Casi desde que se inició el juicio, la fiscala Ileana Mora Muñoz luce un corazón azul colgado en su solapa.
Es un símbolo poderoso. Lo lleva estratégicamente ubicado del lado izquierdo, donde late el corazón.
"El azul representa la tristeza de las víctimas de trata de personas", explicó esta doctora en Derecho Penal, fiscala de juicio en el primer caso que se sigue en el país contra cinco imputados por supuesta trata de personas para extracción ilícita de órganos.
El debate se inició el 11 de setiembre y está programado para finalizar el 30 de noviembre. Actualmente, se encuentra en la etapa de escuchar las declaraciones de los testigos de la defensa, de un total de 46 testigos.
Se tiene programado para esta semana, entrevistas a dos peritos aportados por los abogados defensores de los imputados.
En él se discute la eventual responsabilidad de cuatro médicos y un comerciante griego en la extracción de riñones a 14 costarricenses para dar a enfermos extranjeros, principalmente de Israel, Grecia y Estados Unidos.
Mora Muñoz es la cara de la Fiscalía en este juicio.
La investigación comenzó en la Fiscalía contra la Delincuencia Organizada, pero a finales del 2013, se creó la Fiscalía Adjunta contra Trata y Tráfico de Personas, que es la que ahora lleva el caso.
"Técnicamente, representa un reto, además por ser el primero (en trata para extracción de órganos). De los otros delitos (trata con fines sexuales o laborales) tenemos jurisprudencia; en este no", comentó.
Dedicada por completo a este caso, Mora Muñoz tiene experiencia en procesos complejos vinculados con trata de personas con fines laborales y sexuales, secuestro, legitimación de capitales y narcotráfico.
El debate se sigue contra el médico especialista en Nefrología, Francisco José Mora Palma, identificado por la acusación del Ministerio Público como el presunto líder de una red de extracción ilícita de riñones.
De acuerdo con la investigación judicial y a la acusación de la Fiscalía, este médico coordinó desde su consultorio en el Hospital Calderón Guardia exámenes y operaciones en la Clínica Bíblica y el Hospital Hotel La Católica de, al menos, 14 personas a quienes se les extrajo un riñón para trasplantárselo a enfermos de Grecia, Italia, Israel y Estados Unidos.
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En esa red habrían participado, además, los urólogos Maximiliano Mauro Stamati y Fabián Fonseca Guzmán, y el especialista en Vascular Periférico, Víctor Hugo Monge Monge, según dice la acusación del Ministerio Público. También el comerciante griego Dimóstenes Katsigiannis Karkasi, quien al parecer ejerció de intermediario entre Mora Palma y las personas a quienes se les quitó un riñón.
Víctimas enfrentan carga de la culpa
A poco más de dos meses de iniciado el proceso, Ileana Mora Muñoz conversó con La Nación sobre la complejidad del delito de trata de personas con fines de extracción ilícita de órganos.
No entró en detalles sobre el debate que se sigue en los Tribunales de Juicio de San José, para no interferir en el proceso.
¿A qué tipo de delito se refiere la Fiscalía cuando acusa por trata de personas con fines de extracción ilícita de órganos?
La trata de personas es un delito que se compone de dos partes: qué es trata y para qué es la trata. Este 'para qué' ya implica de por sí algo muy importante: no es necesario que los fines se ejecuten totalmente. Es la actividad previa para un fin determinado.
"La trata implica la introducción de personas al país o la movilización de las personas al país, pero previo a ello tiene que haber una captación para ciertos fines. Esa captación también tiene que hacerse de determinada manera.
"Estamos viendo que, por ejemplo, se dice 'el que promueva', 'el que favorezca' el traslado de personas externamente o dentro del país. Esa primera parte ya es un tema muy complejo porque se ha confundido con algunos términos que son propiamente doctrinarios, que implican desarraigo y una serie de aspectos para la víctima que no necesariamente los tiene el tipo penal. Son circunstancias que se pueden dar.
La trata de personas se vincula, desde afuera, con cadenas, cerrojos, con encierros que es una pérdida de libertades...
Tiene que ver con pérdida de libertad porque precisamente es en perjuicio de los derechos humanos, pero no tiene que ver con las barreras físicas. Esto es algo triste del término de 'la nueva esclavitud del siglo XXI'. Lo que el cerebro tiene son grilletes, puertas cerradas, cadenas, imposibilidades físicas, y tenemos que entender que la trata de personas, en esa nueva esclavitud, deja casi siempre las barreras físicas para que haya barreras psicológicas.
