La Fiscalía Adjunta de Limón solicitó 60 años de cárcel contra un sujeto de apellidos Gutiérrez Alfaro, como sospechoso de descuartizar en el 2018 al comerciante peruano Walter Nelson Antay Rodríguez, de 52 años.
Los delitos que le atribuyen son homicidio calificado, uso de documento falso y falsedad ideológica.
Este juicio comenzó desde el año pasado, pero se ha tenido que reprogramar por diversas razones y ahora está próximo a concluir.
Al parecer, entre el 1.° de setiembre y el 12 de diciembre del 2018, Gutiérrez habría asesinado al comerciante Antay, tras dispararle en el tórax.
Se cree que luego desmembró el cuerpo de la víctima y lo depositó en bolsas plásticas, para luego ocultarlo en un congelador que estaba en la casa de Antay, en barrio Los Cocos, Limón.
Se presume que, para desviar la atención de los familiares y amigos del ofendido, Gutiérrez les hizo creer que el comerciante se había ido y que lo había dejado a cargo de todas sus propiedades y de la custodia de su hijo, a quien también engañó.
Como Antay dejó de ser visto por su compañera sentimental, a ella le entró la duda y pese a que ella recibía mensajes por WhatsApp que supuestamente escribía su compañero, decidió a poner una denuncia por desaparición el 27 de noviembre.
Esa denuncia fue la que permitió al OIJ desentrañar la ola delictiva que aparentemente venía desarrollando Gutiérrez.
Plan bien elaborado
En el juicio, la Fiscalía señaló que el imputado Gutiérrez Alfaro habría elaborado un plan que le permitió apoderarse de los bienes y propiedades de la víctima sin levantar sospechas de nadie.
Se cree que, desde marzo del 2011, estando en Estelí, Nicaragua, el sospechoso dio muerte a Rita Raquel Rostrán Fajardo, nicaragüense que había sido pareja de Antay, y la sepultó en su propia vivienda.
Posterior a esa muerte, se presume que Gutiérrez, mediante datos falsos, suscribió en Nicaragua un poder que le permitiría hacerse cargo de los bienes y negocios de la ofendida y, además, se hizo cargo de la guarda y crianza de un menor, que la mujer había procreado con Antay.
Gutiérrez vendió la propiedad en Nicaragua y se dirigió a nuestro país.
En Nicaragua, el nuevo dueño de la propiedad iba a hacer unos arreglos y encontró los restos de Rostrán debajo de una loza de cemento, los cuales tenían unos cuatro años de estar enterrados.
En abril del 2016, el sospechoso ingresó a Costa Rica de manera irregular, en compañía del hijo de los ofendidos. Ambos llegaron a la casa de Antay, en Limón.
Sin levantar sospechas, Gutiérrez se habría ganado la confianza de Antay y se involucró en sus actividades comerciales, así como en su entorno social y familiar.
Como parte del plan, el 31 de julio del 2018, el sospechoso y otra de las personas imputadas en el juicio, apellidada González Rodríguez, habrían ido al Registro Civil de Limón.
Al parecer, la mujer se hizo pasar por tía de Gutiérrez e indujeron a error al registrador, quien insertó una foto de Gutiérrez en el documento de identificación del hijo de Antay.
Con ese documento alterado, entre el 17 de octubre y el 12 de diciembre del 2018, Gutiérrez habría hecho trámites administrativos.
Aparentemente dos abogados notarios de apellidos Baltodano Gutiérrez y Alfaro Silva (mujer), a pesar de la ausencia de Antay en sus despachos, aseguraron que contaban con la autorización del comerciante para elaborar unos poderes a nombre de González Rodríguez.
De esta manera, con los documentos falsos, el sospechoso habría logrado hacer el traspaso de patente del local, así como hacer otros trámites para quedarse con otros bienes del ofendido, entre ellos un carro.
Otros imputados
Respecto a las sospechosas González Rodríguez y Alfaro Silva, la Fiscalía solicitó un año de cárcel para cada una, mientras que en contra del sujeto de apellidos Baltodano Gutiérrez requirió una pena de tres años de prisión. A estos se les imputó el delito de falsedad ideológica.
Esta tarde empezó en los Tribunales de Limón la fase de conclusiones del abogado defensor de Gutiérrez y, posteriormente, continuarán los representantes de los otros tres imputados, para luego fijar la fecha de la sentencia.