El Ministerio Público pidió 24 años de prisión contra el abogado, de apellidos Nassar Güell, que habría estafado por $5 millones (¢3.375 millones) a la comunidad libanesa en Costa Rica al prometerles ganancias en inversiones falsas. La solicitud de sentencia la realizó la fiscala Rocío Alfaro Blanco, la mañana de este miércoles durante la fase de conclusiones del juicio que se sigue en el Tribunal Penal del Primer Circuito Judicial de San José.
La petición total a los jueces sumaba 154 años de cárcel, pero según las reglas del concurso material, la pena quedaría ajustada en 24 años. El concurso material consiste en sumar las penas que corresponden a cada delito, sin que esta suma pueda superar el triple de la pena mayor, que en este caso es de ocho años.
Los jueces encargados son Krycia Zamora Pérez, Nancy Marín Monge y Pedro Ramírez Sánchez.
Este caso se encuentra en un segundo juicio, iniciado el 17 de marzo de este año. La Fiscalía Adjunta de Fraudes le atribuyó a Nassar 23 delitos de estafa mayor y dos delitos de falsedad ideológica en concurso material.
El primer juicio fue suspendido porque uno de los jueces involucrados en el primer debate, Luis Carlos Castro, había estado a cargo en una fase previa de recibir prueba de este expediente, por lo que optaron por anular el debate y empezar uno nuevo.
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Dicha prueba consistía en los discos duros de las computadoras del acusado y aunque el juez no tuvo acceso al contenido de los mismos, el Tribunal decidió reiniciar el debate desde cero.
La fiscala indicó que los hechos acusados habrían ocurrido entre el 2012 y 2018, periodo en que el señalado presuntamente contactó a familiares y amigos para ofrecerles supuestas inversiones en bancos y la bolsa con rendimientos exagerados, lo que en apariencia se trataba de un esquema ponzi. Después de ocho años, Nassar habría entregado supuestas ganancias a los inversionistas que en realidad provenían del dinero entregado por las otras víctimas.
Uno de los afectados habría perdido $500.000 (¢337,5 millones), mientras que un tío de Nassar habría entregado $400.000 (¢270 millones) bajo la promesa de que iba a gozar de una tasa preferencial para él.
La fiscala detalló que cuando Nassar no pudo sostener más su presunto esquema fraudulento, empezó a llamar y enviar correos a sus víctimas para dar explicaciones de lo que supuestamente había sucedido.
“Él indicó incluso que había caído en insolvencia, pero ya sabemos que no, porque para que una persona se pueda considerar en estado de insolvencia, pues debe ser decretado judicialmente, situación que en este caso no pasó. Fue la palabra más fácil que el imputado escogió para decirle a las personas que había perdido todo su dinero, que esas inversiones no se habían llevado a cabo”, declaró Alfaro.
Asimismo, Alfaro señaló a Nassar por hacerse pasar como una persona religiosa y de buenos principios, lo cual, aparte de su condición de amigo y familiar, le permitió ganarse la confianza de los ofendidos.
“Abogado de confianza de muchas de las víctimas, lo cual esto generaba que por supuesto las víctimas le tuvieran más confianza, porque era la persona que se encargaba de sus asuntos legales, y cómo la persona que se encargaba de sus asuntos legales los iba a traicionar de la forma en que lo hizo”, indicó.
Según la fiscala, debido a las grandes pérdidas de dinero, los ofendidos sufrieron problemas médicos, trastornos psicológicos y problemas familiares. Incluso, una pareja afectada que provenía de Venezuela debió volver a su país por el daño patrimonial que enfrentaron.
Por su parte, la tarde de este miércoles también le correspondió a Daniel Vega, abogado de uno de los ofendidos, concluir los argumentos de su querella. Vega pidió a los jueces 15 años de prisión para Nassar y una acción civil resarcitoria de $700.525 (¢472,9 millones) más intereses.
“Él conocía claramente que lo que estaba realizando era incorrecto, conocía que no tenía que realizarlo, conocía que tenía que indicarle a los ofendidos que tenía que devolverles la plata; sin embargo, él siguió recibiendo dinero por parte de las personas que él manifestó que afectó y pidió perdón”, declaró Vega.
Vega detalló que Nassar le pagaba intereses a su representado “por lo que él creía estar recibiendo rendimientos por las operaciones, constantemente tenían conversaciones, no solo porque era el abogado, sino porque constantemente el imputado, por medio de mensajes de WhatsApp, le estaba indicando las diferentes operaciones que (el ofendido) creía que eran oportunidades de obtener rendimientos que no existían”.
El juicio continuará este jueves en la mañana con la etapa de conclusiones de las partes.