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"Todo esto de la trata obedece a un protocolo. Es normativa internacional, normativa base, que insta a los gobiernos a que dicten su normativa interna, que es la que hace un tipo penal, es la descripción de la conducta que puede ser perseguida y la que impone una pena. Entonces, no necesariamente todas las naciones tienen la misma normativa y sancionan las mismas conductas, ni todas las naciones incorporaron todos los temas que tenía el tratado.
¿Y cómo está Costa Rica?
Costa Rica considera (en su legislación) el transportar gente dentro del país, lo cual fue un gran logro porque antes solamente consideraba si era traída la persona del extranjero. Este es un primer elemento: en tráfico lo que se protege es la soberanía del Estado y sus fronteras, al pasar una persona de un lugar a otro ilegalmente. La trata va más allá: esta persona se pasa, pero el delito no termina ahí porque la pasaron para explotarla con una finalidad específica.
"Dentro de las finalidades, la que siempre se ha visto y ha sido más fácil de comprender es la explotación sexual. Es hasta el 2008 cuando se introducen en el Código Penal otras finalidades, específicamente, la extracción ilícita de órganos y la trata laboral.
"Antes solo era explotación sexual. Históricamente, se empezó así, con el mal denominado 'trata de blancas', un término que arrastramos hasta que, por dicha, la gente se fue educando y ahora habla de trata de persona. Nosotros tenemos ahora la explotación sexual, la mendicidad, tenemos prácticas análogas a la esclavitud..."
¿Cómo qué?
Cuando una persona es traída a trabajar, para estar en el lugar de por vida y casi que trabaja solo por la comida. Esas son prácticas análogas a la esclavitud y, aunque parezca de horror, existe.
"Tenemos la extracción ilícita de órganos, las adopciones ilegales y los matrimonios forzosos. Aquí hemos trabajado mucho con la sexual, la laboral y recientemente con la extracción ilícita de órganos, que es un tema importante".
País ha realizado avances
¿Tiene el sistema suficientes herramientas para proteger a las víctimas de trata?
El gran problema es aceptar que son víctimas. Y empieza por la misma víctima, que no se considera a sí misma como tal. Maneja vergüenza y temor. Parte del proceso es infundirle temor y decirle que está cometiendo actos éticamente cuestionables, o moralmente reprochables, incluso legalmente.
¿Culpabilizarla desde el principio?
Se le culpabiliza como una manera de minar su autoestima y su libertad para pedir ayuda. Esto nos pasó en trata laboral, con personas de Indonesia: para ellas era un fracaso aventurarse a conseguir un trabajo en otro continente y no llegar con ingresos ante su familia. Para ellos está la vergüenza; es tanta la pena que prefieren buscar otro trabajo.
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Menciona usted que "el gran problema es aceptar que se es una víctima"...
Es alarmante. He leído comentarios donde la primera frase es: '¿cómo, víctimas? ¿Cómo víctima una muchacha que sabía que venía a prostituirse?'. Lo que se les olvida es que se están protegiendo derechos humanos. Una muchacha que se ve forzada por razones económicas y por el ambiente a tener que ver de qué manera se gana la vida, no le da derecho a otros a explotarla y aprovecharse de sus necesidades. Aquí lo que se sanciona es que hay otros en mejor posición, en posición de ventaja que se están aprovechando y están sacando una ventaja de una necesidad de alguien en determinado momento.
Entra en juego el concepto de vulnerabilidad. ¿Quiénes son los más vulnerables en la trata de personas?
Hay muchos mitos: se dice que tiene que ser gente pobre y sin educación, y no es cierto. Lamentablemente, hasta personas profesionales contratadas en otro país, los despojan de su pasaporte y empieza la explotación, generalmente sexual. No podemos generalizar que solamente le ocurre a la gente pobre, pero obviamente esa es una primera vulnerabilidad por las pocas oportunidades que se tienen.
"A veces se cuestiona: '¿por qué? Si la gente podía irse'... Esa es la frase más dolorosa: 'La persona podía irse'. No, no podía irse porque tenía una gran necesidad. En un momento y ante una determinada circunstancia ve que la única posibilidad es entrando en ese ciclo de trata, ya sea sexual, laboral, para extracción de un órgano...
