La muerte de Luany Valeria Salazar, una joven de 23 años asesinada por un vecino en Río Azul de La Unión el martes 9 de junio del 2020, podría volver a estrados judiciales pese a que en dos ocasiones se dictaron sentencias condenatorias contra el sujeto identificado como Kenneth Mejía Chavarría, de 39 años.
Mejía fue condenado en primera instancia el 12 de julio del 2021. Esa vez le dictaron 19 años de cárcel al considerar los jueces que se trató de un homicidio simple, pues dijeron que faltaban pruebas para determinar que el asesinato hubiese sido con alevosía y ensañamiento, como lo planteban la Fiscalía y el abogado de la familia, Joseph Rivera Cheves.
Esa sentencia fue apelada por Rivera y por la Fiscalía de modo que en el juicio de reenvío el nuevo tribunal elevó la pena, al determinar que hubo alevosía, pues el homicida, que era vecino y conocido de la víctima, se la llevó engañada de una fiesta diciéndole que le tenía un negocio, la drogó y la mató, de modo que la pena pasó a 26 años de cárcel, aunque esa vez Rivera pedía 50 y la Fiscalía 31.
Ahora, una nueva apelación hace que las partes vuelvan a encontrarse en Cartago el jueves 13 de enero para que todos se pronuncien en torno a los recursos interpuestos. Joseph Rivera insiste en elevar la pena a 38 años, al estimar que Mejía no merece la pena intermedia que dictaron los jueces en el último juicio.
“En el caso que nos ocupa Kenneth planeó todo. Lo más grave es que luego de propinarle las puñaladas le puso un paño en la cara, le metió la cabeza en una bolsa plástica, la terminó de asfixiar, luego envolvió el cuerpo en un plástico grueso. Posteriormente durmió con ese cuerpo martes, miércoles, jueves y viernes, pues según los testigos ese cuerpo lo enterraron un sábado”, afirmó.
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Dijo que a raíz de eso, está pidiendo la pena máxima de 35 años por el homicidio y tres por el hurto del celular de la víctima, el cual le habían regalado a la joven los familiares, pues ella no tenía trabajo.
Por su parte, José Francisco Herrera Umaña, defensor de Mejía, ha insistido en la absolutoria de su cliente, alegando que mucha prueba se obtuvo ilícitamente en los allanamientos.
En la sala 12 de los Tribunales de Cartago se va a definir si el caso vuelve a la palestra judicial, lo cual sería únicamente para conocer lo referido al monto de la sentencia. Los jueces encargados de la vista oral serán José Asdrúbal Quirós Quirós, Adrián Cascante Mora y Wilson Flores Fallas. El sentenciado Kenneth Mejía Chavarría también estará en la audiencia, por la causa en su contra que se tramita con el N.° 20-000545-0071-PE.
Chavarría tiene otra causa penal abierta por robo agravado, la cual pronto podría llegar a juicio, de modo que si lo condenan al menos a cinco años, que es la pena mínima, no tendría ningún beneficio carcelario y esa pena se sumaría a la que finalmente se disponga por el homicidio de Luany Salazar.
Amiga la vio irse
Luany apareció asesinada en Linda Vista de Río Azul, La Unión, el 16 de junio del 2020, en la parte trasera de la casa donde vivía Mejía Chavarría.
La joven de 23 años salió de su casa, en esa misma localidad el martes 9 de junio y nunca regresó. Al día siguiente, a las 6:40 a. m., su mamá recibió un mensaje del número de la joven, en el que esta le decía que ya casi llegaba, pero no fue así.
Una amiga que estuvo con Luany, de apellido Urbina, afirmó que el 9 de junio del 2020, cuando ambas estaban juntas, llegó Mejía a buscar a Luany y le dijo que lo acompañara a su casa, ya que le quería proponer un negocio con un anillo, por lo que ella se retiró con él de ese lugar.
Se presume que ambos compartieron por varias horas y ahí se dio el crimen. Días después, el hombre se llevó el cuerpo hasta la parte trasera de la propiedad, y lo enterró.
El 15 de junio, un hermano de la fallecida ingresó a la propiedad donde vivía Mejía y, luego de escarbar en el patio, encontró el cadáver de Luany.
Mejía no se volvió a ver en el barrio y no se supo más de él hasta que fue detenido por la Fuerza Pública el martes 16 de junio cuando salió de una vivienda en San Pablo de Heredia.
Ese mismo día, la Policía Judicial allanó la propiedad y se realizó una prueba con luminol, para tratar de encontrar muestras de sangre. En esta diligencia se decomisó un arma blanca y una pertenencia de la ofendida.