Miguel Ángel Arley Acuña, conocido como Matapobres, fue sentenciado a 45 años de prisión por cuatro delitos de trata de personas con fines de explotación laboral.
Así lo determinó este lunes por la mañana el Tribunal Penal de Desamparados, en San José, al detallar que el sujeto esclavizó a tres hombres y a una mujer y los obligó a realizar trabajos de construcción y labores domésticas.
Los jueces Luis Alberto Villegas Marín (quien presidió), Ana Patricia Mora Arias y Angie Alejandra Padilla Quesada aseguraron que con los videos quedó demostrado que sin importar la hora, las personas reclutadas por Arley, de 39 años, hacían diferentes trabajos.
“Con una falsa promesa de empleo llevaba a su casa a personas vulnerables, adictas e indigentes. Los ponía a realizar trabajos de construcción y otras labores extenuantes. No les daba alimentación y los tenía amenazados”, manifestó Villegas.
Agregó que en el material audiovisual proyectado durante el debate era notable que algunas de las víctimas tenían lesiones en la cara y la cabeza y que el condenado les suministraba drogas a los ofendidos.
La pena impuesta a Arley fue de 60 años, 15 por cada delito. Sin embargo, como todos los delitos ocurrieron en un mismo hecho, esta fue readecuada a 45.
Al abandonar la sala de juicio, el condenado insultó a los jueces, por lo que la explicación del por qué de su sentencia fue escuchada casi en su totalidad por su defensor, Sebastián Rivera Bedoya.
El caso
Arley fue detenido en agosto del 2017 en su vivienda, en Desamparados, San José.
Durante la investigación se estableció que el sujeto se dedicó a reclutar hombres y mujeres en situación de vulnerabilidad como: condición de indigencia, problemas de adicción y estado migratorio irregular que deambulaban por la zona roja en San José.
“La prueba aportada durante el juicio reveló que, dentro de la vivienda, el imputado los retuvo contra su voluntad y mediante el uso de amenazas, así como violencia física y emocional, los sometía a explotación, específicamente, según la acusación, los obligaba a realizar trabajos forzados, obteniendo con ello un beneficio patrimonial antijurídico", precisó la Fiscalía.
Las víctimas permanecieron en “cautiverio” por un tiempo aproximado de 26 días, hasta que una de ellas logró escapar y denunció los hechos ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
Arley tiene un perfil agresivo, según se lee en una resolución de la Sala Constitucional del 2010, las causas abiertas en su contra en la Fiscalía y lo comentado por varios vecinos del hombre.
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Por ejemplo, en un habeas corpus interpuesto por Arley en el 2010 (cuando era indiciado por una causa de extorsión y amenazas agravadas), él alegaba que los oficiales penitenciarios lo amenazaban; no obstante, en respuesta al texto, Adaptación Social indicó que era el sujeto quien tenía “serios problemas de convivencia”.
Para sustentar este argumento, mencionaron que habían tenido que cambiar de cárcel a Arley tres veces: él primero ingresó a la prisión de Puntarenas el 7 de julio del 2009, pero tuvo que ser trasladado cuatro días después a la cárcel de Pococí, porque no tenía buena relación con los otros reclusos.
Cuatro meses después, tuvo que ser cambiado de centro penal; esta vez fue llevado a La Reforma, en Alajuela.
Información actualizada a las 5:18 p. m. con más datos del debate.