Casi cinco años después de que un choque de trenes en Pavas dejara decenas de heridos y cuantiosos daños, se realizará la audiencia preliminar para resolver si el caso se eleva a juicio.
La oficina de prensa del Ministerio Público confirmó que el expediente 16-008386-042-PE se encuentra en el Juzgado Penal, el cual programó audiencia preliminar para el próximo 26 de enero del 2021.
En el proceso, la Fiscalía Adjunta del II Circuito Judicial de San José acusó a dos hombres de apellidos Ramos Castellón y Castillo Pérez como sospechosos de cometer el presunto delito de lesiones culposas, en perjuicio de 43 personas.
El caso se remonta al 8 de abril del 2016, cuando ocurrió una colisión en las inmediaciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería, en Mata Redonda, San José.
Al parecer, esa mañana el maquinista Ramos y su asistente no atendieron la orden de cambio de vías que debía hacerse cerca de Tubo Tico, Pavas, y no en La Sabana, como usualmente se hacía.
El operador de uno de los trenes sí atendió esa disposición, pero el que llevaba Ramos no lo hizo y eso, al parecer, ocasionó el choque frontal.
De acuerdo con explicaciones brindadas en aquel momento por el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), cuando se llega a una bahía, el tren se detiene, el ayudante del maquinista se baja y, de forma manual, hace el cruce de las vías.
Lo anterior, para evitar colisiones, porque las locomotoras transitan en sentidos contrarios por la misma línea férrea. Por eso, en ciertos puntos del recorrido de las vías férreas hay apartaderos que funcionan para que uno de los dos trenes se estacione ahí, mientras pasa el otro.
Aunque en su momento la Cruz Roja atendió a 245 personas, el proceso que eventualmente iría a juicio solo contabiliza 43 lesionados. Afortunadamente, no hubo víctimas mortales.
Esa mañana, a las 6:30 a. m. las máquinas, tipo Apolo, realizaban el servicio San José–Belén y Belén–San José, pero, como uno de los maquinistas no esperó en una bahía el paso del otro tren, se encontraron en una curva y chocaron.
Los daños en los equipos se calcularon, en aquel momento, en ¢50 millones.