Con la ilusión y esperanza de tener noticias pronto sobre el paradero de Keibril Amira García Amador, la bebé que desapareció el 9 de abril en Cervantes de Cartago, cuando fue sustraída de los brazos de su madre, la comunidad y la Asociación Obras del Espíritu Santo, organizaron este lunes una misa, día en que cumpliría su primer año de vida.
La celebración arrancó a las 9:30 a. m. en la parroquia de Cervantes, con una eucaristía oficiada por el padre Sergio Valverde junto al diácono Manrique Chacón, en medio de una iglesia a reventar, llena de vecinos, familiares de Keibril y niños que llegaron a compartir con el sacerdote.
Antes de iniciar la misa, Valverde dijo que llegaba con mucha esperanza de que el clamor llegara a la presencia de Dios, al tiempo que alguien hiciera una obra de caridad y enviara un “signo”, como una fotografía o información que permitieran saber su paradero y su estado actual.
“No somos investigadores, no queremos nada contra nadie, no estamos buscando eso, estamos buscando que la niñita esté bien, entonces venimos a orar para pedirle que esté bien, que donde quiera que esté, esté cuidadita y que nos regale un signo para saber dónde está.
“Costa Rica lo necesita, quienes estamos orando tenemos esperanza porque la esperanza es lo último que se pierde de que la niña esté bien, esté en buenos brazos, que la estén amando, cuidando y que nos den un signo por lo menos”, afirmó el padre Sergio.
Durante la misa, hizo una oración por la familia de Keibril, en especial por la abuela y bisabuela materna de la niña, Fabiola Amador y María Auxiliadora Cerdas, respectivamente, quienes se encontraban en las primeras bancas de la iglesia. En medio de un abrazo y llanto, el sacerdote les dio su bendición y rogó para que la niña estuviera con bien.
“Hoy venimos a orar por la paz, porque la paz y el perdón mueven montañas. Hay momentos en los cuales no hay que buscar culpables, hay que buscar soluciones. Si alguien sabe algo, nosotros como Obras del Espíritu Santo nos ofrecemos como instrumento no policial ni investigador, si alguien sabe algo búsquenos, llámenos y díganos algo, vamos a respetar la privacidad”, manifestó Valverde.
Daniela Camacho, Iranda Granados, Elena Figueroa y Angelith Camacho son parte de las organizadoras de la actividad. De hecho, Daniela iba a ser la madrina de Keibril en su bautizo.
Las muchachas contaron que querían que el padre Sergio fuera parte de la misa por su cercanía con los niños y por lo que simboliza él para ellas, en honor a la bebé.
“La esperanza siempre va a permanecer y solo le pido a Dios que si alguien la tiene, que esté bien, porque no puedo imaginarme cómo le pueden hacer daño a un ser tan pequeño e indefenso como una bebé”, dijo Granados.
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Amador y Cerdas por su parte, agradecieron a los asistentes por acompañarles y a quienes organizaron la actividad. La eucaristía terminó con el canto de cumpleaños para la bebé y para todos los presentes que estaban festejando su natalicio.
Apoyo trasciende provincias
Yorleny Araya, vecina de Cervantes, fue a la celebración con una prima y una amiga, con la esperanza de que la bebé aparezca y que el mensaje “llegue a la persona que la tiene”. “Por favor, no la retenga más. La misa es para agradecerle a Dios que la chiquita esté con bien, el pueblo de Cervantes está muy triste con la desaparición”, recalcó.
No obstante, esta lugareña no fue la única que acompañó a los parientes en la ceremonia, hubo quienes trascendieron provincias, como Marta Richards, quien salió desde las 4 a. m. de Beverly, Limón, para estar presente en el evento.
“Quise venir a darle mi apoyo a la familia, desde el día que escuché que iban a hacer la misa yo ya tenía en mi corazón venir y apoyar porque a cualquiera nos puede pasar. Estuve acá hace mes y medio y hoy vine de nuevo con la esperanza de que encuentren a esa bella bebé”, señaló Richards.
Igualmente, estuvo presente Patricia Porras, quien asistió desde San Francisco de Dos Ríos, en San José, en representación del Programa Reciclando Esperanzas, que protege a niñas embarazadas a corta edad.
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Fiesta en gimnasio
Luego de la ceremonia, Obras del Espíritu Santo convocó a 500 niños al Gimnasio Municipal de Cervantes donde prepararon una fiesta por el primer año de Keibril. En el lugar, había inflables, juegos, música infantil, helados, galletas, emparedados, entre otras amenidades.
Con el evento se buscó mitigar el dolor y el impacto emocional que han sufrido los menores, así como proporcionarles un espacio donde pudieran compartir y tener un momento de alegría y esperanza, explicó la asociación en un comunicado publicado en sus redes sociales.
En el lugar, ubicaron una mesa con un mantel morado y rosado, junto a un arco de globos en los mismos tonos, un pastel de cumpleaños con la foto de Keibril y un globo en forma de número uno. También, había una letra K con unos peluches y un pijama de la pequeña.
“Les agradecemos a todos ustedes por acompañarnos y que mejor manera que con el padre Sergio, quien es un símbolo de la niñez. Agradecerle al padre porque sé que tenía un compromiso y lo canceló por todos nosotros, gracias por hacer que este esfuerzo valiera la pena”, sostuvo Daniela Camacho, la futura madrina de Keibril.
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Tres meses sin pistas
El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) y el Ministerio Público confirmaron a la Nación que las investigaciones continúan; sin embargo, no hay nuevas pistas que orienten a las autoridades para ubicar a la bebé.
“En respuesta a lo consultado, la Unidad de Género de Cartago indicó que el caso se mantiene en investigación. El imputado se encuentra en prisión preventiva. No es posible dar mayores detalles, en apego al artículo 295 del Código Procesal Penal”, explicó la oficina de prensa de la Fiscalía.
El domingo 9 de abril, Keibril Amira García Amador, de nueve meses, desapareció cuando fue arrebatada de los brazos de su madre, una colegiala de 14 años, en Mata de Guineo, en Cervantes de Cartago.
Desde ese mediodía y hasta el 24 de abril, decenas de voluntarios, rescatistas y policías peinaron fincas, ríos y plantaciones de caña para tratar de dar con su paradero, pero no hubo resultados. La búsqueda, incluso, la continuó por un par de días más la familia de la pequeña; sin embargo, tampoco encontraron ningún indicio.
El principal sospechoso es un hombre de 33 años, de apellidos Casasola Salas, quien es el padre biológico de la bebé y el padrastro de la adolescente de 14 años.
Los rastreos iniciaron en un cañal de Juan Viñas, conocido como El Trapiche. Tres días después de peinar esa finca, las autoridades se desplazaron al río Pacayas por una nueva pista de un ciclista que escuchó a una bebé llorando en el río, así como un reporte de una vecina que conoce al sospechoso y lo vio pasar en el carro a alta velocidad, y con la música a todo volumen, después del mediodía de ese domingo.
Sin embargo, luego de horas de labores en el cañón, no hubo hallazgos.
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