El juzgador justificó su decisión al decir: “No se pudo acreditar quién amarró al perro ni cuándo lo hizo y eso es determinante para saber si el delito es doloso”.

El debate se realizó en el Tribunal de Atenas y la imputada era de apellido González, de 34 años.

El juzgador señaló que esa información se hubiese podido obtener si el testigo estrella de la Fiscalía, quien era el hermano de la acusada, hubiera asistido a brindar su declaración. Su testimonio era vital puesto que fue quien alertó sobre el maltrato mediante mensajes de texto y video.

Se esperaba que el hermano llegara a declarar el lunes, pero no llegó. Ante esto, el juez reprogramó el juicio para este viernes y, desde el miércoles, giró una orden de captura para que la Policía diera con su ubicación. No fue posible.

De hecho, detalló el juzgador, cuando los oficiales llegaron a su casa se encontraron con la mamá del testigo, quien les indicó que el hombre “no deseaba declarar para evitar perjudicar a su hermana”.

“Él no imagino en lo que se iba a convertir este proceso y probablemente tuvo miedo a enfrentar a su hermana (...) Pero hay que agradecerle a él, porque fue quien permitió que Campeón (el perro) este aquí con vida y con una nueva familia”, apuntó.

Asimismo, Rodríguez aprovechó para llamar la atención por la falta de presupuesto que existe para aplicar esta ley, situación que meses atrás también ha hecho notar el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) al indicar que carece de personal y de recursos materiales necesarios para atender estos casos.

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La nueva Ley de Bienestar de los Animales fue firmada en junio del 2017 y enfatiza en las responsabilidades de los propietarios de animales de compañía, quienes deben garantizarles condiciones vitales básicas y un manejo apropiado según las buenas prácticas de seguridad, higiene, salud pública y veterinaria.

En caso contrario, la norma contempla penas entre los seis meses y tres años de prisión, así como a multas de hasta ¢707.000 por muerte o maltrato contra los animales.

Impotencia

La decisión del juez generó sentimientos encontrados en las rescatistas Dora Castro e Isabel Aguilar, quien tiene al perro en la actualidad.

La primera indicó que tiene “un gran sentimiento de impotencia” por la sentencia absolutoria del juzgador. “Es muy doloroso, teníamos muchas esperanzas. Respetamos, pero es muy duro”.

Mientras que Aguilar se mostró más optimista e indicó que esta decisión sentó un precedente “importantísimo”.

“Hay cosas que debemos mejorar (en el proceso penal), pero lo podemos hacer. Seguimos en la lucha, con el mismo ánimo.

”El juez tiene razón en el sentido de que si tiene duda, no puede condenar. Pero no es lo que yo quería, aunque el precedente que hicimos vale mucho. Llegar hasta acá y tener todo este apoyo es genial. Esa persona (la imputada) tuvo que vivir la agonía de este proceso", subrayó.

Otro caso

En enero del año anterior, un juicio similiar se dio en el Tribunal del Segundo Circuito Judicial de Guanacaste.

En esa ocasión, el imputado era un hombre, de apellido Gómez Arroyo, quien fue absuelto de toda responsabilidad.

A él se le señalaba porque supuestamente había lesionado a un perro con una motoguadaña; sin embargo, el Tribunal consideró que la conducta del acusado se trató, en realidad, de un acto reflejo, pues se defendía del ataque del canino.