafas informáticas; en el 100% de los casos el usuario ha sido engañado y no los sistemas digitales. En el caso de ingeniería social, si el dinero salió de los cajeros o ventanillas, nunca más se podrá recuperar, y en la mayoría de los casos era el ahorro de la universidad de los hijos, el dinero de una operación, la prima de la compra de una casa, el dinero para cancelar un crédito o los ahorros de la vejez.
“En algunas ocasiones, estos casos llegan hasta procesos de embargo y media una agonía psicología de la víctima; en otras, los estafadores hacen adelantos de salario o de tarjetas de crédito y la víctima queda con una deuda enorme, son miles de casos y miles de historias. Lo cierto es que la afectación es muy grande”, destacó.
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Consejos
– Toda llamada, correo, mensaje de texto o WhatsApp que reciban de su supuesto banco o alguna entidad gubernamental debe considerarlos falsos en primera instancia, hasta que verifique por otro medio su veracidad.
– No ingresar a links que lo envíen a una página supuestamente oficial.
– No ingresar a su banco por medio de buscadores de Internet (hágalo digitando toda la dirección en la parte superior o por la app).
– Desconfíe de las ofertas que son demasiado buenas y que llegan a través de medios no oficiales. Es importante tener presente que las empresas suelen divulgar ofertas y promociones mediante sus canales oficiales, ya sea el sitio web o en las redes sociales. Por lo tanto, en caso de ser una acción legítima, lo más probable es que encuentre información por alguna de esas vías.
– Cuantos menos datos personales se suban a Internet, menos expuesta va a estar la información personal, sobre todo en el caso de fuentes poco confiables o poco conocidas.
– Contar con la tecnología de protección adecuada: instale una solución de seguridad en cada uno de los dispositivos conectados a Internet que utilice, mantenga sus dispositivos actualizados y evite compartir información, enlaces o archivos sin estar seguro de su procedencia.