El Estado deberá indemnizar a siete privados de libertad que recibieron una golpiza por parte de policías penitenciarios el pasado 14 de abril en la cárcel de Terrazas, dentro del complejo La Reforma, en San Rafael de Alajuela. Así lo determinó la Sala Constitucional al resolver un recurso de habeas corpus presentado por la Asociación Ayudando a los Privados de Libertad y sus Familias.
En la resolución número 13140-2022 del 10 de junio, los magistrados detallaron que el monto de la indemnización será definido por el Tribunal Contencioso Administrativo.
El habeas corpus contra el Ministerio de Justicia y Paz, la Dirección General de Adaptación Social y Terrazas, fue interpuesto en nombre de 14 privados de libertad, sin embargo, la Sala decidió declarar parcialmente con lugar el recurso, y acogió los reclamos de solo siete de ellos.
Rafael Ángel García, presidente de la Asociación, indicó que el proceso en el Contencioso podría tardar entre uno y dos años, mientras esperan también la resolución de la denuncia administrativa presentada ante el Departamento Jurídico Legal del Ministerio de Justicia y Paz.
Además de las agresiones, algunos de los recurrentes alegaron que no recibieron alimento; dos dijeron no haber recibido ni atención médica. Señalaron que los oficiales penitenciarios robaron dinero en efectivo y alhajas a un recluso, a quien también le botaron sus bolsas para colostomía (las cuales son requeridas para la recolección de heces cuando la persona sufre problemas en el colon), le destruyeron su silla de ruedas, le vertieron líquido en su colchón ortopédico para que durmiera mojado y no lo habían llevado a sus curaciones.
Los magistrados comprobaron que los afectados sí habían recibido atención médica después de las agresiones y también fueron alimentados. La Sala, además, analizó los dictámenes médicos posteriores a los hechos para verificar que las lesiones descritas en la valoración médica sí habían sido producidas en los incidentes del 14 de abril, cuando supuestamente los policías intentaron controlar una protesta violenta de los privados de libertad, molestos por un decomiso de drogas.
Sobre el presunto robo de dinero y alhajas, la Sala indicó que se excedía de sus competencias comprobar dicho alegato.
Además, el Alto Tribunal indicó que no fue probado que se destruyera una silla de ruedas, que los oficiales hubieran vertido líquido en un colchón, ni que hubieran botado bolsas para la colostomía.
En su descargo ante la Sala, Jonathan Aguilar Badilla, jefe policial de Terrazas, afirmó que “los hechos alegados por los recurrentes, según se observa, son falsos e infundados, con el único afán de causar desprestigio al cuerpo policial de este centro”.
LEA MÁS: ‘Mi hijo sale corriendo, tratando de defenderse, busca cómo salir y ningún policía lo auxilió'
“Se desprende lo siguiente del respectivo informe policial, sobre los hechos reales que acontecieron el día 14 de abril del 2022, donde los privados de libertad sin motivos que los justificaran arremetieron contra la humanidad de los agentes de policía”, añadió Aguilar.
Las autoridades del centro penal argumentaron que, según investigaciones posteriores, la gresca fue provocada por los mismos reclusos debido a que estaban molestos por el decomiso de drogas y objetos prohibidos, así como por un intento frustrado de escape de dos privados de libertad.
Según el reporte policial, durante unos decomisos los reos empezaron a lanzar las tazas de comida contra los portones principales de acceso al módulo, por lo que se inició un diálogo con los representantes del pabellón para indicarles que era un accionar policial rutinario.
En seguida, algunos privados de libertad dijeron que la situación no iba a pasar a más, pero otro lanzó un huevo crudo impactando en el pecho a un supervisor, mientras un grupo arremetió de forma violenta contra los policías al lanzarles trozos de madera y botellas de agua.
“Además, arrojan cloro al rostro de los funcionarios policiales con la clara intención de lesionarlos, simultáneamente a los hechos narrados se suma toda la demás población del dormitorio 2, atacando violentamente al cuerpo policial por lo que se utilizaron de forma profesional los escudos protectores lográndose ubicar a la población en sus respectivos dormitorios. Sin embargo, la población del Dormitorio 2 se atrincheró en el mismo”, indica el informe.
LEA MÁS: Sala IV rechaza ‘habeas corpus’ de privado de libertad que reclamó por traslado de cárcel
El lanzamiento de objetos continuó y algunos oficiales resultaron lesionados, mientras que otros sufrieron problemas respiratorios por el cloro que les tiraron en la cara.
Los magistrados pidieron videos del día de los hechos para comprobar que los presos habían empezado la riña; no obstante, la cárcel no cuenta con cámaras de seguridad, por lo que no se pudo corroborar el relato de la Dirección de Terrazas. En estos casos, la Sala considera que los privados de libertad están en una posición más débil y la ausencia de cámaras condiciona y limita sus derechos de acceso a la justicia y la posibilidad de investigar los presuntos abusos policiales.
El relato
Uno de los hombres a quienes se les declaró con lugar el recurso relató que se encontraba en los teléfonos públicos de la terraza D, cuando se inició una riña en uno de los dormitorios de dicha terraza. Un oficial de apellido Ibáñez le ordenó al tutelado que entrara al dormitorio, pero el recluso le dijo que esa no era su habitación.
El privado de libertad afirmó que otro oficial lo empujó y lo empezó a agredir.
“Con la vara oficial me da dos golpes que iban dirigidos a la cara, por lo que interpuse mis manos y con el golpe me incrustó un anillo que tenía en el dedo, ingreso al dormitorio y me lanza dos golpes más con la vara que me dan en la boca y me astilla dos dientes”, relató.
“Después de esto se retiran y yo aún en el dormitorio que no es el mío, veo que regresan más violentos que la vez pasada, por lo que pusieron una barricada para evitar más golpes y en eso un privado de libertad negocia con los oficiales de que saldríamos sin que nos golpearan, por lo que empezamos a salir uno por uno”, añadió.
El sujeto afirmó que salió para pedir atención médica pero entre unos policías lo agarraron del cuello, lo esposaron hacia adelante, lo forzaron a agacharse y lo pasaron al gimnasio del centro penal. Luego, se topó con un oficial que lo reconoció y le dio un puñetazo en el pecho, otro le pegó con la vara en el brazo y otro lo golpeó en la espalda.
En el gimnasio, afirmó el tutelado, a él y a otros privados de libertad les pasaron las esposas hacia atrás y los mantuvieron así por cerca de dos horas. Después de eso, dijo, lo llevaron al hospital.
“Ahí me encontró un oficial que había sido herido en la pasarela por otro oficial, ya que tenía como gas en los ojos, y cuando me ve, se levanta y me dice que él sabe cosas de mí, se me abalanza y me golpeó con las pies dándome tres patadas, y agarró la vara policial y me golpeó en la pierna derecha”, relató.
Agregó que uno de los dos oficiales que lo custodiaban a él intervino, quitándole al otro policía de encima, sin embargo, el otro habría insistido en que lo golpearan más.
“Yo fui trasladado primero a la clínica de Terrazas, luego a la clínica de Reforma y por último al hospital, yo volví a mi dormitorio a eso de las 2 de la noche (de la madrugada) y ese día no me dieron de cenar”, concluyó.