Los familiares de Nadia Peraza Espinoza la recuerdan como una joven alegre y una mamá entregada a su bebita de dos años, a la que prodigaba cariño y regalos. El rastro de esta herediana de apenas 21 años se perdió desde el 20 de febrero, cuando salió de su trabajo en una empresa de alimentos. Luego de semanas de pesquisas, la Policía Judicial confirmó que fue brutalmente asesinada y que el único sospechoso es su pareja, un soldador y electricista de 25 años, de apellidos Buzano Paisano.
Según un expediente judicial al que La Nación tuvo acceso, Buzano la agredía física y verbalmente desde que ella estaba embarazada. El documento detalla que Nadia vivía atrapada en un círculo de violencia a manos de Buzano, que muchas personas conocían, y que culminó de manera desgarradora con el hallazgo de su cuerpo descompuesto y desmembrado dentro de una refrigeradora en la urbanización María Auxiliadora, en San Pablo de Heredia, el pasado 17 de mayo.
Desde entonces, Buzano permanece recluido en la cárcel La Reforma, donde cumple un año de prisión preventiva. Además, por solicitud de su defensor, se le practicaron análisis psicológicos y psiquiátricos que descartaron cualquier padecimiento mental.
![Nadia Peraza](https://www.nacion.com/resizer/azy_Bjygd7eW7-oj6gdpK45xO-8=/1440x0/filters:format(png):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/JQVWYSIZBRDLVL7J2CVS6Q74SI.png)
Nadia Peraza junto a su pareja, sospechoso de asesinarla y desmembrarla.
Las autoridades investigaron la relación y la historia sentimental entre Nadia y Buzano, quienes se conocieron en 2020, cuando un tío de ella trabajaba con el padrastro de Buzano. Ese mismo año, la joven quedó embarazada y se fue a vivir con el sospechoso a una vivienda en las cercanías del cementerio de Heredia. La relación, con altibajos, continuó hasta inicios del 2023, cuando ella decidió dejarlo e independizarse con su bebé.
Una expareja de Nadia, identificada con el apellido España, narró al OIJ que a mediados del 2023 él y Nadia se dieron una segunda oportunidad que duró poco, pues a finales de ese mismo año terminaron y Nadia regresó con el padre de su hija. En su declaración, España aseguró que durante el tiempo que estuvieron juntos, en 2023, Nadia le contó que su relación con Buzano era muy complicada. Le dijo que el ahora sospechoso “la golpeaba, la amenazaba y que durante el embarazo recibió todo tipo de maltratos”.
Las referencias a gritos, peleas e incluso agresiones fueron confirmadas por un tío de Nadia (quien presentó la denuncia por su desaparición), una exjefa de la muchacha, un excompañero de trabajo de Nadia y hasta el casero donde vivió la pareja hasta febrero, cuando ella fue asesinada. Este último hizo referencia a una discusión tan fuerte que una vecina llamó al Patronato Nacional de la Infancia (PANI), entidad que resolvió trasladar a la niña al cuidado de su abuela materna.
Testimonio de Nadia
En el expediente también se adjuntó una denuncia que Nadia presentó en agosto de 2022 debido a una agresión por parte de Buzano.
“Hoy, en la madrugada, alrededor de las 2 a. m., tuvo que llegar la Policía porque estuvimos discutiendo por una plata que él me estaba reclamando. Él decía que yo la tenía, pero él se la había llevado el día anterior cuando se fue para la cantina (...) cuando llegó la Policía, yo lo único que les pedí fue que él se retirara. Los policías le dijeron que se fuera y que después hablaran. Él se retiró, pero al poco rato volvió ya más calmado”, denunció Nadia.
En su declaración, Nadia mencionó que ese día ambos fueron sometidos a una prueba antidopaje debido a que Buzano estaba bajo los efectos del alcohol y posiblemente había consumido drogas. Más tarde, ese mismo día, Buzano reanudó la discusión sobre el dinero y durante la búsqueda encontró documentos del Patronato Nacional de la Infancia (PANI) relacionados con la custodia de la niña, lo cual lo enfureció aún más.
