Un sacerdote de apellido Villalobos fue declarado inocente de tres delitos de abuso sexual y una violación.
Así lo determinó el Tribunal Penal de Juicio de Pavas que dictó la absolutoria por certeza en favor del religioso, el 6 de junio.
Los hechos que se juzgaron presuntamente se dieron entre el 2005 y el 2013, en perjuicio de un joven de 16 años (dos abusos sexuales) y un adulto de 26 años (un abuso y una violación). Habrían ocurrido en Los Guido de Desamparados, el centro de Alajuelita y en San Francisco de Dos Ríos, San José.
Sin embargo, para los jueces Ana Emilia Fallas Santana, Karina Redondo Gómez y Maurice Ghesquiere Briceño, no se logró probar durante el desarrollo del debate que los delitos realmente ocurrieran. En su criterio, los relatos de los ofendidos no eran creíbles.
Por esta razón, también rechazaron el reclamo civil de ¢15 millones planteado por una de las supuestas víctimas (el adulto) a quien, por el contrario, lo condenaron a pagar ¢3 millones por los gastos procesales. Ese dinero se traslada para uso de la Oficina de Defensa Civil de la Víctima.
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El Ministerio Público informó, por medio de la oficina de prensa, de que apelarán la sentencia absolutoria.
Según los fiscales, "la prueba recabada durante la investigación motivó la solicitud de condenatoria en contra del imputado (24 años de prisión), al considerar que es el autor responsable de una violación y tres abusos sexuales, uno de ellos contra mayor de edad y dos contra menor de edad".
En tanto, Fernando Arias Zúñiga, defensor del padre Villalobos, se mostró satisfecho por lo dictaminado por el tribunal de Pavas.
“Es un fallo que da confianza al sistema judicial, por la objetividad de los jueces, y además brinda evidente satisfacción a la defensa técnica, pues se denota que analizaron cada una de las pruebas que fueron sometidas a su conocimiento. Siempre con objetividad para dictar un fallo acorde con la legalidad y el último fin que es hacer justicia”, consideró.
La arquidiócesis de San José esperará a conocer la resolución completa de los jueces antes de referirse al fondo del fallo, declaró el obispo auxiliar Daniel Blanco Méndez.
“No conozco más que la declaratoria de inocencia, ni siquiera conozco bien los términos en que el asunto acabó. Entiendo que es inocente y que el demandante tiene que pagar costas.
"Viendo exactamente a qué conclusiones llegaron los jueces a nivel penal y civil habría que ver si los procesos a nivel de tribunales eclesiásticos continúan o no, porque la tipología penal no es idéntica en el campo canónico. Sí es necesario ver la sentencia para saber qué va a pasar después", manifestó.
Detalle de hechos
La denuncia contra el sacerdote Villalobos, hoy de 48 años, trascendió en agosto del 2014, cuando el imputado laboraban en la parroquia de Santa Marta, en la Y Griega, en San Francisco de Dos Ríos, San José. Ahí mismo laboraba uno de los supuestos ofendidos.
En la denuncia que ese hombre presentó ante la Fiscalía Adjunta de Violencia Doméstica y Delitos Sexuales en San José, detalló que desde julio del 2012 brindaba servicios en la parroquia como encargado de decoración y colocación de flores.
En su testimonio manifestó que siempre mantuvo una buena relación con el sacerdote Villalobos, hasta que durante el mes de octubre del 2013, el religioso lo invitó a que viera una película en un cuarto de la casa cural. En esa ocasión, según describió la presunta víctima, fue cuando presuntamente se produjo el abuso sexual.
Luego, en una ampliación, detalló sobre una supuesta violación que habría ocurrido en el 2010, cuando el afectado tenía 22 años. Eso pasó, según la víctima, en Alajuelita.
En agosto del 2014 también se presentó ante la Fiscalía un menor de 16 años, quien denunció dos supuestos abusos sexuales que habrían sucedido en el 2005 en la comunidad de Los Guido, en Desamparados.
En ese mismo mes, Villalobos fue separado de su cargo como cura párroco y se le asignaron otras funciones en la arquidiócesis de San José.
Argumento de defensa
Fernando Arias argumentó durante el debate que los hechos acusados eran falsos y los atribuyó a un “desquite” contra el cura Villalobos.
"Él, cuando lo nombran como párroco de Santa Marta, empieza a ser acosado por un grupo de dirigentes de la parroquia que eran laicos (...) el sacerdote choca con estas personas por asuntos pastorales, la forma de dirigir la parroquia, de invertir los recursos, de llevar cursos matrimoniales.
"Algunas de estas personas son familia del primer denunciante (el mayor de edad) Este muchacho tiene cierta amistad con el otro denunciante (...), presentan su denuncia casi que en conjunto, a pesar del lapso de los hechos que era de nueve años. Eso nos hace pensar en una situación orquestada para perjudicar al sacerdote y así lo alegamos en juicio".
No fue posible ubicar a las víctimas mientras que el Ministerio Público informó de que no se refirirá al tema. La fiscal en este juicio fue Claudia Villafuerte.
En el debate, que inició el 9 de mayo, se recibieron 15 testigos; diez de ellos fueron aportados por la defensa.