Marcela Araya, víctima de tentativa de feminicidio, acudió temprano el viernes 26 de mayo a los Tribunales de Heredia, confiada en que luego de cinco años de espera, el debate por fin arrancaría. Sin embargo, una incapacidad del imputado frenó el arranque del juicio.
De acuerdo con la víctima, el sospechoso de apellidos Bolaños Brenes, quien se mantiene sin ninguna medida cautelar, solicitó un día antes de la audiencia una incapacidad laboral en emergencias del área de salud de Pavas, San José.
“Es evidente que está evadiendo la justicia, nadie que sea inocente hace esto. Desde hace un año hay una manifestación de él en el expediente donde indica que vive en Alajuelita, no en Pavas”, sostuvo.
Marcela explicó que solicitó por medio del Ministerio Público, que la próxima vez que su caso vaya a los Tribunales y Bolaños presente nuevamente una incapacidad, se gire una orden para que el imputado sea atendido en el departamento de Medicina Legal del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Además, la ofendida pidió que se le imponga impedimento de salida del país, pues Bolaños está casado con una persona extranjera y ya ha salido antes del país.
“En mi derecho está sentir temor de que él evada una vez más la justicia y no regrese. Estoy tranquila a pesar de todas las situaciones que tuve que vivir y esperar para que llegara este día. Estoy tranquila pero no me voy a quedar quedita, porque justamente las mujeres hemos sido violentadas y asesinadas por no hacer nada, yo no voy a ser una más en la lista de feminicidios”, añadió.
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Esta es la segunda vez que el caso de Marcela intenta llegar al estrado judicial, la primera fue el 20 de enero del 2023; no obstante, se reprogramó porque chocaba en tiempo con el debate por el feminicidio de María Tacsan, proceso ‘de más de dos meses de duración que implicó dejar sin efecto otros juicios’, decía el expediente.
En ese momento, según Marcela, el imputado se presentó al Tribunal Penal consultando si efectivamente la causa se realizaría, ya que en la misma fecha él tenía una capacitación laboral y debía salir del país, no obstante, la denunciante sostuvo que tiempo después se enteró, tras una consulta en el trabajo de Bolaños, que no existía ninguna capacitación.
Varios delitos
La causa que se tramita desde el 2018 por delitos como intento de femicidio, agresión con armas, amenazas contra una mujer, incumplimiento de medidas de protección, violación y maltrato, entre otros, inició como investigación de oficio en el Ministerio Público, pues Marcela no quiso denunciar por el miedo a ser asesinada y, solamente, le narró a la Fiscalía los hechos cuando el imputado pidió medidas de protección.
En febrero pasado, la ofendida narró a La Nación que todo empezó en enero del 2017, en redes sociales, donde se conocieron ella y el acusado. Al poco tiempo entablaron una relación y dos meses después de iniciada, Bolaños se fue a vivir con ella y su hija a un departamento.
Al inicio mostró ser agradable, caballeroso y correcto, pero a los tres meses de convivencia comenzaron las agresiones físicas, económicas, sexuales y emocionales que prácticamente eran diarias. Estas empeoraron cuando Marcela descubrió que el implicado consumía drogas y entraba en cuadros de ansiedad, que hacían que la despertara por la noche para ir a buscar búnkeres.
“Pasé por situaciones bastante desagradables, de pronto una madrugada me sacaba de la casa jalándome del pelo. Yo llegué al punto en que él ofrecía canjearme a mí por droga, en algunas ocasiones tuve que quitarme la blusa dentro del carro y permitir que desconocidos me tocaran, porque por más que dijera no, era peor”, explicó.