"Hay que valorar el caso concreto. No podemos tirar una línea general. Hay que ver las circunstancias que rodean cada caso. Esta es la parte ingrata: decir que sabían a qué venían, y hasta mencionan la ambición... ¿Cuál ambición? Siempre hay alguien de intermediario, que es el que se está enriqueciendo y obteniendo todos los beneficios... generalmente, la víctima lo que obtiene es una ínfima parte. Al final, es un engaño. Lo que se sanciona es que hay un engaño y un aprovechamiento de las necesidades.
¿Una estafa?
Una especie de estafa, podríamos decir. Muchas veces, detrás de un contrato o una venta con palabras como 'usted va a tener una mejor vida, usted va a lograr muchas cosas', logran que la persona baje sus defensas y se vea inmerso en esto.
La vulnerabilidad económica, ¿qué peso tiene entre todos los factores de riesgo para que una persona sea sometida a este tipo de explotación?
Que sus pequeñas necesidades se convierten en grandes necesidades. Y eso es el elemento también ingrato porque nosotros, desde nuestra silla de la oficina o desde el sillón de la casa, empezamos a juzgar las necesidades de otro ser humano sin estar en sus zapatos. Somos muy poco...
¿Empáticos?
Esa es la palabra.
Quienes están afuera, dicen: 'yo no vendería un riñón ni por ¢10 millones, ni por ¢500 millones?
También hay una falta de información, que yo creo que es premeditada. Yo (como tratante) no le voy a dar a usted toda la información...
¿De parte de quién?
Del tratante. Yo no le voy a decir a usted que va a salir del país y que va a tener que trabajar sin salir de un cuarto cerrado, sin libertades. Yo no le digo todo porque si no se revienta toda esta pompa de jabón, que es toda la ilusión con que la persona es captada.
"No solo es la vulnerabilidad económica. Está la social, la psicológica. Por ejemplo, las pocas condiciones de educación: una persona informada o con cierta preparación averigua un poquito más. A veces, la candidez de las víctimas que nos topamos es apabullante. Son como chiquitos, y los tratan como tal. Los maravillaron con alguna opción de mejora, y al final todo fue mentira.
"Ese es otro de los aspectos que sufre la víctima: cuando se entera de que fue explotada, se deprime. Esto explica otro gran aspecto en la trata, que es el acompañamiento que se les da a las víctimas. Afortunadamente, tenemos una oficina de atención de víctimas y testigos, que primero les cubre sus necesidades mínimas.
"No las podemos enfrentar a un proceso como un objeto más, porque viene de ser objeto. No la podemos poner en el proceso simplemente para que nos dé información. Debemos reconocerle y devolverle esa condición de persona. Decirle: ¿usted tiene comida, le han dado atención en salud, tiene dónde vivir en este momento? A partir de que la persona se siente valorada va teniendo consciencia de que fue explotada, pasa por ese dolor de haber sido explotada y sentirse tonta, y ya después de un largo proceso, con ayuda de abogados, psicólogos y trabajadores sociales...
¿Eso no podría ser tomado por la otra parte como una forma de soborno?
Siempre se trata de satanizar el apoyo. Hay una pregunta que se les reitera en juicio: ¿alguien les dijo que manifestara algo diferente de lo que le pasó? ¿Se le presionó? El Ministerio Público, primero le reconoce su humanidad a la víctima.
País como epicentro de tráfico y trata
En relación con este nuevo escenario, donde Costa Rica es calificado como epicentro de trata, ¿qué más podemos decir de la víctima en ese nuevo contexto?
El Estado tiene muchas obligaciones con la víctima y creo que se han abordado muchas de ellas. El dar una información pública, tratar de desmitificar y devolver a la víctima la confianza en el sistema, diciéndole que denuncie y que no será maltratada...
"El primer paso: reconocer que hay alguien que se aprovechó de usted. Hay campañas muy importantes en donde se dice que no se habla solo de prostitución, de trabajadores migrantes o de niños vendiendo papitas en las calles... Estamos hablando de que detrás de todo esto hay explotadores y queremos que la víctima los reconozca.
"En trata laboral nos dicen, así de fácil, que es un incumplimiento laboral. No es un simple incumplimiento. Hemos tenido personas con barreras idiomáticas, trasladados de un continente a otro, donde se les dice que si se va lo agarrará Migración por ilegal, cuando el mismo patrono fue quien lo puso en esa condición.
"Es población que está vulnerable, a merced de un montón de personas y no están conscientes de sus derechos. No hace falta que la víctima vaya amarrada o escoltada... Es su necesidad la que la empuja a hacer las cosas.
