El Juzgado Penal de Desamparados giró al mediodía de este martes orden de captura internacional contra el sacerdote Mauricio Víquez Lizano, a quien se le sigue un proceso penal por el delito de violación en perjuicio de un menor de edad.
El dictado de la resolución fue confirmado por la oficina de prensa del Poder Judicial, según la cual, la medida se tomó luego de una petición de la Fiscalía Adjunta de Asuntos de Género.
“En la causa seguida contra el señor Víquez, de momento, la Fiscalía Adjunta de Género informa de que no revelará ningún detalle (...) en apego absoluto al artículo 295 del Código Procesal Penal, sobre la privacidad de las actuaciones, dado que cualquier información en esta etapa podría afectar gravemente la investigación”, añadió la oficina de prensa de la Fiscalía General de la República.
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De acuerdo con la Dirección General de Migración y Extranjería, Mauricio Víquez salió del país el pasado 7 de enero y hasta este martes 19 de febrero no registra su regreso a suelo costarricense.
La razón fundamental de la gestión judicial es porque se teme que el asunto pueda prescribir en los próximos meses. La denuncia contra Víquez se presentó el año anterior y se tramita en el expediente 18-000854-0994-PE, por el presunto delito de violación calificada.
Por el momento se desconoce el año y el lugar en el cual se cometió el supuesto hecho delictivo pero trascendió que la acción podría prescribir a finales de setiembre próximo.
Lo anterior porque la víctima cumplió 18 años en setiembre del 2009 y la acción penal para casos de violación en perjuicio de menores, vence 10 años después de que la persona afectada adquiera la mayoría de edad.
Otro hecho que hace temer que el sacerdote pretenda quedarse varios meses fuera del país, es que tanto el periódico La Teja como el Semanario Universidad publicaron el viernes anterior que Mauricio Víquez, quien se desempeña como profesor universitario, pidió un permiso en la Universidad de Costa Rica (UCR) para ausentarse hasta el 31 de diciembre del 2019.
No obstante, la Vicerrectoría de Docencia denegó la solicitud, de acuedo con las publicaciones.
Víquez es docente de la Escuela de Bibliotecología desde el 9 de agosto de 2004. Es funcionario en propiedad desde el 1.° de enero del 2010 con una jornada de 1/4 de tiempo, en la categoría de profesor adjunto. Recibe un salario bruto de ¢917.964.
El cura actualmente está en período de vacaciones y entraría a laborar el 1.° de marzo (cuando inicia el I semestre) para impartir los cursos de Repertorio de técnicas de investigación documental y el Seminario taller de Ciencias de la Información.
Desde hace 16 años
Los cuestionamientos públicos contra el sacerdote Mauricio Víquez trascendieron en marzo del 2016 cuando movimientos gais denunciaron que él predicaba en público contra las parejas del mismo sexo, al tiempo que tenía prácticas homosexuales.
En ese momento, la Arquidiócesis de San José anunció que los separaba temporalmente de las labores pastorales de la Iglesia católica.
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Con esa decisión, Víquez quedó impedido de oficiar misas públicas y administrar sacramentos. Además, se le quitó su representación como enlace entre la Conferencia Episcopal y la Asamblea Legislativa, donde actuaba como vocero de la Iglesia ante los diputados en temas como fecundación in vitro, matrimonio gay y eutanasia.
En mayo pasado, tres hombres afirmaron haber sido víctimas de abusos cuando tenían entre 13 y 16 años lo denunciaron ante Curia Metropolitana.
Las presuntas víctimas, que ahora tienen entre 33 y 35 años, dijeron que los hechos se habrían perpetrado en dos iglesias distintas en las cuales estuvo Víquez.
A inicios de febrero de este año se hizo pública la denuncia ante el Ministerio Público planteada, un año atrás , por un hombre de 27 años por el delito de violación calificada. Los hechos, habrían ocurrido cuando él era menor de edad, sin que se precise cuándo.
Sin embargo, las quejas por comportamientos cuestionables del cura vienen de muchos años atrás.
Así quedó revelado con el reconocimiento de la curia metropolitana de que desde el año 2003 la Iglesia católica había recibido una denuncia contra el cura Víquez por presuntos delitos sexuales. Así quedó consignado en un comunicado de prensa y una relación de hechos entregada a La Nación, la semana anterior.
Según los documentos, hace 16 años, los entonces vicario general, José Rafael Quirós, y arzobispo de San José, Hugo Barrantes, conocieron de la denuncia de Anthony Venegas.
Ante tal hecho, la medida fue removerlo del “oficio de párroco”, pero no de sacerdote.
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Tal fue su trabajo activo que Víquez llegó a convertirse en vocero de la Iglesia en temas de familia, por lo que su aparición ante los medios de comunicación eran frecuentes.
Posteriormente, en 2016, y con las revelaciones sobre conducta homosexual, Jose Rafael Quirós, convertido en arzobispo desde 2013, tomó la decisión de restringir “un poco más” el ejercicio de Víquez, y le prohibió celebrar sacramentos.
No obstante, el cura continuó ligado con las labores eclesiásticas.
A lo largo del tiempo, se acumularon nueve quejas contra el cura presentadas según el derecho canónico, confirmó la Curia.
No fue sino hasta mayo de 2018 que finalmente la Iglesia católica resolvió suspender como sacerdote a Mauricio Víquez Lizano, mientras se resuelven los procesos ante el Vaticano.
Por esta tardanza, Venegas y otra presunta víctima, también llevaron a las máximas autoridades de la Iglesia una queja por posible encubrimiento contra Quirós y Ulloa. La curia la rechaza.