“Hay un grupo especializado para la captura del Diablo y yo se los digo aquí, casi nunca digo estas cosas, pero estoy seguro de que este año sí lo vamos a atrapar, ya vamos atrás de él (...) no quisiera decir seis meses por no ser pretencioso, yo diría que incluso en menos, pero en este año lo tenemos”.
Esas fueron las palabras de Randall Zúñiga, director del Organismo de Investigación Judicial, en una entrevista con La Nación en febrero de este año, sobre las acciones que se siguen para atrapar a Alejandro Arias Monge, conocido como “Diablo”, quien se ha convertido en los últimos cuatro años en uno de los sujetos más buscados por las autoridades policiales del país. Seis meses después de esa declaración, las autoridades investigan si este escurridizo sujeto migró.
El jefe policial, en una nueva declaración el mes pasado, dijo que tienen información de que Arias podría estar fuera de Costa Rica o que se movilizó de su natal Pococí a la zona norte, en un sitio limítrofe con Nicaragua. “Por tal razón es que hasta el momento se ha dificultado realizar la detención”, explicó Zúñiga.
A alias Diablo se le vincula con robo de ganado, narcotráfico y homicidios, principalmente en la zona de Pococí, Limón, y se le ha escabullido al OIJ desde el primer trimestre del 2019. En algún momento el OIJ lo consideró el único cabecilla capaz de convertir a su organización en un “minicartel” del narcotráfico, por lo que en 2023 se enviaron a cinco investigadores de San José a Guápiles con el fin de desarticular esa banda criminal.
“Fueron capaces de detenerle al Diablo más de 40 personas”, dijo el jerarca de la Policía Judicial en febrero pasado. De ese total, solo 10 permanecen en prisión preventiva.
Intentona fallida
Desde entonces, los operativos para tratar de sacarlo de circulación han sido constantes, tanto del OIJ, como de la Fuerza Pública, pero al parecer la agrupación cuenta con informantes que le facilitan al sujeto escabullirse.
En enero del 2023, decenas de agentes de la Policía Judicial ingresaron al Caribe con el único objetivo de detenerlo; sin embargo, el hombre, que participaba en una fiesta familiar en Cariari de Pococí, fue alertado de la presencia de las autoridades y logró salir corriendo con dos de sus peones por una zona boscosa, según preció Zúñiga en declaraciones a Telenoticias.
Además, el mal clima impidió que un helicóptero que había despegado de la capital llegara a la zona de rastreo. De acuerdo con la Policía, ese refuerzo por aire les habría permitido detener al sospechoso, hoy de 39 años.
En paralelo, y como estrategia para debilitarlo, a finales del año pasado la Policía Judicial efectuó un amplio operativo que incluyó 40 allanamientos en diversas localidades de Limón, Alajuela, San José y Heredia, que permitieron la detención de la pareja sentimental y la hermana del sujeto, así como de otros cómplices.
“Fueron capaces de detenerle al Diablo más de 40 personas”, dijo el jerarca de la Policía Judicial durante la entrevista en febrero.
El OIJ no es el único cuerpo policial que ha puesto plazos para capturar a Diablo. En marzo del 2023, el entonces ministro de Seguridad, Jorge Torres, reconoció que Arias había logrado penetrar los cuerpos policiales de Costa Rica.
“Cuando hablamos de Limón a la gente se le viene a la cabeza el Diablo, que diay... yo tengo toda la fe de que este año ya podamos terminar con esa historia del Diablo (...) yo creo que ya estamos cerca y se va a dar un golpe certero”, aseveró en aquella época en conferencia de prensa. Dos meses después, Torres fue destituido.
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Lejos de prisión
El 28 de octubre del 2016, alias Diablo salió de la cárcel en Pococí tras cumplir año y dos meses de prisión preventiva como sospechoso de dos asesinatos y desde entonces no se le volvió a ver.
En marzo del 2019, el OIJ afirmó que Arias lideraba una banda que robó más de 200 reses en menos de un año. Aunque en aquella época detuvieron a gran parte de la organización, el Diablo empezó a escabullirse.
Su nombre fue aún más notorio en setiembre del 2020 cuando Arias supuestamente difundió audios en los que amenazó con matar a agentes del OIJ y oficiales de la Fuerza Pública.