Del lado de los tratantes, ¿quiénes son?
Generalmente, son personas con poder. Empresarios, en pequeña o en gran magnitud, con una posibilidad económica superior. En sí mismos, representan una oportunidad. El dueño, por ejemplo, de un almacén: esa persona me genera la expectativa de oportunidades. Viene el propietario de una gran finca que va a contratar personal... El sector pesquero se ve en muchos problemas con esto. Hasta una pulpería podría ser un factor importante de explotación.
"En el caso de profesionales en Medicina, es lamentable porque los médicos son una figura que todo el mundo respeta y aprecia. Pero eso no debe confundir y hacernos creer que son santos. Hay juramentos que hacen, pero también en el momento en que no los cumplan van a verse sometidos a procesos.
Víctimas y tratantes: los que los mueve en el fondo a ambos es un motivo económico.
En lo que respecta al tratante, está más cerca del ejercicio del poder. Por supuesto, tiene un beneficio, la mayoría de las veces económico. Por ejemplo, y de manera general, en una extracción ilícita de órganos, hay dos necesidades: el que necesita el órgano y el que tiene una situación en que requiere urgentemente dinero. Hay dos necesidades pero hay una persona que está en el centro que es quien se aprovecha de esas necesidades.
¿El intermediario?
Les llaman intermediarios, es la persona que está en el centro, no tendiendo la mano para ayudar a dos personas, sino que está obteniendo para sí un provecho. Han habido comentarios como 'cada cual es dueño de su cuerpo y puede hacer lo que quiera con él'. Eso no es cierto. Hay toda una obligación del Estado de proteger la salud, en el tanto una persona done un riñón, otro día un brazo... vamos a tener personas con debilidades, y van a ser objeto de protección social del país. Así que no es tan fácil decir 'es mi cuerpo y yo hago con mi cuerpo lo que quiera'.
"En países como España, han tratado de que la mayoría de los donadores sean cadavéricos. Una sociedad que tiene que acudir mucho al donante vivo puede volverse una sociedad enferma a largo plazo.
"Nosotros por supuesto que apoyamos los trasplantes: pero los trasplantes éticos, los que salvan vidas, los trasplantes en que, ya sea usted pobre o adinerado, puede tener una expectativa de vida, que no dependa de su condición económica el poder salvar su vida. Creemos en el trasplante, pero ¡por favor!, tiene que ser algo ético, realmente con el corazón, como debería ser la función de un médico: estar preocupado por salvar vidas.
¿Cuál es el nivel del riesgo de la trata para extraer órganos en relación con otros tipos (sexual, laboral)?
En extracción ilícita de órganos, el riesgo a la salud es más patente. Evidentemente, la salud es el primer foco.
¿Cuál es la característica más destacada del tratante?
El tratante tiene una característica que lo asemeja un poco al delincuente de cuello blanco: tampoco se percibe a sí mismo como un delincuente cuando se va normalizando la conducta. Al final, pueden pensar que hay algún beneficio; por ejemplo, le estoy proveyendo trabajo a gente que en otras circunstancias no tendría.
Cuando hablamos de los tratantes, hablamos de una red...
... de división de funciones. No todos hacen todo.
... de repente, yo estoy dentro de la red pero no me di cuenta. Solo me contratan para un trabajo.
Hay una división de funciones. No todo el mundo tienen que hacer tiene que hacer cada uno de los elementos del tipo penal. Funciona como una estructura de legitimación de capitales: al final, se va pasando por una serie de estadios, y el último, como está muy lejano del origen, trata de decir que no sabía.
... los protocolos de seguridad que se deben cumplir. En un hospital, por ejemplo.
Por supuesto. Entonces, no es tan fácil como decir 'yo no sabía'.
Especialistas consideran al país como un epicentro de la trata de personas.
Cualquier red de delincuencia se instala donde pueda haber un pequeño portillo por dónde meterse. Se han tomado medidas en extracción ilícita con cambios en la legislación que había en aquellos momentos (2013). Hay muchas situaciones que nos hacen un punto para la delincuencia en general, por portillos que les facilitan actuar sin que se detecten. A veces, hasta se convencen de que no hay nada ilícito. Volvemos al tratante y su concepción de no verse (en un delito). Un legitimador de capital, por ejemplo, se ve simplemente como un hombre de negocios.
