El domingo 9 de abril, Keibril Amira García Amador, de nueve meses, desapareció cuando fue arrebatada de los brazos de su madre, una colegiala de 13 años en Mata de Guineo, Cervantes de Cartago.
Desde ese mediodía, decenas de voluntarios, rescatistas y policías han peinado fincas, ríos y plantaciones de caña para dar con su paradero, pero hasta el momento no hay resultados.
Precisamente, Rándall Zúñiga, director interino del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), declaró que los esfuerzos continúan, pero “es muy difícil que una persona de nueve meses pueda sobrevivir tanto tiempo”.
Este martes se retomaron los rastreos por tierra en el cañal de Juan Viñas de Jiménez donde un hombre de apellido Casasola Salas, de 33 años, principal sospechoso y padre biológico de la niña, habría viajado luego de sustraerla.
En ese mismo lugar se encontró un vehículo que él conducía, y ropa de bebé con sangre que fue sometida a análisis de ADN que aún está pendiente de resultados.
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Igualmente, se inspecciona una finca en Cervantes de Alvarado, llamada Las Mesas.
Ese sitio es una enorme propiedad utilizada como basurero clandestino que se cree también fue uno de los puntos que visitó Casasola. El lunes, las búsquedas se hicieron por aire con ayuda de drones con cámaras térmicas.
“La investigación se inicia con el fin de poder ubicar con vida a la menor, pero ya luego de nueve días evidentemente en estas condiciones es muy difícil encontrarla con vida. Ojalá se pudiera, pero yo lo veo bastante complicado”, explicó el jefe policial.
La búsqueda comenzó en el cañal de Juan Viñas conocido como El Trapiche. Tres días después de peinar esa finca, las autoridades se desplazaron al río Pacayas por una nueva pista de un ciclista que escuchó a una bebé llorando en el río, así como un reporte de una vecina que conoce al sospechoso y lo vio pasar con el carro a alta velocidad, y con la música a todo volumen después del mediodía del domingo.
Sin embargo, luego de horas de labores en el cañón, no hubo hallazgos. Una de las últimas hipótesis que la Policía Judicial descartó es que un familiar del sospechoso la tuviera en una vivienda.
A Casasola, el Tribunal Penal de Cartago le impuso seis meses de prisión preventiva por sustracción de menor. El hombre de 33 años también es el padrastro de la mamá de la bebé, dado que es pareja de una mujer de 30 años, madre de la colegiala violada cuando tenía 12 años.
El sujeto se habría robado a la niña el domingo para evitar una prueba de paternidad que confirmaría o descartaría su parentesco.
Lo que no tuvo en cuenta es que cuando la chiquita nació se le extrajo sangre para el tamizaje y, a partir de allí, el lunes 17 de abril se confirmó la paternidad y ahora se le acusa de violación en perjuicio de la estudiante.