El peón agrícola Jairo Díaz Aragón, acusado de masacrar el 29 de mayo del 2015 a machetazos a una familia en Copey de Dota, San José, se tomó la sangre de una de las víctimas, reveló este miércoles el Ministerio Público.
El dato trascendió al iniciar el debate en el Tribunal de Juicio de Cartago. Allí se le juzga por los homicidios de Ramón Suárez Espinoza, de 50 años; su esposa Haydeé Miranda Salmerón, de 33; y los hijos de esta pareja, de 11 y 9 años.
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Al sospechoso de 44 años, se le imputan cuatro delitos de homicidio calificado y dos violaciones, en perjuicio de la niña y su madre, quienes habrían sido ultrajadas delante de sus familiares.
En la lectura de la acusación, la fiscala Karen Mora Umaña hizo una detallada descripción de los hechos, en los cuales involucró a Díaz Aragón.
Entre otros aspectos relevantes, la funcionaria detalló que "una vez que el acusado le dio muerte a la niña, como una especie de ritual, procedió a tomar sangre de la menor, lo que hizo en frente de su compañera (sentimental) y de las otras víctimas".
Sin embargo, no fue la primera vez que Díaz realizó tal acción, pues la misma fiscala relató que en octubre del 2003, en Chinandega; Nicaragua, después de presuntamente matar a su madrastra y a una nieta de ella de 8 años, “Jairo Díaz tomó parte de la sangre, tanto de su madre, como de la niña, como si realizara un ritual”, agregó la fiscala.
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Pasado violento
Jairo Díaz, quien permanece en máxima seguridad de La Reforma, estuvo esposado con las manos hacia adelante en la sala de juicio, pues se le califica como un sujeto muy peligroso.
Además, de masacrar a la familia de Dota, a este hombre que le investiga por esos dos crímenes en Nicaragua, que no fueron juzgados porque huyó hacia Costa Rica.
Aquí, en el 2010, también le atribuyeron el abuso sexual de dos menores en Cajón de Pérez Zeledón. Familiares de las víctimas quitaron la denuncia hace unos años, pero luego de la captura de Díaz (por los crímenes en Dota), la volvieron a interponer.
Luego de que fuera aprehendido, también se le vinculó con el homicidio de una niña de 10 años, cuyo cuerpo apareció el 16 de julio del 2011 en un cañal, también en Cajón. La menor presentaba heridas con arma blanca.
Además, fue señalado como el autor material del homicidio del nicaragüense Edwin Cascante Navarro, de 45 años, asesinado con arma blanca el 16 de febrero del 2014, en un bar en Santa María de Dota.
Por último, se le investiga por la muerte de Benny de los Ángeles Muñoz Picado, cuyos restos óseos fueron localizados en el 2013, en un sector montañoso de la Trinidad de Santa María de Dota.
Todos estos expedientes están abiertos y en investigación.
Ataque sangriento
El asesinato de la familia fue perpetrado el 29 de mayo del 2015, en un rancho en el que habitaban las víctimas en una finca cafetalera en Copey de Dota, San José.
Ese mismo día fue localizado el cuerpo de la niña. Ella estaba amarrada de pies y manos y acostada en la cama. Tenía una profunda herida con arma blanca desde la garganta a la vagina, lo que dejó expuestas las vísceras.
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Fue hasta el día siguiente, sábado 30 de mayo, que aparecieron los otros cuerpos: el niño, a unos 150 metros de la casa, y los padres cerca de un río, a 50 metros del rancho. Todas las víctimas presentaban heridas con machete.
Según la acusación fiscal, el día de los hechos Jairo Díaz le dijo a su compañera sentimental, una mujer de apellidos Muñoz Picado, de 43 años, que tenía que ir a la casa de Ramón Suárez, porque supuestamente "tenía que darle muerte a él y a su familia y si ella decía algo, la mataría también".
Esa mujer, al parecer, presenció los homicidios y se convirtió en la principal informante de la policía para esclarecer el hecho.
Juanita Ponce Paniagua, jefa de la oficina del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Tarrazú, que se encargó de las pesquisas, dijo durante el juicio que esa mujer la localizaron el 4 de junio del 2015, el mismo día en que detuvieron a Jairo Díaz.
"Lo primero que nos dijo fue que estaba dispuesta a ayudar, que (Jairo) era una persona violenta, que la agredía", recordó la oficial.
Asimismo, dijo que, posteriormente, la testigo rindió testimonio en la Fiscalía.
Cuando "declaró se puso a llorar, que ella sabía de varios crímenes, que había sido testigo y que se le diera protección. Se le salían las lágrimas. Fue muy impactante verla a ella", agregó Ponce.
Nombre ficticio
Cuando compareció este miércoles ante el Tribunal de Juicio de Cartago, Jairo Díaz declaró haber nacido en Masaya, Nicaragua, en una fecha que no recuerda. Acto seguido, le preguntó a los jueces que cuál nombre querían que él dijera: si el ficticio o el verdadero.
Aseguró que el nombre suyo es Delvis Sevilla Bonilla y que el ficticio es Jairo Díaz Aragón. Empero, para las autoridades judiciales el verdadero es el segundo.
Este hombre, quien dijo que no iba a referirse a los hechos por recomendación de su defensora, Viviana Navarro, manifestó que sabe escribir y leer, y que fue a una escuela en la cual "no tenían nada de eso de primero, segundo, tercero", por lo que no podía decir si terminó la educación primaria.
Agregó que debido a un accidente permaneció en un centro hospitalario en coma durante muchos días y a eso atribuyó una cicatriz que tiene en la cabeza.
En este juicio esta prevista la comparencia de nueve testigos.
Los jueces que dirigen el debate lo integran Edwin Reyes, Alexánder Salazar y Xinia Duarte.