¿En este caso de extracción de órganos, entonces, se ven como salvadores de vida?
Podría ser, que en cualquier caso en que haya situaciones ligadas con la salud se vea el resultado final y no el de las dos partes. Estoy salvando vidas pero, ¿habrá alguien que está debilitando su salud? Eso es una pregunta que hay que hacerse.
¿Son suficientes los cambios en legislación desde el 2013?
No, y no todo puede ser ley o resolverse con legislación. Se resuelve con la forma en que los operadores aplican las leyes: desde la Fiscalía con sus facultades de persecución penal, hasta los jueces que tienen que tomar las grandes decisiones de considerar si hay o no un delito. Esto implica sensibilidad, capacitación, romper esquemas y mitos siempre dentro de la legalidad. Jamás podemos pensar que un sistema funcione si quiebra las leyes.
Usted mencionó que había personas que olvidaban que se están protegiendo derechos humanos.
Las penas que están establecidas (para la trata en general) son altas. Cuando hay agravantes, las penas pueden llegar a 16 años de prisión. Hay que ser muy cuidadoso a la hora de imponer a una pena, y hay que garantizar que realmente se llegó a un nivel de certeza, que es lo que requiere un tribunal para condenar. Certeza total, más allá de toda duda.
"Uno entiende que, a veces, si queda la mínima duda, lo que trae nuestro sistema es absolver. Sin embargo, la ley permite llenar de contenido una serie de verbos. Cuando se dice 'traslado' es el traslado interno. Hay una sentencia, no tenemos gran cantidad de jurisprudencia, que llevó a segunda instancia que dice 'no importa la distancia a la que fueron trasladadas las personas'. Eso es un elemento importante.
"Ahí es donde hay que luchar contra los propios mitos, deshacerse de todos estos mitos y hasta prejuicios y decir 'no'. Nosotros hemos investigado secuestros de personas que no están metidas en ninguna situación de delincuencia, y también de personas que estaban metidas en situación de delincuencia, pero esto no quita que fueran víctimas de secuestro. No podemos cerrar los ojos y decir que esa persona se lo buscó porque estaba metida en delincuencia. El día que permitamos eso vamos a permitir que cada cual haga justicia por sus propias manos.
"Los prejuicios hay que quitarlos y yo pienso que nuestros jueces tienen todos estos elementos para poder juzgar y llegar a la convicción, más allá de toda duda.
¿Qué nos dice, a propósito de la jurisprudencia, en un tema como este? ¿Cómo ha respondido el país en los casos que han salido?
Esto es un proceso que tiene que ir evolucionando. Al principio, hubo dificultades para reconocer que un caso podía ser de trata. Conforme se fue dando capacitación y la ley fue mejorando, resultó más fácil identificar los casos y llevarlos a tribunales.
"En algún momento, la trata no tradicional no tuvo mucho éxito. Lo cierto es que los primeros casos no fueron del todo satisfactorios. Aún así, se han llevado casos y se ha llegado a condenatorias. Una pregunta que ha sido devastadora es '¿Y por qué no se fue'. Es una bofetada a la víctima, porque es llenarla más de culpa y decirle que el culpable fue usted porque se podía ir. No es justo que le demos esa posibilidad a una persona si no analizamos cuáles eran todas sus circunstancias".
¿El riesgo para el país es mayor para la trata de extracción de órganos?
Hay diferente legislación a nivel de Centroamérica. Se han estudiado las vulnerabilidades de la región. Y sí las hay. En lo económico hay. En este proceso de mejorar la legislación han quedado algunos portillos. Cada región tiene sus complejidades. En Europa y Asia pasa lo mismo. Hay también una cuestión cultural que hay que analizar.
El juicio, ¿representa una oportunidad para mejorar el tratamiento de estos delitos?
Debemos tomar consciencia de que es un tema que nos atañe a todos. Hay que abrir los ojos y no hacerse el tonto y mirar para el otro lado. Tenemos que ser lo suficientemente sensibles para reconocer cuándo un ser humano está siendo rebajado a otra categoría donde simplemente es un instrumento para el beneficio de otro.
"Es una oportunidad. La gente piensa que estas cosas no pasan. Antes lo veíamos como algo muy lejos. Lamentablemente pasa, y nos rompe el corazón, no para ponerse en una esquina a llorar sino para tomar acciones. Nuestro sistema ha ido evolucionando hasta reconocer a la víctima dentro del proceso penal, con sus derechos".