Un fiscal adjunto fue sancionado con ocho días de suspensión sin salario por actos homofóbicos contra un subalterno a quien llamó “mariconcito”, según el fallo. El funcionario es Edwin Retana Carrera, quien tiene más de 30 años de laborar en el Ministerio Público.
Los hechos ocurrieron en el 2012, cuando Retana se desempeñaba como fiscal adjunto de Cartago. Actualmente es jefe de la Fiscalía de Alajuela.
La sanción la dictó, el 9 de octubre, el Consejo Superior del Poder Judicial, que resolvió una apelación interpuesta por la defensa tras un fallo del Tribunal de la Inspección Judicial.
En un primer momento, los jueces disciplinarios habían ordenado separar al funcionario durante un mes por los actos discriminatorios y por una causa por acoso laboral.
No obstante, el Consejo consideró que no se probó el acoso laboral, sino únicamente las acciones discriminatorias por diversidad sexual, por lo que, aunque consideró la falta como grave, rebajó el castigo.
“Se evidencia una conducta agresiva y homofóbica del encausado para con el ofendido, situación que este Consejo no puede obviar, ignorar o aceptar”, dijo el órgano en su fallo.
En el mismo expediente, Retana también había sido señalado por acoso laboral contra otros seis fiscales, pero ni la Inspección Judicial ni el Consejo lo dieron por cierto.
La semana pasada, el fiscal adjunto aseguró a La Nación que nunca cometió esas acciones ni usó los términos discriminatorios que se le achacan.
“Yo tengo muchísimos años de tener a cargo despachos y nunca he discriminado a nadie”, expresó.
El funcionario atribuyó las acusaciones en su contra a que, cuando llegó a Cartago, reorganizó la oficina con el fin de “dar un mejor servicio”. Indicó que en ese despacho había problemas de ambiente laboral desde tiempo atrás y que los empleados rechazaban los cambios.
“Yo soy muy respetuoso de la dignidad de las personas; jamás voy a discriminar a un funcionario porque tiene una diversidad sexual diferente: en eso soy muy respetuoso (...). Yo estuve prácticamente seis meses ahí y me retiré por petición mía al fiscal general”, manifestó.
Discriminación. Entre los hechos por los que se acusó a Retana, están que, en una ocasión, cuando el subalterno recibió amenazas a la vida de su abuela por una causa que llevaba, el fiscal adjunto expresó a otro empleado que eso le pasaba al compañero por “no comportarse como hombre”.
Después, Retana llamó a la oficina al ofendido y le dijo “que no era un riesgo lo que está viviendo, que no fuera mariconcito, que fuera valiente, que lo acontecido le pasaba porque lo observaban como el eslabón más débil de la cadena de fiscales”, según se detalla en el acta del Consejo.
Sobre esto, el Retana aseguró que, más bien, le dio palabras de apoyo al empleado.
La Nación llamó al afectado, quien ahora es juez, y él confirmó que puso la queja, pero prefirió no ahondar en lo sucedido.
Política. Milena Conejo, integrante del Consejo Superior, resaltó que en el Poder Judicial hay políticas que protegen los derechos de las personas en razón de su orientación sexual y que, en este caso, se consideró la trayectoria del funcionario para fijar el castigo.
La Fiscalía General informó de que, este año, se inició una capacitación en materia de respeto a los derechos de población sexualmente diversa, la cual ya se impartió a 117 fiscales.