Personas con el nuevo coronavirus que sean asesinadas, mueran en un accidente de tránsito o se quiten la vida serán las únicas a las que el Departamento de Medicina Legal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) les hará una autopsia.
Así lo precisó la institución, luego de que en Costa Rica se registraran las dos primeras víctimas mortales por la pandemia de covid-19.
Franz Vega, jefe de Medicina Legal de la Policía Judicial, aseguró que a esa sección judicial llegan únicamente los casos de investigación, en los que existe una denuncia de por medio.
"Las personas fallecidas por esta patología que actualmente estamos teniendo a nivel nacional y mundial no necesariamente tienen que ser valorados o atendidos por nuestro Departamento, el cual se dedica exclusivamente a realizar autopsias médico- legales.
“Es decir, se atenderán los casos solamente cuando se trate de muertes violentas. No necesariamente cualquier persona fallecida por coronavirus tiene que ser autopsiada ni mucho menos autopsiada en el Departamento de Medicina Legal", explicó Vega.
Agregó que, por ejemplo, si una persona con covid-19 está en su casa y la matan durante un asalto al inmueble el cuerpo será remitido a la Morgue.
El jefe judicial también dijo que, ante la eventualidad de atender un caso de este tipo, cuentan con todas las medidas de seguridad necesarias para evitar un contagio.
“Establecimos una serie lineamientos generales con el Ministerio de Salud para el manejo de los cadáveres que requieren autopsias médico- legales”, afirmó el funcionario.
Además, Vega mencionó que cuando la muerte es natural no necesariamente se debe practicar una autopsia hospitalaria.
Protocolo posterior
Este miércoles también trascendieron los protocolos recomendados por la Caja Costarricense de Seguro Social para enterrar a las víctimas del nuevo coronavirus.
Por ejemplo, el doliente solo tendrá 15 minutos para despedirse de su familiar fallecido, antes de su entierro.
Además del tiempo mencionado, la entidad dispuso que solo un familiar designado tendrá posibilidad de participar en el ritual de despedida.
A esta persona se le presentará el cuerpo en una bolsa de color transparente para que pueda identificar al fallecido, pero no podrá tocarlo, besarlo ni abrazarlo.
El doliente tendrá un breve espacio por si desea hacer algún acto personal de despedida u expresión religiosa, por ejemplo, una oración.