Carlos Andrés Pérez Hernández, el médico especializado en radiología sospechoso del feminicidio de su esposa María del Carmen Tacsan Ulate, explicó que la fallecida tenía las claves de su teléfono y que incluso le decía a quién eliminar y a quién no de sus redes sociales.
Esa aseveración surgió durante su declaración la mañana de este lunes en el Tribunal Penal de Heredia, donde arrancó el juicio que se sigue en su contra por la muerte ocurrida en setiembre de 2020, en la casa donde la pareja habitaba en San Rafael de Heredia. Pérez habló durante más de una hora sobre cómo conoció a su esposa, los inicios de su convivencia, el matrimonio y los años previos al crimen.
En su testimonio, el imputado dijo que conoció a Tacsan en 2004 cuando ambos trabajaban en la clínica de San Rafael de Heredia y que luego de varios años de conocerse y enamorarse, se casaron en 2010. Un año después, él cometió una infidelidad que como pareja lograron superar con terapia; parte de esa recuperación incluyó que Pérez transmitiera en Tacsan confianza, por lo que decidió compartirle las claves de su celular.
Al mismo tiempo, el médico negó las afirmaciones del Ministerio Público y la parte querellante de que él controlaba en qué gastaba el dinero su esposa y que debía pedirle autorización para realizar cualquier compra.
“Yo no le ponía límites. Ella era feliz comprando y si se estaban pagando las cuentas y los carros yo no le decía nada. A ella le encantaba hacer compras en Miami, EE. UU. siempre pedía por Amazon y acumulaba cientos de paquetes en la casa de una prima. Cualquier lujo que pidiera yo se lo otorgaba (...) yo me mataba trabajando para darle las cosas a ella”, comentó.
Según dijo, luego de que estudiara su especialidad en radiología, los ingresos del hogar aumentaron y comenzaron a disfrutar del buceo, una de las actividades que más les apasionaba. Además, viajaron al Caribe, Catar, Islas Maldivas, entre otros destinos.
En 2019, Pérez recibió una capacitación de un año en México para poder operar una máquina de radiología que servía como tratamiento para el cáncer. Durante su estadía, su esposa se encargó de coordinar todos los detalles y lo visitaba una vez al mes durante todo ese periodo, ‘por voluntad propia y no por obligación’ como recaba el expediente.
Un asalto que sufrió Tacsan y la ‘desilusionante’ noticia de que al concluir sus estudios no conseguiría trabajo en Costa Rica aceleraron su regreso del país azteca. Tiempo después encontró un trabajo en Liberia, Guanacaste, lugar donde conoció a otra persona con quien le fue infiel por segunda vez a la afectada.
Con el objetivo de recuperar el matrimonio, Pérez volvió con su esposa a Heredia y regresaron a terapia virtual; no obstante, el sospechoso dijo que ella comenzó a tener cambios como la pérdida de peso, estados depresivos e insomnio.
Antes del hecho, el imputado aseguró que la víctima le dijo que tenía ganas de quitarse la vida y no tenía razón de vivir más.
Su declaración concluyó este lunes contando cuando llegó a su casa después de ir a caminar a Barva de Heredia y encontró el cuerpo de Tacsan tirado en la cama y con una pistola en la mano, empero, no pudo continuar pues estaba muy afectado emocionalmente. La Fiscalía, por el contrario, sostiene que Pérez simuló el suicidio de su esposa.
Tacsan de 40 años era asesora de Cooperación y Economía en la Embajada de Japón.