Caín Gutiérrez Alfaro fue condenado a 46 años de cárcel la noche de este lunes por ultimar de un disparo y luego descuartizar al comerciante peruano, Walter Nelson Antay Rodríguez, de 52 años.
El Tribunal lo encontró culpable de homicidio calificado, uso de documento falso y falsedad ideológica.
La Fiscalía de Limón había solicitado a inicios de este mes 60 años de cárcel contra el sujeto, pero los jueces rebajaron el monto.
En la sentencia también se absolvió del delito de falsedad ideológica a otras tres personas que la Fiscalía acusó, entre ellos dos abogados. Esa absolutoria no fue por certeza, sino por dudas.
El Ministerio Público indicó en un comunicado que está a la espera de recibir la sentencia integral, que será leída el lunes próximo, para analizarla y determinar si apela la decisión de dejar libres a esos tres imputados.
Mientras la sentencia queda en firme, Gutiérrez, nicaragüense de 33 años, permanecerá seis meses en prisión preventiva.
El Tribunal, integrado por Donny Panton Moya, Yuliana Loría Paniagua y Mariela Quesada Campos, ordenó anular las escrituras que había realizado Gutiérrez para quedarse con los bienes del ofendido, por lo que las propiedades deben regresar a nombre de Antay.
Crimen atroz
Los hechos ocurrieron en Limón entre el 1.° de setiembre y el 12 de diciembre del 2018.
Gutiérrez habría asesinado al comerciante Antay, al dispararle en el tórax. Luego desmembró el cuerpo, lo depositó en bolsas plásticas y lo ocultó por un tiempo indefinido en un congelador en la casa del peruano, en barrio Los Cocos.
“Es un homicidio atroz, llamativo. Da la impresión de que se trata de un homicida serial”, dijo el director del Organismo de investigación Judicial (OIJ), Walter Espinoza, cuando se detuvo a Gutiérrez, el 14 de diciembre del 2018.
Lo de homicida en serie se debe a que, según el OIJ, Gutiérrez también sería el responsable de matar y sepultar bajo un piso de cemento a la exesposa de Nelson Antay, en Estelí, Nicaragua.
Se trata de Rita Raquel Rostrán Fajardo, nicaragüense, con la que Antay procreó un hijo, que ella se llevó a su país de origen al terminar la relación con el comerciante peruano.
La Policía Judicial informó de que Antay y Rostrán se separaron mientras vivían en Costa Rica, por lo que ella se fue a suelo nicaragüense y abrió una panadería en la que le dio trabajo a Caín Gutiérrez Alfaro.
El cuerpo de la mujer fue encontrado en el 2016 por una persona que compró el inmueble (en Nicaragua), hizo una remodelación y lo halló enterrado debajo de la loza. Con las pruebas de ADN se confirmó que los restos pertenecían a Rita Rostrán, quien al parecer fue asesinada en el 2011.
Esa situación hizo que las autoridades de Nicaragua emitieran una orden de captura contra Gutiérrez por homicidio y falsedad ideológica, pero el sujeto huyó a suelo tico.
En abril del 2016, el sospechoso ingresó a nuestro país de manera irregular, en compañía de un adolescente de 17 años, hijo de Rostrán y Antay. Ambos llegaron a la casa de Antay, en Limón.
Repitió el esquema
Sin levantar sospechas, Gutiérrez se habría ganado la confianza de Antay y se involucró en sus actividades comerciales, así como en su entorno social y familiar.
La falsedad ideológica surge porque los agentes confirmaron que, pese a que Rita Rostrán había muerto, el homicida se apropió de su celular y por años le mandó mensajes a Nelson Antay haciéndole creer que ella estaba viva.
De igual forma tuvo engañado por años al menor de edad, hijo de ambos fallecidos.
Así las cosas, Antay seguía depositando en una cuenta bancaria los $1.000 que debía enviarle mes a mes a Rita Rostrán, dinero que era recibido en Nicaragua por familiares del asesino, mediante el uso de documentos falsos.
Lo mismo hizo Gutiérrez cuando mató al comerciante peruano. Por mensajes de texto desde el celular del fallecido, le hacía creer a la nueva compañera sentimental de Antay que el hombre estaba vivo y que solo había decidido irse por un tiempo.
Sin embargo, fue ella quien un día entró en sospechas y alertó de lo ocurrido al OIJ, entidad que comenzó las averiguaciones hasta dar con el sospechoso.
La Policía decomisó en los allanamientos los celulares de Nelson Antay y Rita Rostrán, que eran usados para mantener la comunicación constante vía mensaje con las personas cercanas a las víctimas y así no levantar sospechas.
Gutiérrez fue detenido cuando se dedicaba a administrar el restaurante que era propiedad del fallecido, donde trabajaba junto con otros sospechosos del crimen.
Esa vez, además de Gutiérrez Alfaro se detuvo a un hermano suyo, apellidado Gutiérrez Arce y a otros colaboradores.
El director del OIJ dijo que lo que motivó a Caín Gutiérrez Alfaro a cometer el homicidio, fue apropiarse de una finca en Westfalia, la patente del restaurante, la casa y el vehículo de Walter Antay.
Las personas absueltas son un mujer apellidada González, quien según la Fiscalía se hizo pasar por tía de Gutiérrez para alterar un documento del hijo de Antay.
También se absolvió a dos abogados notarios, quienes, según la acusación, a pesar de la ausencia de Antay en sus despachos, aseguraron que contaban con la autorización del comerciante para elaborar unos poderes a nombre de González Rodríguez.
De esta manera, con los documentos falsos, el sospechoso habría logrado hacer el traspaso de patente del local, así como hacer otros trámites para quedarse con otros bienes del ofendido.