El sacerdote sospechoso de abandonar a su sobrino de 6 años en un desierto de Arizona, Estados Unidos, quedó libre y sin medidas cautelares.
Así lo determinó el Juzgado Penal de Turno Extraordinario del Primer Circuito Judicial de San José, durante la audiencia de solicitud de medidas cautelares.
En esa diligencia, el Ministerio Público había solicitado que al cura, de apellidos Brenes Villalobos, se le impusiera una prohibición para comunicarse con víctimas y testigos, así como impedimento de salida de Costa Rica y entrega del pasaporte.
También se solicitó que el hombre acudiera a firmar una vez al mes a la Fiscalía Adjunta contra la Trata de Personas y el Tráfico Ilícito de Migrantes.
Sin embargo, todas las medidas fueron rechazadas y el Juzgado ordenó que se liberara al religioso, de 47 años.
“El Ministerio Público se encuentra a la espera de que el Tribunal Penal señale una nueva audiencia, en la cual reiterará la necesidad de que Brenes cuente con esas medidas cautelares, a fin de asegurar su vinculación con el proceso penal”, detalló la Fiscalía por medio de su oficina de prensa.
Brenes, quien también es abogado, estaba nombrado en la parroquia de Sardinal de Carrillo, Guanacaste. Al frente de la casa cural de esa comunidad fue detenido este miércoles por la Policía Profesional de Migración.
Desde allí se le llevó al aeropuerto internacional Daniel Oduber, en Liberia, donde se coordinó un traslado aéreo hasta el Tobías Bolaños, en Pavas, San José.
Al sujeto se le señala como presunto responsable de los delitos de tráfico ilícito de migrantes y abandono de incapaz en perjuicio del menor.
El primer ilícito es castigado con una pena de seis a 10 años de prisión, según el artículo 249 de la Ley contra la Trata de Personas y Creación de la Coalición Nacional contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas (Conatt), que establece ese castigo cuando el migrante es menor de edad y se ponga en peligro la vida o salud.
En tanto, el abandono de incapaces es sancionado con entre seis meses y tres años de cárcel, de acuerdo con el artículo 142 del Código Penal.
Los hechos acusados se remontan al 19 junio del 2018, cuando las autoridades estadounidenses encontraron al niño, según informó la Fiscalía este miércoles. Inicialmente se había dicho que el hallazgo fue el 21 de ese mes.
Los oficiales que ubicaron al menor en Luckeville, Arizona, precisaron que este portaba su certificado de nacimiento y un papel con varios números de teléfono de parientes en Costa Rica, los cuales permitieron realizar una identificación.
Según la investigación, Brenes llevó al niño hasta el estado mexicano de Hermosillo de Sonora, a 287 kilómetros de la frontera entre Estados Unidos y México. Ahí lo habría abandonado.
El 20 de junio Brenes ingresó nuevamente a Costa Rica.
Tras la captura, la Diócesis de Tilarán– Liberia indicó que estaba a disposición de las autoridades para facilitar la investigación y dijo desconocer detalles del caso.
Además, este miércoles el obispo local, Manuel Eugenio Salazar Mora, anunció que decidió remover al sacerdote de sus ocupaciones como párroco, para que pueda disponer de todo el tiempo necesario para hacerle frente al proceso penal.
El caso se sigue dentro del expediente 18-00031-1321-PE.
Posted by Diócesis de Tilarán - Liberia on Thursday, November 7, 2019
Encuentro con madre
Más de dos meses después de ser ubicado en el desierto y de permanecer bajo la custodia de las autoridades de Estados Unidos, el niño tico fue entregado a su mamá, quien para ese momento residía en Nueva York en condición migratoria irregular.
Cuando el pequeño fue ubicado por la Policía de Fronteras estadounidense la temperatura llegaba a los 38 grados Celsius y contó que lo había dejado allí “un tío”, quien le dijo que alguien lo iría a recoger y le ayudaría a encontrar a su mamá.
Tras el hallazgo, la cónsul general de Costa Rica en Los Ángeles, Mabel Segura, y la cónsul honoraria en Arizona, Carmen Bermúdez, gestionaron el traslado del niño al albergue Cayuga Center, ubicado en el barrio neoyorquino de El Bronx, donde permaneció desde entonces, a la espera de una resolución de las autoridades norteamericanas.
Allí recibió visitas de su mamá dos veces por semana.
El 5 de setiembre del 2018, la Cancillería precisó que la familia debía someterse a un proceso migratorio que determinara si podrán quedarse en Estados Unidos con algún permiso de residencia.
En setiembre de este año, ante nuevas consultas de La Nación, el Ministerio de Relaciones Exteriores indicó que los consulados en Arizona, Los Ángeles y Nueva York le dieron seguimiento y acompañamiento al caso hasta que el menor se reencontró con su mamá.
“Una vez que se constatara que el menor se encontraba en buen estado de salud y fuera entregado a la custodia de la madre, la decisión de mantenerse en contacto o solicitar colaboración con nuestros consulados en Estados Unidos era de la madre, quien al parecer, no volvió a comunicarse con ninguno de nuestros consulados, por lo que no podríamos afirmar si se encuentran en Estados Unidos o bien si se encuentran en Costa Rica o un tercer país”, indica una respuesta escrita de la Cancillería.
Indicaron que el consulado en Nueva York mantuvo comunicación con la señora unos días después de que el menor fue entregado, en octubre del 2018, pero que "posterior a eso la madre no volvió a tener contacto con nuestras oficinas”.
La ruta hasta el desierto de Arizona
Sacerdote dejó solo a sobrino
FUENTE: MIGRACIÓN Y MINISTERIO PÚBLICO. || c.f. / LA NACIÓN.