El sábado 22 de abril del 2023, Rosa Marcela Salazar, de 48 años y madre de cuatro hijos, salió de su casa, en Tuetal Norte de Alajuela.
Eran entre las 4 a. m. y las 4:15 a. m. y se dirigía hacia el supermercado donde laboraba acomodando productos en los estantes. Tomó la ruta de siempre para ir a la parada de bus y desde entonces no se sabe nada de ella.
Según su familia, el rastro se perdió en 75 metros.
María Salazar, la hija mayor de Rosa, dijo a La Nación que durante los días posteriores a la desaparición recibieron información en la cual les decían que a su mamá la vieron subir a un autobús.
Afirma que las autoridades analizaron videos de seguridad del trayecto del autobús y nunca la vieron subir o bajar.
“Yo digo que mi mamá desapareció entre la casa y la parada. Yo me metí al correo y al WhatsApp de ella, y el correo decía que el teléfono dejó de funcionar a las 4:16 a. m. Si ella hubiera ido en el bus, el teléfono iría activado”, dice María.
Aquel 22 de abril, a las 7 a. m., una de las hijas con quien vivía Rosa le escribió para preguntarle si podía tomar unas galletas, pero vio que el mensaje ni siquiera llegó a ser entregado. Por la noche, Rosa no regresó, pero su hija creyó que, como muchas veces, se había quedado laborando horas extra.
A la mañana siguiente, una hermana llamó a María para preguntarle si sabía algo de su mamá, pero seguía sin noticias.
En vista de que ninguna tenía información, fueron al supermercado donde trabajaba Rosa y en el lugar les dijeron que el día anterior no se había presentado.
En medio de la incertidumbre y de la preocupación, los familiares acudieron a varios hospitales, donde les respondieron que no había pacientes “que cumplieran con las mismas características” de Rosa.
Ante este panorama fue que denunciaron la desaparición en el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Agresiones, ruptura y amenazas
Según María, su mamá sufrió agresiones físicas y verbales por parte de su expareja, por lo que ella y sus hermanas le pidieron salir de la relación y ella lo hizo.
El hombre, aparentemente, se fue para Pérez Zeledón y Rosa continuó en Alajuela, en la casa de su exsuegra, viviendo con una de sus hijas.
Sin embargo, María sospecha que ambos seguían en contacto. Afirma que cuando accedió al correo y al WhatsApp de su madre, halló conversaciones en las que el excompañero sentimental le preguntaba cómo andaba vestida.
Además, María sostiene que después averiguaron que Rosa habría recibido amenazas de una mujer que mantenía una relación con el hombre que fue pareja de Rosa. Dice que ella le consultó al sujeto y este respondió que no tenía vínculos afectivos con otra persona.
“Lo raro es que él un día vino a donde una vecina y le dijo que estaba juntado”, asegura.
Muerte de madre y nacimiento de un nieto
María afirma que la incertidumbre crece todos los días en su familia.
Cuenta que, transcurrido más de un año desde la desaparición de su mamá, las novedades en el caso son muy pocas y esto les lleva a pedirles a las autoridades más respuestas.
Meses atrás supieron que los agentes judiciales vieron una cuenta bancaria de Rosa y que se hallaba intacta.
Días después de la desaparición, la Policía Judicial recibió un reporte; decía que una mujer cuyas características parecían ser las de Rosa andaba en condición de calle en Pérez Zeledón. Los agentes visitaron la zona y dieron con la mujer, pero no era Rosa.
“Le dije al agente que si ella estuviera en la calle, consumiendo, como nos quisieron hacer creer, ya hubiera sacado esa plata del banco, porque necesita comer o comprar para consumir, pero ni eso porque ella no consumía”, razona María, quien fue enfática en que su madre era apegada a sus hijas y amorosa.
Señaló que en el último año y dos meses ocurrieron dos eventos que, sin duda, serían muy importantes para su mamá.
Uno es el nacimiento de un nieto, en octubre del año pasado, y el otro es el fallecimiento de su madre, Carmen Bonilla, ocurrido en diciembre.
“Ella era muy cariñosa con mis hijos y con mi abuela, siempre la respetó. Nunca hubo algo como que nosotros dijéramos que se quería ir”, explica la hija.
Sin riesgo delictivo
Ante una consulta de La Nación sobre el estado de este caso, el OIJ informó de que la Policía Judicial de Alajuela “realizó todas las diligencias respectivas en torno a este tipo de casos, y posteriormente remitió un informe al Ministerio Público”.
Detalló el OIJ que, según sus protocolos internos, los casos de desaparición son revisados de nuevo por un equipo diferente después de algunos meses de haber sido presentado el informe de investigación inicial. Con esto buscan identificar posibles elementos nuevos.
“Es crucial señalar que, según las normativas de la investigación, debe existir un indicio claro para clasificar una desaparición como ‘riesgo delictivo’. Hasta el momento, en el caso consultado, no se ha alcanzado este criterio”, sostuvo la Policía Judicial
El pasado jueves se le consultó al Ministerio Público sobre el informe emitido por el OIJ, sin embargo, al cierre de edición no se contaba con la respuesta.
Si usted tiene alguna información sobre este caso, puede facilitarla de forma anónima a través de la línea confidencial 800-8000-645, del OIJ.