“El OIJ me ha rogado por tiempo, se los he dado. He esperado paciente casi 10 meses, llorando de la angustia, pero sigo sin respuestas, ¿dónde está Christian? ¿Qué es lo que está pasando? ¿10 meses no han sido suficientes? ¿Por qué se han movido tan lento?”.
Las anteriores son tan solo algunas de las interrogantes que tiene Patricia Seibert, madre de Christian Tijerino López, un tico - estadounidense quien se encuentra desaparecido desde el pasado 18 de febrero.
Al joven, de 33 años, se le vio por última vez ese día, mientras conducía su vehículo en Liberia, Guanacaste, luego de varios días de vacaciones en Costa Rica, país al que acostumbraba viajar para celebrar su cumpleaños y visitar a familiares.
Días después, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó que el automotor fue ubicado en Bagaces. Estaba abandonado.
Desde entonces han pasado 300 días y, ante la falta de noticias sobre el paradero de su hijo, Seibert tomó un vuelo de Estados Unidos hasta Costa Rica para buscar respuestas a todas sus interrogantes.
Esta es la segunda vez que está en suelo nacional desde que Tijerino desapareció, pero la angustia ahora es mayor, debido a que sigue sin conocer el paradero de su hijo, a pesar de que el 10 de noviembre anterior la Policía Judicial capturó a tres sujetos como sospechosos de privarlo de libertad.
Los individuos, de apellidos Ugarte Villalobos, Fallas Gutiérrez y Woodley Britton, en apariencia, eran amigos de la víctima y, en la actualidad, solo el primero cumple con arresto domiciliario con monitoreo electrónico y otras imposiciones por tres meses, pese a que la Fiscalía Adjunta de Liberia pidió medidas cautelares contra todos.
Por ello, ese despacho presentó una apelación y está a la espera de que se programe una nueva audiencia, en la que reiterará su petición de prisión preventiva contra Ugarte y arresto domiciliario con monitoreo electrónico para Fallas y Woodley.
“Le pido a las personas que tienen a mi hijo que tengan compasión, que me entreguen a mi hijo, es lo único que les suplico.
“Todo esto ha sido una pesadilla, pensando por qué el OIJ se ha esperado tanto tiempo para rescatar a mi hijo. Les he dado tiempo, silencio, me han dicho qué no hacer para no entorpecer la investigación y yo cooperando con tal de que encuentren a mi hijo, si hubiese sido el hijo de ellos, ¿cuánto habrían durado? Mi hijo tiene el mismo valor que el de cualquier persona de aquí, son 10 meses y nada (...).
“Yo amo a mi hijo, lo adoro y quiero saber dónde está, que me lo devuelvan, les he rogado (a los del OIJ) que se olviden del papeleo, eso no es importante, lo que es importante es encontrar a mi hijo, que le pregunten a Ugarte, él debe saber dónde está Christian, qué fue lo que sucedió”, explicó Seibert este lunes, en la plaza de la Justicia del Poder Judicial.
La mujer afirma que ella tiene claro que debe seguir la ley, pero reclama que le han venido pidiendo tres meses para cada diligencia de la investigación y aunque siempre le dicen que “ya casi” dan con su hijo, el plazo se sigue alargando cada vez más.
“Yo no puedo hacer el trabajo de ellos, no tengo una placa, sino yo voy (...). Les he dicho que esto es un secuestro donde la vida de mi hijo está en peligro, la seguridad y la integridad de un ser humano está en peligro, les he dicho que hay que usar el método 24-48 que se usa en Estados Unidos y lo que me dicen es que esto no es Estados Unidos, que es Costa Rica, pero no se trata de eso, se trata de la importancia de la vida humana”, recriminó.
La mujer recordó que todo comenzó luego de que su hijo, supuestamente, fue testigo de una riña. Al menos esa fue la primera versión que tuvo, aunque luego trascendió que había sido privado de libertad.
Sin embargo, contó que nunca recibió una llamada pidiendo dinero a cambio de un rescate, por lo que desconoce cuál pudo ser la causa para lo ocurrido.
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Diversas diligencias
Ante el reclamo de Seibert, Marco Carrión, jefe de la delegación regional del OIJ en Liberia, aseguró que “sería imposible” cuantificar la cantidad de diligencias hechas entre el 18 de febrero y este 14 de diciembre e insistió en que el objetivo principal de ellos es encontrar a Tijerino.
Mencionó que entiende que la familia del joven, quien es ingeniero en sistemas y carpintero, quiere respuestas, por lo que lamenta que no se haya tenido un resultado exitoso hasta ahora.
“La cantidad exacta de diligencias realizadas sería imposible de cuantificar, pues desde el propio 18 de febrero del 2020 iniciaron las pesquisas, las cuales han incluido entrevistas, operativos de carreteras, vigilancias, seguimientos, allanamientos, análisis de grupo de autores, análisis de laboratorios (ADN), búsqueda con canes especializados, detenciones y otras; diligencias que han sido constantes y que aún hoy continúan.
“A la fecha se han descartado más de 20 informaciones ingresadas al CICO (Centro de Información Confidencial) y, además, la propia Oficina de Prensa ha participado realizando contactos con personas que hacen comentarios en redes sociales”, aseveró Carrión.
El jerarca agregó que también han trabajado en conjunto con la Fuerza Pública, la Unidad de Buceo de Seguridad Pública y la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS). También, dijo, han coordinado con el Buró Federal de Investigaciones (FBI), la Embajada Americana, la Policía de Francia y la Policía Internacional (Interpol).
“El objetivo principal, que es ubicar a la persona privada de libertad, aún no ha sido alcanzado y por eso seguimos esforzándonos en alcanzarlo”, indicó el jefe policial por medio de un correo electrónico.
Sin fondos
Patricia Seibert contó que en la actualidad no tiene trabajo, ya que la pandemia por covid-19 hizo que la situación económica se complicara. Ante esto, ha tenido que pedir prestado y aceptar ayudas para venir a Costa Rica buscando respuestas sobre el caso de su primogénito.
“No somos ricos, estamos endeudados y no sabemos qué hacer, estamos buscando un abogado para que represente a la familia, pero no tenemos suficiente dinero para pagarlo (...).
“En este punto, mi único deseo, mi regalo de Navidad, es encontrar a mi hijo sano y salvo”, manifestó.
La mujer describió a Christian como un hombre trabajador, generoso, cooperador, siempre pendiente de la familia y amante de la naturaleza..
Entre sus pasatiempos está el surf, así como la práctica de aikido (un arte marcial que se enfoca en la defensa sin lastimar al adversario) y la fotografía.