Durante el altercado, Buzano intentó encerrar a Nadia en un cuarto, y en el forcejeo la golpeó en la boca, rompiéndole el labio. “La vecina, al escuchar, empezó a golpear la puerta y dijo que iba a llamar a la policía. En ese momento, él se calmó y me dejó salir. Yo salí con mi hija y me fui a donde mi vecina, y al rato llegó la policía”, relató Nadia. A raíz de este incidente, se le impuso a Buzano una orden de alejamiento.
![Mujer muerta dentro de una refrigeradora, Caso Nadia Peraza](https://www.nacion.com/resizer/9hx0OVo0sk6KBOc5fig3cSJnJK4=/1440x0/filters:format(jpg):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/KU5FEXMTEJELBITZX6MWCFWMIU.jpeg)
El cuerpo de Nadia Peraza fue hallado en estado de descomposición en una refrigeradora en el patio de una vivienda en Heredia. Foto Alonso Tenorio (Alonso Tenorio)
Una herida y varias versiones
Buzano Paisano nació en un hogar disfuncional, donde su papá, sus tíos y sus abuelos vendían drogas y pasaban constantemente en prisión. Debido a este entorno, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) lo trasladó a un albergue en Paraíso de Cartago. Tras escapar de este lugar, fue llevado a un hogar de acogida en Goicoechea. A los 14 años, fue acogido por su padre putativo, quien lo involucró en su negocio de mecánica automotriz.
Cuando Buzano cumplió 18 años, tuvo un episodio de consumo de drogas que llevó a su padrastro a pedirle que se fuera de la casa. Sin embargo, el padrastro siguió considerándolo como a un hijo, manteniendo contacto con él y con Nadia, y estaba al tanto de los episodios de violencia doméstica que enfrentaban. En su declaración al OIJ, el padrastro mencionó que mantenía comunicación con Buzano, quien ocasionalmente le pedía dinero. Incluso, lo último que supo sobre Nadia fue lo que Buzano le había dicho: que ella se había ido con otro hombre.
Tras la desaparición de Nadia Peraza, Buzano continuó con trabajos ocasionales y mantuvo contacto con su padrastro y otros conocidos, entre ellos un amigo que le prestó un cuarto en San Pablo de Heredia, donde finalmente aparecieron los restos de Nadia. Durante esos días, las personas cercanas a Buzano notaron que tenía una cortada profunda en su mano izquierda. Buzano ofreció tres versiones distintas para explicar la lesión: que un indigente había intentado asaltarlo y lo había cortado con un cutter, que se había clavado una estaca en el trabajo y que se había cortado las venas porque se sentía mal. Debido a esta lesión, Buzano requirió cirugía en el Hospital México.
Las autoridades presumen que Nadia fue asesinada en la última semana de febrero en la vivienda que compartía con Buzano. En abril, el casero le pidió al sospechoso que desalojara la casa por falta de pago. Fue entonces cuando Buzano buscó a un transportista para trasladar su ropa, algunos electrodomésticos y la refrigeradora donde había conservado los restos de Nadia.
![A varias personas Buzano les cambió la versión de la causa de la herida en su mano.](https://www.nacion.com/resizer/4jCcKLt99uV81-B92m5zSf_S7fw=/1440x0/filters:format(jpg):quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gruponacion/YJ2GG2KAJ5A2LH55JKTUUQMK74.jpeg)
A varias personas Buzano les cambió la versión de la causa de la herida en su mano.
Después de que el transportista dejara la refrigeradora en el jardín de la casa de un amigo de Buzano, los informes indicaron que estaba amarrada con un mecate y emanaba un fuerte olor. Incluso, por solicitud del padre del amigo, Buzano tuvo que limpiarla en una ocasión para intentar eliminar el olor. Sin embargo, para ese momento, los agentes judiciales ya habían interrogado a familiares, amigos y allegados de la pareja, incluido el transportista, y tenían suficientes indicios para sospechar que se trataba de un homicidio.
El 16 de abril, cuando un vecino abrió las puertas de la refrigeradora a petición de los oficiales, se confirmaron los peores temores: había restos humanos en su interior. Ese mismo día, Buzano fue arrestado, y al día siguiente se confirmó que los restos eran de Nadia.
Después de la detención de Buzano y los análisis posteriores, el Ministerio Público concluyó que “las lesiones que presenta el acusado en su mano son totalmente compatibles con el delito que se presume y concordantes en tiempo con la desaparición de la víctima, además de que se debe tener en cuenta que proporcionó diferentes versiones a varios testigos”.