“(La menor) siempre acepta que mantuvo relaciones sexuales con el oficial de seguridad que labora para la institución. Afirma que eso pasó el año pasado, pero no recuerda la fecha. Dice que ella se fue para la parte de atrás de la móvil y él, al ver que ella estaba ahí, llegó, la comenzó a besar, le hizo a un lado la ropa que andaba (...) y tuvieron sexo”.
Ese es un extracto de un informe psicológico que realizó una funcionaria del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) sobre el caso de una menor panameña, de 15 años, que está en un albergue, en Moín, Limón. El caso trascendió a lo interno de la institución en la última semana de agosto.
La identidad del guarda de seguridad, así como su edad, no trascendieron; sin embargo, la menor hace mención a él como “el señor”.
En su encuentro con la psicóloga, la adolescente siempre aseguró que se trató de sexo consensuado; sin embargo, por tratarse de una menor de edad, es un hecho que debe investigarse en la vía penal.
Sin embargo, el jueves, más de un mes después de conocer el caso, el PANI confirmó que aún no había interpuesto la denuncia respectiva ante las autoridades, porque están recopilando más pruebas.
Este viernes, ante una nueva consulta de este medio, indicaron que acudirían a las autoridades “en las próximas horas”.
La Fiscalía, por su parte, señaló que no tienen ningún reporte sobre este hecho.
En caso de que la menor de edad realmente haya tenido sexo consensuado con el guarda, se estaría frente a una relación impropia. El Código Penal establece que, cuando la víctima sea mayor de 15 y menor de 18 años y el imputado sea siete o más años mayor que ella, se castiga con una pena de prisión de dos a tres años.
El panorama cambiaría si, luego de interponer la denuncia, las pesquisas arrojan que no fue consensuado, ya que se estaría frente a una violación.
El encuentro
Según se lee en ese documento, del cual La Nación tiene copia, todo trascendió meses atrás cuando el personal de cuido se enteró de lo que había pasado entre la menor y el oficial de seguridad de ese albergue, pero no pasó a más porque “no podían asegurar nada”.
Sin precisar cuánto tiempo después, encontraron un cuaderno en el cual la víctima contaba sobre la situación a una compañerita. “Las tías se lo retiraron y lo hicieron llegar de inmediato al área de psicología”, especifica el informe.
Ante eso, entrevistan a la adolescente para conocer de primera mano qué pasó, a lo que siempre responde que, supuestamente, fue sexo consensuado: “Ella admite que sentía la necesidad de tener relaciones sexuales y que a ella le gusta ese señor, que ella siempre le hablaba cuando iba a la escuela y que desde ahí le atrae”.
Tras esas afirmaciones, el informe señala que se le explicó de la importancia de interponer denuncia, pero, según recalca el documento, la menor aseguró que no lo desea hacer.
“No quiere (acudir a las autoridades) ya que recuerda que cuando demandó a su padrastro (por motivos y fecha desconocidos) la pasó mal y no le gusta estar en ese proceso”, concluye el documento oficial del PANI.
PANI: No hay coherencia en las manifestaciones de la menor
Pese a que el Código de la Niñez y Adolescencia, en su artículo 49, estipula la obligación inmediata de las autoridades de denunciar ante el Ministerio Público cualquier sospecha de maltrato o abuso en contra de menores, el PANI indicó, este jueves, que no había presentado denuncia formal.
Esa entidad, por medio de un correo electrónico, indicó: “Se viene realizando una investigación para la recopilación de todas las pruebas y elementos necesarios para presentar la denuncia penal correspondiente”.
Aseguró que el avance en este ejercicio se ha visto dificultado por “los cambios de la versión inicial y la imposibilidad de identificar a alguien con ese nombre o características en el albergue”.
Otros de los problemas que han tenido es que “tampoco se encuentra coherencia entre las manifestaciones (de la adolescente)”.
Añadió: “La Dirección Regional y el equipo informan que están recabando datos para facilitar el proceso de investigación y las pruebas a aportar ante la Fiscalía, entre ellas el registro de la empresa de seguridad”. Tambień, acotó, aportará la fotografía de los colaboradores de la empresa que han laborado como guardas en el último año.
Eso sí, aseguró que, sin importar que la menor señaló a alguien plenamente en su relato, la denuncia la interpondrían contra ignorado, “por no contar con todos los elementos para identificar al supuesto agresor”.
“No se contaba ni se cuenta con la identificación de la persona, la joven no lo ha podido reconocer, no hay nadie llamado con ese nombre en el albergue, ni trabajando como guarda, la versión inicial ha variado, así como considerando la opinión de la persona menor de edad y el trabajo psicoterapéutico que se realizaba es que esta semana se determinó interponer la denuncia contra ignorado, diligencia que fue coordinada ya por la Dirección Regional”, apuntó el PANI en su respuesta enviada por correo electrónico.