El cadáver de Natali Isabel Madriz Chinchilla fue hallado dentro de bolsas de basura al frente de un supermercado en San Pedro de Montes de Oca, al este de San José, el 19 de junio del 2019.
Hoy, casi dos años después, las autoridades siguen investigando el modo de su muerte, mientras el principal sospechoso se encuentra en libertad.
Se trata de un estudiante de periodismo de apellidos Bolaños Cruz, de 23 años, a quien le impusieron seis meses de prisión preventiva, pero lo dejaron libre antes de tiempo, según la versión de una familiar de la fallecida.
“A él lo metieron en julio y salió en noviembre. Ni siquiera cumplió los seis meses de prisión preventiva, salió antes porque cuando encontraron a Natali el cuerpo estaba en estado de putrefacción y a ella no le pudieron hacer la autopsia en riñón, sino que la tuvieron que hacer en músculo.
“Entonces, al hacerlo así, la prueba no es tan certera como si la hicieran en riñón. Por eso a él lo dejaron libre, porque la autopsia no reveló nada y porque él nunca habló”, explicó Karol Madriz, hermana de la víctima.
El Ministerio Público confirmó este jueves a La Nación que el sospechoso se encuentra cumpliendo las medidas cautelares de mantener domicilio fijo en Guanacaste, presentarse a firmar cada 15 días en la Fiscalía de Liberia e impedimento de salida del país.
Además, ante la consulta de si existen otros implicados en el hecho, la Fiscalía indicó que el proceso se encuentra en investigación con el fin de determinar la posible participación de otras personas en el crimen.
Sin embargo, señaló que como el caso se encuentra en la etapa de recolección y análisis de prueba, no puede brindar más información, ya que el artículo 295 del Código Procesal Penal protege la privacidad de las actuaciones.
Aún así, Karol Madriz sostiene que las autoridades deben seguirle la pista a otro joven, quien, según ella, sería el principal sospechoso del asesinato y, al parecer, habría huido hacia El Salvador, su país de origen.
“En los videos se ve que ella entró a un cuarto con ese salvadoreño. Luego el salvadoreño sale y llama a Bolaños. Entonces Bolaños se acerca, se asusta de lo que ve y se pone la camiseta en la cara, como cuando usted se asusta y se tapa la boca.
“Luego, Bolaños se va, busca un cable de teléfono y regresa de nuevo a la habitación. Después, ambos salen con la bolsa plástica negra y mi hermana aparece muerta, en posición fetal y amarrada con un cable de teléfono dentro de la bolsa”, relató Madriz.
De acuerdo con la familiar, este segundo sospechoso es de apellidos Ramírez Campos y habría cruzado la frontera norte de manera ilegal para escapar de Costa Rica.
‘Ya son dos años, ya esto debería avanzar’
Natali Isabel Madriz Chinchilla tenía 38 años y era oriunda de Paraíso de Cartago. Según datos del Registro Civil, se había casado en 2010 y era madre de dos mujeres, quienes actualmente tienen 22 y 17 años.
De acuerdo con sus familiares, era vendedora ambulante y sufría un problema de drogadicción, pero siempre se esforzó por salir adelante con honradez.
Su hermana, de 37 años y enfermera de profesión, la recuerda como una persona esforzada y amable.
“Era una mujer llena de sueños, igual que cualquiera. Una mujer que trabajaba, una vendedora ambulante que la pulseaba. Ella no robaba, no asaltaba, era una buena persona, no le hacía daño a nadie.
“Ahí en San José los mismos indigentes decían que ella no tenía ningún problema con nadie, que solo pasaba vendiendo popis. Ella sí tenía su problema de drogas, pero eso no la hacía valer menos”, expresó.
La vecina cartaginesa agregó que la última vez que conversaron con su hermana, ella les dijo que iba para Jacó, en Puntarenas, con un amigo.
Sin embargó, afirmó que días después les alertaron que Natali no estaba en la playa, sino dentro de una bolsa de basura al frente de un supermercado en San Pedro, cerca de la Universidad de Costa Rica (UCR).
“Mi hermana está muerta, yo no puedo hacer justicia por ella, pero la justicia va a ser por mi mamá, porque ella ha muerto cada día después de ese día (cuando encontraron el cadáver)”, aseveró Madriz.
La enfermera y madre de cuatro hijos dice que no va a detenerse hasta averiguar qué ocurrió con su hermana, ya que solo de esa manera podrá seguir adelante.
“Al no tener respuestas nosotros no podemos cerrar ciclos. Si nosotros tuviéramos una respuesta, es más fácil empezar a sanar o continuar con nuestro proceso de duelo. Ya son dos años, ya esto debería avanzar”, añadió.
‘Quiero justicia para mi hija’
Una semana después del hallazgo, Flora Chinchilla Chaves, madre de la fallecida, se trasladó al Complejo de Ciencias Forenses, en Flores de Heredia, para identificar el cuerpo de su hija.
En un inicio, un tatuaje en el hombro izquierdo y otras características difundidas por la Policía Judicial permitieron el reconocimiento de la víctima.
Tras la revisión, la madre de 59 años aclaró que el cuerpo no estaba en partes, como inicialmente se informó.
“Quiero justicia para mi hija. No se vale que me la dejaran ahí donde me la dejaron (con la basura). No es justo. Es algo que uno nunca quisiera que sucediera y menos así como sucedió.
“Ella tenía su vicio, pero era una persona muy querida y nunca se metió en problemas con nadie. Consumía, pero era una persona tranquila. No se merecía eso que le pasó”, expresó Chinchilla el jueves anterior, a poco más de un mes de que se cumplan dos años de los hechos.
Esta mamá dice que la investigación del caso de su hija va por buen camino y que espera que la serie de asesinatos de mujeres que han ocurrido en el país se detenga, porque el dolor es inaguantable.
“Son demasiadas las que han pasado por esto y, aunque ellas ya estén descansando, por decirlo así, no es justo lo que les pasó, todas tenían ilusiones y además el dolor tan grande para las familias.
“Es un dolor tan grande que nunca va a pasar. Nos cambia. Nos destroza la vida. Como madre yo estoy en pie por la gracia de Dios, pero yo ya no soy la misma. Yo puedo sonreír y tratar de seguir con mi vida, pero no es sencillo, no es justo”, concluyó.