Un colaborador de la Fundación Manos Abiertas, quien fue detenido la tarde de este martes junto con cuatro mujeres que presuntamente se hacían pasar por monjas, poseía una caja fuerte con ¢154 millones en su casa, reportó Teletica.com con base en una información que le confirmó el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Los fajos de billetes fueron ubicados en una vivienda del condominio Villa Flores, en Desamparados de Alajuela, que pertenece al hombre detenido, de apellido Granados y de 52 años, indicó ese medio de comunicación.
Fundación Manos Abiertas es una organización no gubernamental (ONG) con 33 años de operar en el país, que se autodefine como un “albergue de cuidado y amor para personas con discapacidad en estado de abandono”. Sus dos sedes se ubican en Desamparados de Alajuela y La Unión de Cartago.
La ONG recibía fondos de instituciones como el Patronato Nacional de la Infancia (PANI), el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), la Junta de Protección Social (JPS) y el Consejo Nacional de Personas con Discapacidad (Conapdis).
Según dio a conocer el OIJ, solo en los últimos cinco años recibió ¢6.584 millones, parte de los cuales habrían sido utilizados por los detenidos para viajes al extranjero y adquisición de bienes.
Presuntas torturas en la Fundación Manos Abiertas
Los cinco arrestados son sospechosos de cometer los delitos de trata de personas con fines de explotación laboral, tortura, ejercicio ilegal de la profesión, malversación de fondos públicos, peculado y enriquecimiento ilícito. Las capturas se llevaron a cabo mediante tres allanamientos en Desamparados de Alajuela y La Unión de Cartago, a cargo de la Sección Anticorrupción del OIJ.
Randall Zúñiga, director del OIJ, explicó que, según las denuncias recibidas, habrían ocurrido torturas y maltratos en los lugares intervenidos. Por ejemplo, cuando las personas en cuidado no obedecían, los imputados sumergían sus manos en agua fría.
Para aplicar tales castigos, los detenidos aparentemente se basaban en los votos de obediencia que debían cumplir quienes se integraban a la fundación, bajo una especie de noviciado. Sin embargo, según el sacerdote Luis Hernández, vocero de la diócesis de Alajuela, la organización no está afiliada a la Iglesia católica, aunque sí estaba en proceso de convertirse en una asociación de fieles.
Las pesquisas para detener a estas cinco personas iniciaron en el 2023, luego de que se recibieran denuncias anónimas y otras presentadas por exempleados sobre la tortura de niños en la fundación.
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