Un juez penal de Goicoechea, con 23 años de carrera, fue despedido por acosar sexualmente a dos técnicas judiciales con frases verbales y mensajes de texto.
Se trata de Álvaro Oconitrillo Rivera, de 52 años, quien renunció antes de que el Consejo Superior dictara una decisión final en relación con este caso.
Según el informe de la Inspección Judicial, el funcionario enviaba mensajes a las mujeres en los que les manifestaba que las veía muy guapas, o que tenían piernas muy lindas.
De acuerdo con esa investigación, una vez, cuando en la oficina se hablaba sobre una película, Oconitrillo le dijo a una de las ayudantes: “Si yo soy el hombre lobo y usted un vampiro, nos podemos agarrar a mordiscos y chuparnos la sangre”.
El despido del juez fue ratificado por el Consejo Superior el pasado 14 de noviembre, cuando resolvió una apelación al fallo dictado en febrero por el Tribunal de la Inspección Judicial.
El Consejo sostuvo que la falta cometida por Oconitrillo era “gravísima” y decidió revocar su nombramiento.
No obstante, ayer el exfuncionario confirmó que renunció, en una separación del puesto que se hizo efectiva el 4 de julio.
El ahora exjuez aseguró que las acusaciones en su contra son un “montaje” originado en una denuncia que él presentó contra un compañero por una supuesta vinculación con el narcotráfico.
“Montaron todo un escenario y, total, la palabra de uno no iba a tener ningún peso. A muchos compañeros nos ha pasado que, para sacarnos, han usado el tema del acoso y al final no se puede demostrar que estas mujeres fueron presionadas”, manifestó.
Oconitrillo indicó que no se le ha notificado de la resolución del Consejo y comentó que ahora se dedica a su propia oficina.
Hechos. Según el Tribunal Disciplinario, en una decisión que consta en el acta del Consejo Superior del 14 de noviembre, el acoso sexual contra las ofendidas ocurrió entre setiembre del 2011 y enero del 2012.
En ese momento, una de ellas estaba en condición interina y otra en meritoria (periodo en el que no reciben salario, sino que se realiza una práctica profesional).
Los investigadores determinaron que, pese a que las funcionarias mostraron su incomodidad con las manifestaciones de contenido sexual del juez, este seguía dirigiéndose a ellas de esa manera.
La Inspección detalló que, en una oportunidad, la practicante, de 19 años, le escribió al juez: “Vea, don A., ya esto se está saliendo de control, ya las personas del despacho están hablando y es suficiente con las otras bromas que dan. Lo único que yo quiero es una relación normal entre un jefe y un subalterno; yo estoy muy nueva aquí y no quiero tener ningún problema”.
Según las recopilación de hechos, el superior le respondió que “no era para tanto”.
Tras conocer este asunto, el Consejo Superior determinó que “conductas como las acusadas adversan frontalmente los altos valores éticos y morales requeridos a una persona servidora judicial, en especial a quienes administran justicia. La cualidad más importante que deben tener los jueces y las juezas es ‘una ética alta, dura e inflexible’”.
Además, se señaló que el hostigamiento sexual es incompatible con la función pública.
En la actualidad, el magistrado de la Sala I, Óscar González, está cuestionado por acoso sexual y afronta una causa penal por violación. .