Dos oficiales de la Fuerza Pública fueron detenidos la tarde de este martes como sospechosos de participar en robo de armas en la Academia Nacional de Policía (ANP), en Los Pinos de Roxana de Pococí, Limón.
Las capturas las ejecutaron agentes del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) en vía pública en Hatillo 8, en San José, y en las afueras de una vivienda en Carolina de Cariari, en Pococí.
Los implicados son de apellidos Madrigal y León. No fue posible verificar qué cargos ocupan en el Ministerio de Seguridad Pública, ni desde cuándo trabajan para la Fuerza Pública.
Sin embargo, el fiscal adjunto de Pococí, José Mena, sí confirmó que se trata dos agentes destacados en la Academia de Policía. Además, el OIJ agregó que ambos son sospechosos de haber facilitado el ingreso de los ladrones.
El ministro de Seguridad Pública, Michael Soto Rojas, también confirmó la detención de los dos oficiales en una audiencia realizada este martes en la Comisión de Seguridad y Narcotráfico de la Asamblea Legislativa.
“Esto no me hace feliz en ninguna manera, el que sean oficiales nuestros, pero creo que en honor a la justicia así debe transparentarse e informarse esto”, dijo Soto.
Por el momento no se tiene claro cómo hicieron las autoridades judiciales para determinar que estos agentes estaban implicados en el robo que fue cometido el sábado anterior. Solamente se sabe que ambos estaban en su día libre, pues no estaban laborando.
Con estas detenciones suben a tres los sospechosos de participar en el atraco, pues el domingo había sido detenido en barrio El Nido, en La Rita de Pococí, un individuo de apellido Espinoza, de 26 años. Él es el dueño de la casa donde fue recuperado el arsenal sustraído.
Ministro lamentó hecho
Michael Soto calificó el robo de las armas como un acontecimiento “doloroso, complicado, bochornoso y sonrojante” para el Ministerio de Seguridad Pública.
Aseguro que, desde que se les informó sobre el altercado, desplegaron todos sus recursos hacia Guápiles, ya que sabían, con base a la experiencia, que los sospechosos iban a estar el menor tiempo posible en las calles.
“Esas armas en la calle, sin duda alguna, representaban un peligro para la integridad de los ciudadanos, de nosotros y de absolutamente todos.
“Podríamos pensar que podían ser utilizadas por el crimen ordinario, el crimen organizado, grupos subversivos, llevárselas fuera del país y bueno, una serie de circunstancias que realmente nos preocupaban”, afirmó.
Soto manifestó que realizaron un análisis detallado y pormenorizado del paso a paso de cómo ocurrió el robo.
“Las personas que llegaron a ese lugar, llegaron con información precisa de qué tenían que hace y a dónde tenían que ir”, señaló.
El jerarca aceptó que la infraestructura de la academia podría tener una mejor seguridad, así como cámaras de vigilancia, pero señaló que por cuestiones económicas no es posible costearlo.
Ante consultas de los diputados de la comisión legislativa, Soto confirmó que se recuperaron todas las armas robadas y que también se decomisaron las armas que usaron los presuntos delincuentes para cometer la sustracción.
Por último, el ministro recalcó que el 99% del personal policiaco es gente honesta y trabajadora, pero que, al igual que en todo el mundo, existen problemas de corrupción.
Antecedente
El robo de las armas se produjo el sábado en la madrugada. Cinco individuos que llegaron a pie, protegidos por la oscuridad de la zona y vistiendo ropas negras y gorras, se robaron 25 armas de fuego de la Academia Nacional de Policía.
El atraco trascendió a las 4:03 a. m., cuando personeros de la Fuerza Pública pidieron ayuda a la Cruz Roja para que atendieran a “unos policías heridos”.
Los delincuentes, quienes actuaron con un plan muy bien establecido y con pleno conocimiento del lugar por donde se desplazaban, irrumpieron en la Academia cerca de las 3 a. m. y permanecieron unos 40 minutos dentro de las instalaciones policiales. En el lugar, no hay cámaras de vigilancia.
El primer paso que dieron fue emboscar a los dos vigilantes que estaban en la entrada principal. Esos agentes cumplían su trabajo en un toldo abierto, pues la caseta del portón de acceso principal está en construcción.
Luego, dominaron de manera paulatina a otros seis agentes: uno que estaba en la oficialía, otro en la oficina de comunicación y cuatro más que realizaban rondas en cuadraciclos dentro de las instalaciones.
Todos los policías fueron amarrados. A dos de ellos los golpearon. Luego, fueron a la habitación donde estaban las armas y se apoderaron del arsenal.
Las armas las metieron en sacos y las cargaron en un vehículo en el cual huyeron del lugar. El armamento fue ubicado en una casa en barrio El Nido, en La Rita de Pococí, a a 3,7 kilómetros de las instalaciones de la Academia.
Nota actualizada con declaraciones del ministro de Seguridad Pública, Michael Soto Rojas