Nueva cárcel recibe a 100 reos tras casi un año en desuso

La construcción de $24 millones estuvo a cargo de la empresa Van Der Laat y Jiménez, la cual las terminó a finales de diciembre del 2020, con excepción de las instalaciones deportivas, las cuales concluyeron en febrero de 2021. En marzo, la ministra de Justicia, Fiorella Salazar, admitió a La Nación que no tenía dinero ni funcionarios para poner a funcionar, ya que en el presupuesto no se habían contemplado los gastos.

En setiembre, la jerarca consiguió que los diputados le aprobaran el presupuesto para contratar personal administrativo y policial. En aquel momento, aseguró que agilizarían su entrada en funcionamiento por el estallido de la crisis en el sistema: las cárceles mantenían (y mantienen) cierres judiciales por estar sobrepobladas y eso les impedía recibir a un reo más proveniente de celdas judiciales. No había espacio. La apertura de esta prisión quedó para noviembre.

La puesta en marcha supone para Justicia un respiro. En un principio, 50% de los espacios los ocuparán indiciados y la otra mitad, sentenciados.

“Para poblar este nuevo pulmón del sistema penitenciario se han considerado variables de seguridad no solo relativas a los trayectos que recorrerían las personas trasladadas, sino también a su acomodo en los dormitorios, tomando en cuenta riesgos asociados a rivalidades entre grupos o incluso los propios protocolos sanitarios que se deben aplicar por la pandemia”, declaró Fiorella Salazar.

Estas son imágenes del traslado de los reos y la ocupación del nuevo centro penal: